A 17 años del crimen de Kevin Sedano en Vicente López: "No hay jueces que apliquen justicia"
Este 8 de mayo se cumplen 17 años de la muerte del joven de 14 años que en 2002 fue atropellado y abandonado por Eduardo Sukiassian, a metros de la Quinta de Olivos. El acusado estuvo apenas unos días en prisión y en 2016 un juez de ejecución penal le permitió volver a manejar. La madre de Kevin, Viviam Perrone, publicó una carta donde apunta contra el asesino de su hijo y la falta de justicia en el país.
Por Christian Thomsen Hall
EL CASO: "UN EJEMPLO DE TOTAL IMPUNIDAD"
Kevin Sedano tenía apenas 14 años cuando fue atropellado el 1 de mayo de 2002 en la esquina de Avenida del Libertador y Corrientes, en Vicente López. El joven fue arrollado y abandonado por Eduardo Sukiassian, a pocos metros de la Quinta de Olivos, y luego de una semana de agonía finalmente el 8 de mayo falleció. El acusado fue condenado en 2007 a tres años de prisión efectiva, pero dos semanas después el tribunal dispuso de oficio la reclusión domiciliaria.
Frente a la falta de justicia, la madre de la víctima, Viviam Perrone, emprendió una larga lucha y fundó la ONG "Madres del dolor" que tiene su sede en Fray Justo Sarmiento 320, en el barrio de Florida. Allí encontró contención y canalizó su vocación de ayudar a otros familiares de víctimas de delitos. En febrero de 2016, un juez de ejecución penal determinó que Sukiassian puede volver a manejar, pese a que la Corte Suprema había decidido que no podría hacerlo hasta 2019.
"Kevin estuvo internado 8 días antes de morir. En ese lapso la familia de Eduardo Sukiassian se dedicó a esconder y borrar todas las huellas que pudieron. El video que había desapareció, la huella de frenado nunca se tomó, a él nunca le hicieron el control de alcoholemia ni de estupefacientes. El caso de Kevin tardó 5 años en llegar a juicio. Los amigos de mi hijo que tenían 15 cuando sucedió el hecho, declararon cuando tenían 20", explicó Perrone a LaNoticia1.com.
"A Sukiassian se lo encontró culpable y se lo llevaron detenido pero a los dos meses, y a pesar de que la ley lo prohíbe, pudo recuperar la libertad", recordó Viviam. Finalmente el Juez de Ejecución Penal de San Isidro, Alejandro David, dispuso prisión domiciliaria para que el asesino de Kevin pudiera estudiar. Tras cumplir una pena mínima desde su casa, la justicia cerró la causa y Sukiassian tramitó nuevamente el registro para volver a conducir.
"El caso de mi hijo es uno de los ejemplos de total impunidad que hay en el país", lamentó Viviam en declaraciones a este portal. "Desde la Justicia nunca me llamaron para darme una explicación y el expediente está cajoneado. Yo sigo adelante en nombre de Kevin, seguiré con su foto en mi pecho pidiendo justicia", agregó la mujer, que no baja los brazos y advirtió: "Seguiré adelante en nombre de Kevin, con su foto en mi pecho pidiendo justicia".
A 17 AÑOS, UNA CARTA PARA RECLAMAR JUSTICIA
Hoy, a 17 años de la muerte de su hijo, la integrante de la organización que viene de exponer en el 6° Congreso Internacional de ONGs en Seguridad Vial y Víctimas de la ONU, publicó una carta abierta, donde apuntó contra los jueces por "no aplicar una justicia reparadora" y permitir que el asesino de su hijo "continúe su vida como si no hubiera ocurrido nada". En ese sentido, contrastó la vida que lleva el asesino y la comparó con el drama que debe afrontar ella desde la pérdida de su hijo.
La carta completa:
1 de mayo. Día en que Sukiassian atropelló y dejó tirado a Kevin. Algunos con miradas limitadas te dicen que no mires para atrás, que hay q mirar para adelante. Pero grandes filósofos declaran que no se puede formar una sociedad sana sin mirar para atrás. Esto no significa que hay que quedarse en el pasado, sino q hay que "aprender" de el.
La foto que comparto demuestra que los únicos que aprendemos en la Argentina somos las víctimas. Como no hay jueces que apliquen una Justicia reparadora, los victimarios continúan con su vida como si no hubiera ocurrido nada. Pero hay muertes, hay familias totalmente afectadas.
Esta foto muestra como en el año 2002, año en que Sukiassian mató a Kevin, él comenzó no sólo una carrera sino 2. Mientras nosotros, las víctimas, los que no elegimos este título, no podíamos ni pensar. Teníamos la mente anestesiada de dolor.
Mientras que en la Argentina no se entienda que cada uno debe vivir la consecuencia de sus actos (no sólo los victimarios), entonces no habrá aprendizaje, no habrá crecimiento. Solo habrá dolor.
Al poder comenzar 2 carreras el mismo año que mató a Kevin, Sukiassian muestra que matar a un joven de 14 años y dejarlo tirado no lo afectó en nada. No aprendió nada. Nosotros, los que amamos a Kevin, aprendimos a vivir con el dolor y ser solidarios a través de él.
Aprendimos a agrandar a nuestra familia incorporando a amigos que van de nuestra mano en nuestro camino. Aprendimos que aunque no te vemos, te amamos y amaremos siempre.