Balance 2024 de las PyMES bonaerenses: “Con una presión tributaria superior al 50% no podemos competir con el mundo”
Así lo explicó el titular de la Confederación Económica de la Provincia (CEPBA). Se refirió a las consecuencias de la recesión para el sector. Comparación con ventas en 2023 y caída del poder adquisitivo.
Guillermo Siro, presidente de la entidad, realizó un balance del año poniendo el foco en las dificultades que enfrentaron las pequeñas y medianas empresas (PyMEs). En ese marco, consideró que el año estuvo marcado por la recesión y una fuerte caída del poder adquisitivo. Además de los reclamos al Gobierno Nacional, Siro insiste en que es necesario que la Provincia y municipios también se ajusten para lograr una administración eficiente sin aumentar impuestos.
El análisis del titular de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires (CEPBA), se dio luego de concluida la reunión de cierre de año de la entidad. El encuentro se realizó en la ciudad de La Plata, precisamente en las instalaciones del Grupo Anacleto, donde se presentaron dos casos de la incorporación de nuevas tecnologías a los procesos productivos en las PyMEs. Entre los asistentes se destacaron las presencias de Martín López Armengol, presidente de la Universidad Nacional de La Plata y del empresario Carlos Anacleto, anfitrión principal.
“El año 2024 fue un año muy duro, fue un año de ajuste, y es un año de recesión profunda. Esta recesión que se vio agravada al tener un 2023, salvo en los últimos dos meses, de abundancia por una gran emisión, recordemos que noviembre y diciembre del 2023 fueron malos meses, muy malos meses. Por eso cuando comparamos que el incremento de las ventas fue aproximadamente un 1% más alto que el 2023, no es una gran venta para el mes de diciembre”, explicó Siro en relación a las ventas.
En cuanto a los costos que afrontan las PYMES aseguró que “el aumento de las tarifas de los servicios privatizados y monopólicos fue muy superior a la inflación. Es el único sector que cobra primero e invierte después. Las facturas aumentaron cinco o seis veces, entonces el trabajador primero utiliza sus recursos para pagar la luz, el gas, el agua. el transporte, los impuestos, después come y en algunos casos compra algo”. Y en ese marco, analizó: “Así, la recesión es inevitable y el problema es que todos tenemos a los mismos clientes“.
Asimismo, en cuanto al rol del Estado, Siro valoró el freno a la espiral inflacionaria, pero señaló que este año hubo “una significativa transferencia de recursos hacia empresas privatizadas y monopólicas, beneficiarias de los aumentos tarifarios. Esta factor generó una dinámica que afecta tanto a los consumidores como a las empresas”.
“Siempre poniéndonos a disposición del poder político, pero reclamándole al poder político a nivel nacional, pero fundamentalmente al provincial y los municipales, que hagan los esfuerzos y los ajustes que hemos hecho nosotros, porque es mucho más fácil aumentar impuestos que ser eficientes, efectivos y eficaces en la administración de los recursos”, remarcó el titular de CEPBA.
“La presión tributaria es confiscatoria. No hay equilibrio entre lo que nos cobran Nación, provincia y municipios. La provincia de Buenos Aires aumentó impuestos y los municipios crearon nuevas tasas. A su vez, la Nación subió su recaudación a través del aumento de las tarifas de servicios públicos“, señaló el dirigente empresarial.
Agregó que “las PyMEs y el sector productivo vemos un techo cada vez está más bajo porque cuesta repuntar la actividad económica y el consumo ha caído, pero los gastos corrientes y no corrientes se han incrementado. A eso se suma una alta inflación en dólares que nos dejó muy caros para todo el mundo afectando la competitividad en el mercado local e internacional“.
Y añadió que “con una presión tributaria superior al 50%, es imposible que nuestra producción compita con el resto del mundo. Si no se devalúa, se deben bajar los precios de la economía reduciendo impuestos y costos laborales”. También planteó la necesidad de una reforma tributaria integral, una reforma laboral y un pacto fiscal para evitar el ahogo financiero del sector productivo.
En referencia a la apertura de importaciones indicó que “no preocupa a las PyMEs si se garantiza la igualdad de condiciones” y pidió que el gobierno nacional impulse acciones para “igualar la cancha“.
En ese contexto detalló: “Necesitamos reformas para que producir y generar trabajo sea viable, rentable y que permita la planificación de planes de inversión a 20 años. No estamos en contra de la libre competencia, pero hoy competimos con una presión fiscal del 52% contra países que incluso subsidian sus exportaciones. Así, no es posible”.
Señaló que “los sectores que se recuperaron y mejorado su posición, se vinculan a las actividades extractivas como la minería, el petróleo, el agro, básicamente la producción primaria“. También criticó la falta de incentivos para reinversiones locales y admitió que “hay sectores, como el textil entre otros, que prefieren comprar propiedades en Miami antes que apostar por tecnología e innovación en Argentina. Ahora tienen que competir y quizás sea el momento de vender esos departamentos e invertir en tecnología”.
Así, también precisó que actualmente “un producto industrial que se exporta tiene dentro del precio FOB un 20% de impuestos internos, directos e indirectos, eso no es lógico. Los países no exportan impuestos, solamente los cobra el receptor de la mercadería”. De cara al 2025, Siro estimó que es importante “la baja de la inflación, pero es fundamental administrar bien los recursos del estado para empezar a disminuir la presión tributaria a los que pagamos y cobrarle a los que no pagan”.
“Para sobrevivir y crecer necesitamos una menor presión tributaria, combatir la informalidad y sobre todo, una planificación a largo plazo que permita inversiones sostenibles“, subrayó una vez más el titular de CEPBA.
“Las cargas sociales y las leyes laborales, hacen que un trabajador tenga un costo de 130% más de lo que percibe de bolsillo. Además debemos tomar previsiones ante la industria del juicio, la ley de ART y otras que incrementan el costo. Al empleador, pagar un salario de 1.000.000 de pesos, le cuesta 2.300.000 y es uno de los motivos por los que hay trabajadores debajo de la línea de pobreza. Sin dudas, la presión tributaria muchas veces nos saca del mercado”, concluyó.
Fuente: Ser Industria
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