Testigos de Jehová: Crece la polémica en torno al joven que se niega a recibir sangre
Pablo Albarracín de 38 años fue baleado durante un asalto. Aunque su vida corrió serio riesgo, su mujer, que comparte la religión pidió que respeten su voluntad. Su padre, en cambio, recurrió a la Justicia que finalmente falló en su contra. El paciente es quien debe decidir si acepta o no el tratamiento médico. Crece el debate en torno a los límites de ciencia y fe.
"Si Pablo sostiene su postura no hay nada que hacer. Pero si no lo hace, el padre firmará un recurso extraordinario en el que cuestionará la validez de las directivas que firmó su hijo", dije la abogada de la familia Albarracín, Mariana Gallego. La causa podría entonces llegar a la Corte Suprema de Justicia ya que la Cámara falló ya a favor del paciente.
Pablo Albarracín recibió cinco disparos durante un asalto y debía recibir transfusiones de sangre debido al delicado estado en el que se encontraba, pero el hombre había firmado un testamento que se lo prohibía. Su mujer fue quien presentó el escrito en el que el marido había dejado asentada su voluntad.
Al margen de la disputa entre Jorge, su padre, y su esposa, será el paciente el que deberá decidir si acepta o no la transfusión de sangre.
Pero el caso puntual deja abierto el debate respecto a los límites a veces difusos entre la fe y la ciencia. Según la Watchtower Society, entre las "metas no médicas" estaría el no violar la ética del paciente ni su conciencia iluminada por la Biblia.
Según el Libro Sagrado, en Hechos 15:28, 29 "al Espíritu Santo y a nosotros mismos nos ha parecido bien no añadirles ninguna otra carga, salvo estas cosas necesarias: que sigan absteniéndose de cosas sacrificadas a ídolos, y de sangre, y de cosas estranguladas, y de fornicación. Si se guardan cuidadosamente de estas cosas, prosperarán. ¡Buena salud a ustedes!".