Así es Estancia Huetel: El majestuoso palacio francés escondido en el corazón de la Provincia
Es uno de los más esplendorosos del país. El chateau de impronta francesa se erige en el partido bonaerense de 25 de Mayo, a 350 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Pertenece a una destacada familia aristocrática. El establecimiento actualmente está cerrado al público aunque los lugareños saben que en el lugar todavía se reciben personalidades importantes.
La Estancia Huetel es una de las más esplendorosas de toda la Argentina. Construida en el siglo XIX como un chateu francés en estilo Luis Xll, el castillo fue la residencia de verano de Concepción Unzué de Casares, un mítico personaje que se pasó su vida creando palacios urbanos, rurales e iglesias, todos fastuosos e imponentes, y que a los 95 años se lamentaba porque ya no tenía fuerzas para seguir sembrando palacios sobre la pampa, y continuar donando escuelas rurales, hospicios y hospitales.
El arquitecto suizo Jacques Dunant, de formación francesa, trazó los planos de Huetel. Su construcción comenzó en 1906 y fue realizada en etapas. Como se esperaba, el palacio resultó ser una suntuosa construcción con detalles únicos como una imponente escalera de mármol, boiserie y terrazas. El establecimiento tenía 60.000 hectáreas aunque hoy conserva 7.000. La casa cuenta con cuarenta dormitorios, pese a que Concepción Unzué de Casares era viuda y sin hijos.
En la estancia se solía invitar a los huéspedes distinguidos a plantar un árbol. El propio Eduardo VIII, príncipe de Gales, lo hizo en 1925. El duque de Windsor fue uno de los huéspedes más célebres de la estancia. Según cuentan las crónicas de la época, llegó en tren hasta el corazón del establecimiento, que disponía entonces de un ramal de Ferrocarril Sud y de un andén propio. Marcelo T. de Alvear, presidente de la Argentina durante el período 1922-1928, fue otro de los personajes ilustres que se hospedó allí.
Concepción Unzué murió en 1959, sin hijos. Dejó la estancia a su sobrina Josefina Álzaga Unzué de Sánchez, cuya hija, Josefina Sánchez Álzaga Larreta, heredó la propiedad y fue la responsable de mantener el esplendor del lugar. Casada con Agustín Larreta, ya fallecido, tenía tres hijos (Pablo, Juan y Mercedes), nietos y bisnietos, que frecuentan todo el año el campo. Además, si bien no está abierto al público, esas tierras en la actualidad se utilizan para fines agrícolas y ganaderos.
El majestuoso palacio sigue habitado por los herederos y actualmente pertenece a la familia Sanchez Elía. Son muchos los curiosos que se acercan con ganas de conocerlo. Sin embargo, el hermetismo es constante: sólo el círculo más íntimo tiene acceso a la estancia. Los lugareños saben que en el lugar todavía se reciben personalidades importantes, se celebran fechas significativas y emotivos casamientos que se vuelven inolvidables por la imponente escenografía que ofrece el palacio.