Condenado por un asesinato, inició una huelga de hambre en la cárcel
La Corte Suprema desestimó el recurso planteado y dejó firme la condena a prisión perpetua. En la Unidad Penal 3 de San Nicolás, el convicto decidió coserse la boca en señal de protesta.
Ulises Fernández, condenado a prisión perpetua por el homicidio del viverista Ariel Lido Gomila ocurrido el 6 de febrero de 2016 en paraje “El Espinillo” (San Pedro), mantiene su reclamo en la cárcel tras la ratificación de la sentencia en la última instancia posible de apelación, la Corte Suprema.
Sin más posibilidades de revertir el fallo condenatorio, Fernández comenzó esta semana una huelga de hambre y hasta se cosió la boca en señal de protesta por la situación irreversible que debe afrontar: el cumplimiento efectivo de la condena.
"Estoy acusado de un homicidio que no cometí", sostuvo, una vez más, desde su celda en la Unidad Penal 3 antes de proceder a coserse la boca e iniciar la huelga de hambre para llamar la atención por su condición de condenado con sentencia firme e inapelable.
Su pareja, Ivana Astrada, en una carta enviada a La Opinión, tal como hizo cuando se conoció el fallo de la Corte, señala que Fernández fue "castigado" durante "más de una semana" por difundir un video en el que habla sobre la ratificación final de la sentencia en su contra.
"Él va por la verdad, esa verdad que a medio San Pedro no le conviene, esa verdad que pareciera a nadie le conviene que se sepa. Se conforman con una mentira y él sigue siendo el único perjudicado, mientras los verdaderos asesinos están libres", dijo la pareja de Fernández.
El convicto es el único condenado por el asesinato de Gomila, a quien mataron en ocasión de robo en su casa en El Espinillo. Un testigo clave —que Fernández acusó de "falso", sin éxito— lo ubicó en la escena y un jurado ciudadano lo declaró culpable. Como la acusación era por homicidio criminis causa, la única pena posible era la de prisión perpetua.
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