Horvat: “La pandemia puso al descubierto las fortalezas y debilidades de nuestros vínculos afectivos”
El psiquiatra y psicoanalista, Dr. Pedro Horvat, dialogó con LaNoticia1.com sobre cómo se han visto modificadas nuestras relaciones vinculares. “Ninguna pareja está hecha para vivir 24x7 y todo lo que no han podido lograr se puso al desnudo”. Además abordamos las causas del aumento de la depresión en este contexto y la imposibilidad de ejercer el pensamiento anticipatorio por la fragilidad del presente. “Ninguna persona la saca gratis de esta pandemia”, afirmó. De “yapa” una explicación al clásico “bajón dominguero” que anticipa la llegada del lunes. “El fin de semana se transforma en una suerte de refugio de la realidad”, aseguró.
Por Ramiro Pablo Gómez
El Dr. Pedro Horvat dialogó con LaNoticia1.com y aseguró que “nadie la saca gratis” de esta pandemia. “En las situaciones de crisis se notan las fortalezas y debilidades de los vínculos”, afirmó y recordó la obra teatral de los 70 “El gran deschave” donde la rotura de la televisión pone a una familia frente a frente sin saber de qué hablar.
Además, una explicación al famoso bajón del domingo: “El primer elemento en los más chicos en una dificultad de separación y en los adultos una dificultad para ingresar al mundo real”.
- ¿Cuáles son las causas por las que aumentó la depresión en el contexto de pandemia?
Son varias. Hay una general que se deriva del confinamiento que tiene que ver con la pérdida del albedrío. Hace mucho tiempo que, entre comillas, hemos perdido una parte de nuestra libertad. Entonces, esa limitación, ha ido generado no solamente reacciones de sufrimiento sino también conductas de rebeldía, es decir, basta, no tolero más, yo me voy a cuidar a mi manera. La segunda causa es la sucesión de pérdidas concretas que van desde las personas que perdieron seres queridos a causa del coronavirus a los que perdieron su trabajo por la pandemia. Una tercera causa es la desarticulación de la vida social y afectiva particularmente para los chicos. La desaparición de fiestas de cumpleaños, aniversarios, reuniones de fin de año, la imposibilidad para encontrarse. Otro motivo es el impacto sobre el vínculo. El confinamiento ha generado un impacto muy alto sobre los vínculos personales. Las parejas no están hechas para funcionar 24x7 de modo que han tenido que convivir rompiendo sus equilibrios habituales donde se suma la convivencia forzada, el home office. Por último, la incertidumbre de no saber si uno se puede enfermar y si sucede como lo transitará.
Creo que no hay nadie que no se anote en uno de estos renglones, nadie la saca gratis. Todas estas causas han ido impactando en las personas, hablando en términos estrictamente emocionales, de acuerdo a sus características previas. Es decir, las personalidades más frágiles o de vínculos débiles o con situaciones económicas complejas fueron las primeras y más afectadas.
- Dado este presente de fragilidad e incertidumbre lo que se bloquea también es la posibilidad de proyectar un futuro laboral, vacacional, vincular. ¿Qué pasa con este muro hacia el futuro?
Es muy buena tu pregunta porque uno la puede plantear en términos concretos como lo que nombraste, no puedo planear mi trabajo, vacaciones, fiestas de casamiento pero hay algo que subyace a esto y es el daño al pensamiento anticipatorio que es una de las funciones más importantes de nuestro pensamiento. Qué voy a hacer en el futuro inmediato o mediato sirve de gran alivio para el presente. A todos nos alivia mucho saber que voy a hacer la semana que viene o cuál es mi plan para el otro mes. Esta imposibilidad de ejercer el pensamiento anticipatorio daña nuestro presente y genera mucha ansiedad más allá de la frustración concreta. Si lo pesamos solamente en términos de un viaje que no se puede realizar es una frustración pero más grave que eso son muchas situaciones que hemos ido cancelando vinculadas, por ejemplo, a la salud o al estudio.
- Más allá de estas depresiones generalizadas la pandemia nos aisló y nos cambió la forma de vida. Las familias compartieron tiempos inéditos, las parejas tuvieron que relacionarse las 24 horas, el espacio de vida se redujo a una casa o un departamento, hay estadísticas que señalan un crecimiento de los divorcios ¿Qué pasa con esos vínculos donde se ha transformado la cotidianeidad de la pre pandemia?
