Si Moreno toca Papel Prensa nos movilizamos
Una solicitada disparó la reacción de los trabajadores. Son más de 800 familias que dependen directamente de la planta. Las autoridades locales por ahora hacen silencio.
Desde que el Gobierno comenzó su batalla contra Papel Prensa, la historia en la ciudad de San Pedro ha cambiado. La epopeya protagonizada en la década del '70 para radicar la planta fabril que genera mayor mano de obra, se transmite de generación en generación. La cultura del trabajo y los hijos de los obreros han podido costearse sus estudios y la mayoría creen que sin la producción del campo y la incertidumbre en el futuro para sus padres, las posibilidades de obtener trabajo se esfumarán. Históricamente los soldados obligados a estar en la línea de fuego fueron, son y serán los trabajadores. En el caso de San Pedro hay más ingredientes: centenares de familias viven de la empresa que mayor cantidad de fuentes de trabajo genera y ha sido garantía de prosperidad. Es raro encontrar a un empleado que no reconozca que su sueldo nunca alcanza pero le ha servido para sentirse privilegiado en un país donde el trabajo pasó a ser el bien más preciado y las certezas laborales que ofrece Papel Prensa hoy no se encuentran en cualquier parte. Salarios superiores a los de la mayoría de los empleados fabriles, obra social, horas extras, premios por productividad, índices de ausentismo casi nulos y cumplimiento de convenios a punto tal que la pertenecia sindical se reduce al perímetro de la planta. Solo dos paros en mas de treinta años de historia empujados por la precariedad de los jornalizados que la empresa tiene como rehenes permanentes para regular sus pérdidas o ganancias.
Los trabajadores sampedrinos (450 de planta permanente y otros 400 jornalizados) firmaron una solicitada que –según relatan quienes objetaban firmarla- vulnera severamente su situación frente a la patronal. Estos trabajadores acusan a sus superiores de haberlos presionado a rubricar un texto que tiene demasiadas similitudes con el elaborado por los dueños de la planta sin advertir que entre esos dueños están todos los argentinos representados en una proporción minoritaria. Sin embargo, la mayoría de los asalariados ha coincidido en señalar que no quieren que el desembarco de Moreno altere en nada su situación dentro de la planta. Algunos proponen movilizarse para rechazar la incursión del Secretario de Comercio Interior y llegan a elaborar estrategias para el corte de rutas en defensa de la planta. “Hace 30 años que trabajo acá” dijo uno de los empleados consultados por La Noticia 1 y agregó “San Pedro va a perder todo el dinero de su economía, va a ser como San Nicolás con SOMISA. Hay que pedir que se levante el pueblo para defender la planta”.
Por otra parte, las autoridades locales no se han expedido pero saben que el impacto del conflicto puede terminar con uno de los sectores de las capas medias de la población que gasta todo su dinero en la ciudad, paga sus impuestos y tienen niveles de sueldos muy superiores a los que se pagan en plaza. En la solicitada en la que los empleados incluyeron varios párrafos –pese a que algunos lo nieguen- piden al Gobierno lo que no tiene: “cordura, serenidad, para que continuemos con la paz social tan anhelada” sumandose a un texto publicado por la Gerencia en octubre pasado, que firmado por Jorge Noseda, Gerente General de la planta, informa que “se encuentra altamente comprometida con la gestión de sus objetivos empresarios, a fin de obtener los mejores resultados para la comunidad de quienes integramos la empresa, y seguir cumpliendo con su inicial propósito, que desde su puesta en marcha es y será abastecer a todos los diarios argentinos de un insumo básico de origen nacional para garantizar la libertad de prensa. Con este discurso cualquier teoría de puja entre “dominadores” y “dominados” se derrumba en un instante. Nadie imagina a San Pedro con una planta de procesamiento de papel diario en manos de un gobierno que todos los días intenta un nuevo zarpazo sobre el derecho a la información que tienen los ciudadanos y que para colmo el año pasado se peleó con el campo instalando por 100 días cortes de ruta en una zona eminentemente productiva. El tema no es menor y no lo será en los próximos meses si el duelo de titantes que protagonizan estos dos colosos sigue teniendo como espectadores pasivos a los ciudadanos.
Una participación equitativa del estado que garantice a TODOS los diarios y periódicos la provisión de su principal insumo no es solo necesaria, es IMPRESCINDIBLE. Ahora, pensada en términos de realidades y actores, el escenario muestra impúdicas escenas del más radical autoritarismo que asfixió y asfixiará a aquellos medios gráficos cuya debilidad se mide en la pasión que ponen sus propietarios para seguir haciendo del papel impreso la noble herramienta informativa que perdura en archivos tangibles. Nadie tiene dudas sobre los matrimonios ocasionales celebrados en todos los tiempos entre Papel Prensa y los sucesivos gobiernos, pero todos saben que esta es la “madre de todas las batallas” tras la aprobación de la Ley de Medios Audiovisuales.