Cambio de roles en la interna del FdT: Alberto ahora tira las bombas y La Cámpora responde con su propia agenda
Los albertistas dejaron de ser moderados y por primera vez contraatacaron al kirchnerismo duro. Hasta el propio presidente ayer prendió fuego todo: Dijo que no es “hipócrita” y que no le gusta “ocultar” la verdad. Antes de que Cristina reaparezca hoy en público, Máximo dio la estocada y jugó fuerte desde el Congreso. Junto a sus diputados dejaron las filosas críticas y sin consensuar con la Casa Rosada, establecieron la agenda de prioridades en Diputados. Así mostraron su poder de fuego al mandatario.
por Christian Thomsen Hall
La interna del Frente de Todos ofreció este jueves un nuevo y curioso capítulo. Es que luego de los ataques sistemáticos por parte del ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés “el Cuervo” Larroque, y distintos dirigentes de La Cámpora hacia el gobierno de Alberto Fernández, los roles parecen haberse invertido. Los seguidores del primer mandatario se quitaron la túnica de monaguillo que lucían desde hace meses y se pusieron el overol, dispuestos a salir y afanarse en el barro para defender la gestión.
Hasta esta misma semana, Martín Guzmán seguía brindando mensajes de concordia y dilección ante el torrente de reprensiones del núcleo duro del kirchnerismo. “Mi función es la gestión, no inmiscuirme en disputas de poder. En un momento difícil, el presidente me confió la responsabilidad de tranquilizar la economía”, había dicho el ministro de Finanzas de la Nación durante su participación en un foro económico en Neuquén. Sin embargo, el clima pacificador que proponía el funcionario apenas duró un suspiro.
Pocas horas después de estos aforismos, y luego de ser blanco durante meses de inescrupulosas críticas por parte de los voceros de Máximo Kirchner, el ala albertista del gobierno sorprendió con su primer contraataque concreto contra La Cámpora. Primero fue el dirigente Luis D'Elía quien señaló en Twitter que "el kirchnerismo entero enfrenta el artero golpe desestabilizador de La Cámpora contra el presidente". Más temprano, en declaraciones radiales, también desafió a Larroque al mencionar que "tiene que callarse la boca y laburar".
Además, desde el propio seno del Gobierno partió otro embate contundente por parte de Aníbal Fernández. "Al presidente no lo va a apretar unas declaraciones estúpidas”, sostuvo el ministro de Seguridad de la Nación, que suele oficiar de vocero de la Casa Rosada cuando se tensa la relación con la terminal kirchnerista del Frente de Todos. En ese contexto, el funcionario subrayó que los reiterados cuestionamientos de Larroque hacia el presidente y sus ministros, fueron considerados como un "agravio" para el Gobierno.
No obstante, la confirmación de la escalada albertista en el fuego amigo del oficialismo terminó de ser confirmada por el propio Jefe de Estado. Fue este jueves en La Tablada durante un Encuentro Federal con trabajadores autogestionados de empresas recuperadas. Allí, Alberto Fernández ofreció un fuerte discurso donde habló de “hipocresía” en un tiro por elevación a sus propios detractores dentro del Frente de Todos, donde aseguró que a él no le gusta “ocultar” lo que pasa.
“Las sociedades todas tienen una cuota de hipocresía. Y viven más tranquilos si hay ciertos temas que no tocamos y que no hablamos. Pero si hay algo que no me caracteriza es la hipocresía. Y si hay algo que no me gusta es ocultar lo que pasa. Y si hay algo que jamás me perdonaría es no prestar atención a un problema que existe y que hay que resolver. Porque es del otro mientras yo no lo conozco. Pero el día que conozco el problema del otro, es mi problema también”, disparó el presidente con un tono de voz mucho más recio al apacible que suele caracterizarlo.
