¿Desborde sanitario?: Las medidas “fuertes” apuntaban a evitarlo pero las restricciones “light” se impusieron
A nivel nacional los contagios pasaron la barrera de los 23 mil casos pero el epicentro vuelve a estar en el área metropolitana bonaerense. El gobernador de la Provincia, Axel Kicillof, definió la segunda ola como un "tsunami", vislumbra un potencial colapso sanitario y considera que hay que anticiparlo para evitarlo aplicando medidas severas y urgentes. La postura que aplicará Alberto Fernández en las próximas tres semanas, es más acorde a la visión sanitaria de la Ciudad de Larreta que apuesta a la responsabilidad individual más control estatal con leves restricciones. La duda que persiste es si hay que esperar una saturación sanitaria para endurecer la cuarentena.
Por Ramiro Pablo Gómez
La segunda ola llegó antes de lo previsto y con una velocidad de crecimiento que impacta. Mientras Kicillof lo definió como un “tsunami”, los números epidemiológicos plantean un panorama complejo para las próximas semanas. Mientras que la gobernación bonaerense quería un “cierre fuerte” para vacunar a la población de riesgo, Alberto Fernández, se terminó inclinando por una versión “light” cercana a la Ciudad de Larreta
La Ministra de Salud de la nación, Carla Vizzotti, repite que "las próximas tres semanas son claves". Ese lapso es el que duran las medidas de restricciones “light”.
Segunda ola en números
El primero de abril se contabilizaron en la Provincia de Buenos Aires 7087 nuevos contagios y 1576 en la Ciudad. La ocupación de camas UTI era del 61,6%. Según los números del 8/4, el territorio de Kicillof alcanzó los 12026 nuevos pacientes y, el de Larreta, 2364. En tanto, las camas UTI llegaron a 66,1%. Los fallecidos pasaron de 83 (1/4) a 290 (8/4).
Lo que preocupa a las autoridades de la Provincia es la velocidad de la suba de contagios y la posibilidad de un desborde sanitario. Es decir, colapso en los hospitales, falta de atención médica, saturación de los canales de respuesta inmediata, etc.
Restricciones “light”
Las medidas "duras" que Kicillof debatió con Larreta y Fernández tenían el objetivo de anticipar ese desborde. La otra opcion era que con medidas “livianas” se logre mantener el equilibrio sanitario pero si va rumbo al colpaso, endurecer la cuarentena.
Rodríguez Larreta remarcó la necesidad de priorizar “el bienestar integral, por más que tengamos una prioridad en lo sanitario, tan importante como eso es garantizar que los chicos puedan seguir en las escuelas, que podamos seguir trabajando, realizando actividades físicas, todo lo necesario para poder mantener nuestro bienestar emocional y físico”.
La gestión provincial no ocultó e incluso dejó trascender que su propuesta era más estricta. “La idea era cerrar para vacunar a los de riesgo”, explican. Si bien entienden que es difícil proyectar los próximos contagios ya que dependen de conductas individuales, nuevas cepas y otras tantas variables, la potencia del “tsunami”, les advierte que el desborde es posible y probable.
Desde la Ciudad argumentan que “es la confianza en la acción colectiva" lo que nos va a hacer pasar la ola y exponen su propuesta como “equilibrada” en esta tensión entre la salud y la economía. No manifestaron la posibilidad de futuras restricciones ni escenarios negativos. Larreta expresó su desacuerdo con limitar la circulación pero afirmó que va a respetar lo dictado por la Nación.
Desde la Provincia afirman que van a cumplir a “rajatabla” lo dispuesto por Alberto Fernández pero también aseguran que si suben los casos habrá más restricciones.
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