POR CHRISTIAN THOMSEN HALL

Alejandro Finocchiaro nació el 27 de agosto de 1967, en San Fernando, provincia de Buenos Aires. En 1978 su familia se mudó al municipio de La Matanza, donde se crió y creció. Estudió Abogacía en la Universidad Nacional de Buenos Aires y tiene estudios de Posgrado en Especialista en Educación de la Universidad de San Andrés, Maestría en Educación y un Doctorado en Historia en la Universidad del Salvador. Está casado y tiene dos hijos. Fue Docente Universitario. Fue Secretario de Políticas Educativas y Carrera Docente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, lo nombró como Director General de Cultura y Educación. Luego reeemplazó a Esteban Bullrich en la cartera nacional de Educación convirtiéndose en funcionario del expresidente Mauricio Macri. Actualmente ocupa el noveno puesto en la lista de Juntos que encabeza Diego Santilli como candidato a diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires. En un mano a mano exclusivo con LaNoticia1.com, habló de todos los temas, disparó hacia el oficialismo y no se guardó absolutamente nada.

- ¿Cómo estás viviendo todo esta etapa luego de lo que fue el cierre de listas?

Lo estoy viviendo muy bien porque ha comenzado el proceso democrático que va a terminar el 12 de septiembre con las PASO. Y desde ahí ya estarán conformadas las listas que van a competir en noviembre. Siempre es un sano proceso que la gente vota y decida. 

- ¿Que se va a discutir en estas próximas elecciones?

Lo que se va a discutir es el modelo de país que queremos. Por un lado, el gobierno propone un país cerrado; que en política internacional se ubica al lado de las dictaduras y no defiende los derechos humanos; que hacia adentro ha cerrado las escuelas y el sistema educativo durante casi un año y medio; que ha sido insensible ante los problemas de las industrias, las pymes y los comerciantes y que ha provocado que hoy tengamos 2,5 millones más de pobres que el año pasado. Y por otro lado, nosotros desde Juntos proponemos nuevamente un país abierto, insertado en el mundo; un país donde la escuela esté abierta y se recupere de esta debacle educativa que ha producido el gobierno; un país que elimine impedimentos y regulaciones para que se pueda generar más trabajo; un país donde se revise todo el sistema tributario argentino porque no puede ser que siempre paguen los mismos y cada vez más. Y un país donde los planes sociales se reconviertan en puestos laborales. 

- Como exministro de Educación de Provincia y Nación, ¿qué opinás de todo lo que pasó con las escuelas en este año y medio de pandemia?

Estamos asistiendo a la confirmación de un gran desastre educativo en nuestro pais. Nuestro gobierno había comenzado un camino en pos de aumentar la calidad del sistema educativo. Habíamos comenzado en la planificación de una secundaria más atractiva para los jóvenes, en un plan nacional para aprender matemática ideado por expertos internacionales, focalizarnos en las prácticas del aprendizaje y del lenguaje. Y actualmente necesitamos cosas básicas como que los chicos vuelvan a aprender a leer, escribir y hacer operaciones matemáticas básicas. Este gobierno ha sido uno de los pocos países en el mundo, por no decir el único, que ha cerrado su sistema educativo durante un año y medio en la mayoría de las provincias. Hoy cuando nos dicen que las escuelas de la provincia de Buenos Aires están abiertas, no es verdad. La escuela es mucho más que un edificio abierto, la escuela son todos los procesos dentro del edificio escolar. Es decir, el proceso de enseñanza -aprendizaje, la formación de ciudadanía, el inculcar valores, el enseñar a nuestros chicos a pensar con criterio propio para que puedan ser independientes en su vida. Y todo eso no está pasando. Hoy los chicos van salteados, van a deshoras. En un año y medio no se han podido resolver problemas de infrastructura básicos pese a que todo ese tiempo las escuelas estuvieron cerradas. Y hoy no pueden resolver el tema de las licencias y los alumnos van cambiando todo el tiempo de maestra. Eso no es educación, eso es otra cosa.  

- ¿Cuál va ser la consecuencia de todo esto que acabás de describir?