Las palabras de Alberto Fernández, sin dudas, fueron dirigidas para todos aquellos integrantes de La Cámpora que desde hace rato vienen recitando que el presidente no está “atento a la realidad”. En este marco, vale recordar los dichos de la diputada nacional del Frente de Todos, Fernanda Vallejos, que tiempo atrás pasó al centro de la escena luego de que se conociera públicamente un audio en el que descalificó al mandatario y lo tildó de “hipócrita”, “enfermo” y un “okupa que está atrincherado en la Casa Rosada”, entre otros agravios.
“Todos esperábamos que el enfermo de Alberto Fernández, el ocupa de Alberto Fernández, el lunes a las 8 de la mañana estuviera haciendo una conferencia de prensa en el escritorio con todas las renuncias sobre la mesa, diciéndole a la Argentina que había escuchado el mensaje de las urnas como dijo hipócritamente el domingo. Además de ciego parece que es sordo porque jamás ha escuchado nada de Néstor ni de nadie, no solamente no lo hizo, no lo quiere hacer”, había dicho la ex funcionaria de Axel Kicillof, muy cercana a Cristina Kirchner.
Otra integrante del Frente de Todos que había dudado de la capacidad del albertismo fue Cecilia Moreau, que al igual que Máximo Kirchner, declinó en su cargo como vicepresidenta del bloque de diputados del Frente de Todos. Pocos días atrás, la legisladora ultrakirchnerista aseveró que el ministro de Economía "no está mirando con claridad lo que pasa en la cotidianeidad" y agregó que "está cada vez peor el tema". En sintonía con las proclamaciones de sus pares kirchneristas, Moreau habló del fin de "una etapa" y demandó medidas para redistribuir los ingresos.
Así como Alberto y su tropa trocaron su actitud y tomaron la lanza, desde La Cámpora también se advierte un cambio de roles. En ese sentido, Máximo Kirchner presentó ayer un proyecto de resolución en la Cámara de Diputados que apunta contra el ministro de Trabajo de la Nación, el albertista Claudio Moroni, y que tiene que ver con un pedido para que el salario mínimo vital y móvil, que en diciembre tiene que llegar a 47.850 pesos, se adelante al 1 de julio como consecuencia de la crisis inflacionaria.
Por otra parte, este viernes el oficialismo en el Senado con José Mayans y Juliana Di Tullio, -representantes los dos bloques que formaban el mismo espacio del Frente de Todos y que en abril se separaron para quedarse con un nuevo puesto en el Consejo de la Magistratura-, van a presentar un proyecto de modificaciones para el sistema jubilatorio. Cabe recordar que, de acuerdo a la movilidad jubilatoria implementada por este Gobierno, las jubilaciones promedio deberían aumentar un 15% para junio. La idea de La Cámpora también es adelantar estos plazos para encumbrar a ese sector tan postergado.
Lo que hay que tener en claro es que, de esta manera, el camporismo mutó de lanzar declaraciones duras y grandilocuentes a implementar su propia agenda, con proyectos de ley independientes que no están consensuados con la Casa Rosada. Y que además van a contramano de las maniobras del ministro Guzmán, en otro intento por desgastar la figura del debilitado ministro. Estos dos gestos políticos que impulsan desde el sector oficialista que está enfrentado con los manejos de Alberto Fernández, van en detrimento de las medidas de ajuste previstos para distintos sectores que plantea el presidente desde su gestión económica.
Así las cosas, el fuego amigo no se detiene en el oficialismo. Entretanto, tras confirmase que no existe diálogo entre ambos, Cristina y Alberto se presentan hoy en distintas provincias. La vicepresidenta reaparecerá en Chaco y hay gran expectativa por lo que referirá en su discurso. En su última aparición pública, había interpelado al presidente con una dura frase: "Poder es cuando alguien adopta una decisión, la puede aplicar y es respetada por el conjunto. Que te pongan una banda y te den el bastón no es tener el poder". Por su parte, el mandatario desembarca en Tierra del Fuego para encabezar distintas actividades. ¿Habrá una nueva reyerta?
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