Se retiró Héctor Larrea y en la radio hoy solo se escucha: "Gracias"
El renombrado locutor oriundo de Bragado se retira de la radio a los 82 años. Triunfó, hizo reir, emocionar y llorar a lo largo de los años en programas que fueron una caricia al oido. Si la vida de los argentinos fuera película, en la banda sonora el vozarrón de Larrea seguramente tendría un lugar.
Parapa parapa Para-pa Parapa-parapaa. La sintonía musical que se escucha en la radio lleva en forma irremediable a la infancia. Orejas a la altura de las caderas de mamá, el abuelo o la tía que escuchaba al simpático locutor, una risa que suena a lo lejos por algún chiste que salió del mágico aparato, el olor del almuerzo en plena elaboración. "Bendito sea este día ¡Celebremos la vida!". Hetítor. Larrea. Un ícono de la radio de Argentina se retiró este 30 de diciembre de 2020.
"El carromato de la farsa", sú último proyecto en Radio Nacional, la emisora que lo acobijó gran parte de las últimas dos décadas, llegó a su fin con Larrea al frente por propia decisión. "Estoy muy emocionado", reconoció mientras recibía saludos de amigos, compañeros, oyentes y directivos con sincero afecto. "Si hay alguno que hable mal, no lo pases", pidió con la blanca picardía que lo caracteriza.
Se destacó también en televisión con La campana de cristal, Seis para triunfar y Waku Waku. Con 82 años, se va una voz inconfundible que pasó durante 30 años por el inefable Rapidísimo - "en la mañana fresca y temprana como una rosa" - la cual se podrá seguir en la página web de Nacional que subió un archivo de sus 16 años en la emisora con audios históricos, charlas y fragmentos de entrevistas.
El pibe de Bragado que le escribió una carta a Antonio Carrizo preguntando "¿qué se necesita para triunfar?”; y a la cual le contestó que "la radio no es para cualquiera" por lo que se debería preparar. Y le hizo caso. El joven pegó el salto de Bragado a la gran ciudad.
Siempre con la dosis justa de humor, maestro del tempo de los programas y con la sabiduría que da la experiencia. Melómano, leído y nostálgico, se prendió a la radio cuando la risa de su madre rompió el silencio de duelo en su hogar de pequeño ante la temprana partida de su padre. "Si usted confía en que todavía conserva el niño entre asombrado e ilusionado dentro de sí, pierdase un rato en el garabato de esta aventura diaria mentira de una gran gira monopatín".
Por ello y mucho más en la radio hoy solo se escucha: ¡Gracias Héctor, este aplauso es para vos!
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