Post PASO: Voto castigo a la gestión del Frente de Todos más que coincidencia ideológica con Juntos
El slogan de campaña del Frente de Todos fue "la vida que queremos" pero la sociedad votó por "la vida que tenemos" donde la gestión de Alberto Fernández, pandemia mediante, no ha logrado revertir la situación económica general. La épica sanitaria de la "lluvia de vacunas" no impactó en el electorado que se volcó hacia los candidatos de "Juntos" pero sin estar seducidos por el proyecto PRO-Radical que fracasó entre 2015 y 2019.
Por Ramiro Pablo Gómez
Es frecuente que ante una elección adversa, el perdedor, acuse recibo expresando que “escuchó el voto de las urnas” y prometa cambios que algunas veces suceden y otras no. Tras dos años de gobierno, el Frente de Todos, fue desaprobado por una amplia mayoría y las causas son múltiples.
Pandemia
La gestión de Alberto Fernández tuvo la desdicha de tener que gobernar en pandemia. En este contexto perdieron gobiernos como los de Merkel, Trump, Macron o Bolsonaro, entre otros. Es decir, que no es una cuestión de izquierdas, derechas o centros sino que la actividad económica mundial sintió el impacto que recayó sobre la sociedad.
El Frente de Todos puede argumentar la dificultad de gestionar en esta situación pero debe superar esa excusa y dar respuestas ante las demandas sociales por las que fue votado en 2019.
La épica de la gestión sanitaria con el equipamiento del sistema de salud y la “lluvia de vacunas” no impactó en el electorado. La narrativa sanitaria utilizada en la campaña pre PASO no se tradujo en votos ya que el contrato firmado entre la sociedad y el Frente de Todos en el 2019 consistía en mejorar lo que el macrismo había dejado y eso, no sucedió.
La vida que tenemos
El slogan de campaña del Frente de Todos, “la vida que queremos” está lejos de parecerse a “la vida que tenemos”. La inflación se come el salario y los precios no guardan relación con el nivel de vida general.
Las ayudas del Estado en pandemia (IFE, ATP) fueron insuficientes para acomodar la económica de una sociedad que venía golpeada desde la gestión anterior de Cambiemos y que el Frente de Todos venía a revertir.
La foto de Olivos
Esa imagen del cumpleaños de Fabiola Yañez minó la confianza en un gobierno que no terminaba de dar respuestas a las demandas sociales. Tras la debacle electoral algunos apuntan que esa foto fue clave para el hastió social. Si bien es un hecho repudiable no alcanza para analizar una gestión de gobierno y las consecuencias se han magnificado de manera alevosa.
El voto de la sociedad
A simple vista puede pensarse que “el gran ganador” de la elección sería la coalición Juntos con resultados positivos en todo el país e incluso en la Provincia de Buenos Aires, donde se definen las elecciones pero ese proyecto de gobierno fracasó entre el 2015 y 2019 aumentando la pobreza, desempleo, deuda externa, cierre de pymes y cualquier indicador socio económico que se busque. Entonces, vale decir que el “voto de la gente” fue más una desaprobación al Frente de Todos que una “luna de miel” con Juntos.
Las propuestas “libertarias” de José Luis Espert y Javier Milei por derecha y una mejor performance del Frente de Izquierda marcaron la dispersión de un voto que rechazó a los dos partidos que tradicionalmente se disputan la grieta y el sillón de Rivadavia.
La apatía social por la falta de representación política se tradujo en el alto ausentismo electoral. Votaron dos millones y medio de ciudadanos menos que en las primarias del 2019.
En síntesis, los votos que sacó “Juntos” no significan una señal de confianza en el proyecto político que gobernó entre 2015 y 2019 sino más bien un rechazo hacia la gestión del Frente de Todos.
Alberto Fernández en Nación y Axel Kicillof en Provincia deberán retomar la hoja de ruta comprometida en el 2019, mostrar resultados y dejar de lado el argumento sanitarista como justificación de todos los males.
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