La consecuencia es que vamos a haber perdido mucho capital humano. Y que vamos a tener que declarar la emergencia educativa en el Congreso para poder avanzar en un programa que palíe lo que ha sucedido con esta generación de chicos. El Instituto para la recuperación económica argentina, que depende de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, ha realizado un estudio en el que afirman que haber mantenido cerrado el sistema educativo por un año va a incidir en que la mayoría de los chicos de esta generación tenga una merma de aproximadamente el 8% en sus ingresos futuros. Y nuestro país, de acá al 2100, va a perder aproximadamente 6.900 millones de dólares por año por esta causa. Esto es riqueza que no se va a producir, empresas que no van a nacer, emprendimientos que no se van a consumar, negocios que no se van a abrir, empleos que no se van a crear. 

- Justamente, desde la planta de Toyota salieron a decir que les cuesta conseguir trabajadores con secundario completo...

Exacto. Pero lo más grave no es lo que está pasando en Toyota. Lo grave es que esto también está pasando con otras empresas que no lo han hecho público o que no tienen la visibilidad de otras compañías como Toyota. Hay muchos dueños de pymes que están cerrando y que están pensando en irse a otro país. El capital humano es esencial. Somos nosotros, son nuestros hijos. Vamos a tener que trabajar muy duro como sociedad y como país para recuperar el desastre que ha provocado el no haber tenido ni Ministerio ni Ministro nacional durante un año y medio.  

- Muchos recuerdan los enfrentamientos de los gremios docentes con la administración de María Eugenia Vidal. Una postura muy distinta a la que adoptaron desde que asumió Axel Kicillof. ¿Esto se debe a una cuestión de comprensión por la pandemia o a una afinidad con el gobierno?

Esto lo vengo diciendo hace no menos de 5 o 6 años. CTERA, que es el sindicato del que estamos hablando, no tiene afinidad con el Gobierno, CTERA es el Gobierno. CTERA es el verso educativo del Gobierno. Y el Gobierno no se critica a si mismo. Cuando nosotros no decidimos continuar con lo que ellos llamaban partitaria nacional docente, que no es una partitaria porque la partitaria se discute entre quien paga el sueldo y el que lo cobra, nos hicieron diez paros. Cuando el año pasado el Gobierno restituyó esa supuesta paritaria, el acuerdo que logró CTERA fue del 0%. Sí, 0%, o sea: nada. Eso no es comprensión por la pandemia sino carnerismo. CTERA es el Gobierno, de hecho miembros de CTERA están en el Gobierno, el Ministerio de Educación de la Provincia de Buenos Aires, en todos sus cuadros intermedios son cuadros de CTERA. Y desde hace 20 años, con excepción de nuestro Gobierno, que CTERA gobernó el sistema educativo, la mayoría de los ministros han sido meros testaferros de Baradel.

- En el medio de todo esto debe existir una masa de trabajadores docentes que solamente quieren ir a trabajar y todos los años se encuentran envueltos en esta disputa...

Absolutamente. De hecho son la gran mayoría. Argentina tiene, en todo su amplio territorio, grandes docentes. Inclusive, el año pasado mientras el Ministro de Educación militaba el cierre de las escuelas, ellos trataban de tener contacto con sus alumnos por cualquier medio que pudiesen. Los maestros siempre intentaron educar en medio de la crisis sanitaria más importante en cien años. Nosotros tenemos que rendirles un amplio homenaje a todos esos docentes. Por eso siempre digo, ni Baradel ni CTERA son ni representan a los docentes. 

- ¿El de este año fue el cierre de listas más agitado de Cambiemos en lo que se recuerde desde su existencia?

Posiblemente si. Fue el primer cierre estando nuestra coalición en la oposición. Y eso modificó un poco las reglas de juego y las variantes que se ponen sobre la mesa. Pero no fue ni más ni menos agitado que cualquier espacio político que está en la oposición y que tiene que armar sus listas. Yo creo que eso no es lo importante. Lo importante es que nosotros tengamos propuestas que tengan que ver con cómo solucionamos la inseguridad de los argentinos, cómo solucionamos la pérdida de empleo y de la producción, cómo hacemos para frenar este azote que es el incremento de precios, sobre todo en las cosas más básicas que consumen nuestros ciudadanos. Esas son las cosas que nosotros planteamos y que ponen en crisis al Gobierno porque no tienen respuestas ante eso. 