Ocurre que en nuestra vida urbana tenemos todos nuestros vínculos armados sobre determinados equilibrios que incluyen el tiempo que estamos juntos y el que le dedicamos a nuestro trabajo, al esparcimiento, a los amigos, a los viajes, a la vida individual en general. De eso surge una suerte de equilibro en donde hay un tiempo que comparto y otro que es de mi vida personal. Inclusive puedo decir lo mismo de los hijos. El tiempo que pasan en el colegio, con los abuelos, con los amigos. Ese equilibrio se rompió y nos enfrenta a muchas debilidades de los vínculos. Ese repartir el tiempo disimula muchas de esas debilidades particularmente las dificultades para el dialogo.
Por los 70 había un obra de teatro que se llamaba "El Gran Deschave". El tema era sobre una familia de clase media donde un día se les descompone en televisor, se ven frente a frente y no saben de qué hablar. El título de la obra es todo lo que se deschaba en ese momento. Es decir, todo lo que surge y estaba tapado por las distintas actividades. Para decirlo de otro modo, el confinamiento por si mismo no genera nada sino que hace que aparezcan las debilidades que subyacían. Hay una frase que dice "cuando baje la marea se nota quien nadaba desnudo", es decir, en las situaciones de crisis se notan las fortalezas o debilidades de los vínculos como a nivel social o económico se notan las fortalezas o debilidades de las estructuras de cada sociedad. Hemos visto como en el mundo, cada sociedad, reaccionó y la pasó de determinada manera porque quedaron al descubierto sus fortalezas y debilidades. Esto pasa también en los vínculos personales y por eso aumentaron los divorcios. Ninguna pareja está hecha para vivir 24x7 y todo lo que no han podido lograr se pone al desnudo. Algunos vencieron al desafío. Hay casos de parejas que iniciaban, decidieron pasar juntos la pandemia y triunfaron aunque es cierto que el número de crisis es mayor que el de éxitos.
- Entonces hay una crisis producto de la pandemia y del cambio de vida que genera pero lo que florece son aspectos vinculares que ya estaban como germen o síntoma
Todas las cuestiones ya estaban. Las personas que tuvieron crisis de depresión, ansiedad, vinculares, ya las tenían. Lo que hace la pandemia es someterlos a un estrés emocional tan intenso que aparecen inevitablemente nuestras fragilidades. Nadie puede decir de sí mismo "a mi no me pasó nada a nivel emocional, no tuve días de bajón, de malhumor".
- Cuál es la manera de abordar esas situaciones que son exacerbadas por el aislamiento pero que ya estaban presentes aunque en menores dosis
La manera creo que es el mismo razonamiento. Ya conozco esto que me pasa o en términos vinculares "ya sabemos que nos cuesta discutir". Entonces cuando uno está alerta al problema debe redoblar sus esfuerzos para superar esas limitaciones. Si puedo hacerla por las mías, fenómeno, sino perdirle ayuda a un amigo, terapeuta, pastor, a quien sea. O apoyarnos directamente en nuestras redes afectivas pero saber que "a mí me pasa esto" y decidir resolverlo sin tomarlo como una "maldición" que me cayó del cielo. Es la vida que nos pone a prueba. Lo que sicede es que esta situación es inédita pero a la gente todo el tiempo le pasaba esto sea porque se murió alguien, le fue mal en el negocio, fracaso en un examen, la gente es puesta a prueba todo el tiempo.
- Te hago una última pregunta fuera de contexto de pandemia. Leí una columna tuya sobre la famosa “depresión de los domingos”. Seguramente muchos y muchas se sientan identificados con ese bajón dominguero. ¿Qué explicación le podes dar a esa reacción negativa previa al lunes?
Depende de las circunstancias y la edad pero en general el comienzo de la depresión de los domingos suele ser la escuela. Dicho de otra manera, el fin de semana se transforma para todos, niños y adultos, en una suerte de refugio de la realidad porque estoy en casa, tranquilo. Si soy chico con mis padres, hermanos, no tengo que enfrentar ningún desafío. Si soy un adulto porque son los días de descanso y puedo poner la cabeza en otro lado con mi familia, pareja, amigos, evadirme, hacer de cuenta que el lunes no existe porque lo que representa ese día es para los niños, la experiencia de separación. Estoy solo en un ambiente que no es el familiar y me las tengo que arreglar con mis compañeritos y maestra. Y para los adultos, el desafío del mundo real y adulto. Ahí es donde aparece en los adultos las cosas que no pude superar de chico y en los niños, en los primeros años, es absolutamente normal. Forma parte del proceso de separación y se espera que a lo largo de la primaria lo resuelvan totalmente. Hay chicos que la pasan pésimo en la puerta del colegio y otros que entran sin problemas. El primer elemento en los más chicos en una dificultad de separación y en los adultos una dificultad para ingresar al mundo real. Normalmente, la depresión de los domingos, no es una cuestión grave sino es un bajó donde uno dice "uh que fiaca" y no va más allá de eso aunque en otras personas adquiere características más dramáticas.
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