- ¿Creés que el "porteñismo" logró imponerse en este cierre de listas de la Provincia?  

Entre la Provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires no hay un muro, hay apenas 8 metros de separación. Entonces, mucha gente hace alternativamente su vida en uno u otro lugar. De hecho, el actual gobernador de la provincia terminó un mandato en 2019 como diputado de la Ciudad de Buenos Aires. Y podría nombrar los casos de Daniel Scioli, de Carlos Ruckauf, o de Felipe Solá. Cuando uno dice "porteño", se refiere a una persona que también hace gran parte de su vida en la provincia de Buenos Aires. No es una persona que vive en Ushuaia y se postula como candidato en Jujuy. 

- ¿No es medio contradictorio que desde el kirchnerismo chicaneen al PRO justo con ese tema?

En general el Gobierno critica lo que nosotros hacemos para un mes y medio después hacer lo mismo. Fíjense ustedes todo el proceso virtuoso que desde agosto del año pasado comienza Horacio Rodríguez Larreta con el tema de la vuelta a clases en la Ciudad, profundamente criticado por un Ministro y un Gobierno que militaba el cierre de escuelas. Y al tiempo empezaron a hacer exactamente lo mismo. La verdad es que en política lo importante no es tener la razón, sino haberla tenido a tiempo. 

- ¿Cómo es hacer política en La Matanza? Parece ser un distrito imposible para la oposición...

Yo creo que imposible no es nada. En La Matanza se vive con mucho dolor.  Yo me fui a vivir a la Matanza en 1978. Y 43 años después, en el mejor de los casos, sigue igual. En la mayoría de los casos, estpa mucho peor que hace 43 años. En La Matanza hay un Estado ausente. El Intendente prácticamente no va. Algunos criticaban la candidatura testimonial a concejal de Espinoza pero paradójicamente yo la celebro. Porque a lo mejor, de esta manera, quizás venga y pise un poco el territorio que gobierna. En La Matanza hay derechos humanos básicos que son continuamente negados a la gente que vive ahí. Hablo de agua potable, cloacas, asfalto, espacios verdes. Y los comerciantes están desesperados proque el Municipio es una máquina de dificultar, obstruir, cobrar impuestos que han quedado obsoletos.

- ¿Y cómo se vive actualmente en ese distrito, que es un bastión para el peronismo?

La Matanza es un gran basural a cielo abierto, a pesar de que paga uno de los contratos más caros re recolección de residuos de la República Argentina. Y como si esto fuera poco, y aunque parezca mentira, La Matanza es un municipio rico y superavitario. El año pasado se recaudaron 27 mil millones de pesos y solo se gastaron 24 mil. El resto fue a plazo fijo y a bonos, donde hay 126 millones de dólares al día de hoy. Con esos 126 millones de dólares se podrían hacer obras entre 4 y 6 años con las que La Matanza no se volvería a inundar nunca más desde general Paz hasta Cañuelas. Se podría establecer un centro de monitoreo tan bueno como en la Ciudad de Buenos Aires y se podría bajar drásticamente el índice de delite. Y fundamentalemnte, se podrían atraer inversiones de empresarios, pymes y comerciantes que quieran abrir empresa y negocios que puedan generar empleo genuino para los vecinos.  

- Qué un Intendente se presente como candidato a concejal, ¿no es una burla al electorado?

Claramente. Las candidaturas testimoniales son una falta de respeto y una estafa al electorado porque quien se postula sabe que no va a asumir. Pero además, en el caso de Espinoza, es realmente inexplicable porque en general los intendentes que hacen ese tipo de cosas lo hacen para plebiscitar su gestión porque son buenos intendentes. Espinoza es el peor Intendente de la República Argentina.