Drogas alucinógenas, muerte y misterio: El macabro hallazgo de un joven uruguayo y las sospechas de la familia
Su cuerpo fue encontrado con cortes y desangrado. Apuntan a la actual pareja argentina. El antecedente de un episodio violento que no se denunció.
Marcel Xavier González Jorge, de 33 años, fue hallado sin vida en la habitación de una casa que compartía con su pareja en el partido de San Pedro. Su cuerpo presentaba lesiones cortantes que llevaron a la policía y estiman que la muerte ocurrió entre la noche del 9 y la madrugada del 10 de Junio de 2024. Al día de hoy, la causa vuelve a llenarse de preguntas.
El hombre tenía cortes profundos en sus genitales y una arteria perforada. Su cuerpo fue hallado en un establecimiento rural a casi medio kilómetro adentro de la Ruta 191 y será reclamado por su familia, afincada en San José, República Oriental del Uruguay.
Se presume que la muerte ocurrió tras una “ceremonia” de consumo. Allí la pareja habría perdido la conciencia. La mujer salió a caminar varias horas por el campo y cuando regresó encontró el cadáver.
La mujer, de 47 años y propietaria del campo, fue indagada en fiscalía y no pudo precisar lo ocurrido puesto que producto del mismo consumo había perdido la conciencia durante varias horas. Tampoco se descartó la posibilidad de un homicidio, pero el único relato disponible era el de la mujer.
La acusada relató todo lo ocurrido y sostuvo que luego de que ambos consumieran drogas, su novio estaba con un alto grado de intoxicación, que se metió en la piscina y que luego lo encontró muerto, todo cortado y que entró en shock. Esto fue lo que llamó la atención de las autoridades judiciales que, tras descartar participación de una tercera persona, dejaron en libertad a la propietaria del campo.
En el campo encontraron un invernáculo con plantas de marihuana, cogollos secándose en un tender y 14 bolsas con esa sustancia, además de hongos alucinógenos. La mujer refirió que está relacionada con la medicina natural y que ha invertido millones en investigación sobre la cultura cannábica.
Hasta el último 25 de julio, sus amigos, su madre y sus hermanas no tenían noticias sobre su paradero. Comenzaron a preguntar y encontraron las notas sobre el hallazgo. Pasaron casi 50 días sin que sus seres queridos -también tiene una hija de 9 años- fueran notificados.
Una relación que empezó en Uruguay
Al recorrer la historia de Marcel, el hombre de 33 años que conoció a Mariel “Pili” Solís en un "encuentro de ayahuasca" (ceremonia ancestral que consiste en la ingesta de droga que generan un estado de inconsciencia) en Colonia, Uruguay.
Se sabe que estaba enamorado. Llegó al partido bonaerense de San Pedro y se instaló en el campo de unas 30 hectáreas que Solís compartía con su ex pareja y la hija de ambos hasta que se separaron. Allí hay monte de naranjas pero también un sector de cultivo de cannabis y de otras hierbas alucinógenas sobre las que Solís declaró que había hecho inversiones para darles destino de investigación medicinal.
La pareja “iba y venía en la camioneta, casi siempre ella sola”, dijo a LANOTICIA1.COM una persona que trabaja en cercanías de la finca donde está emplazada la casa con piscina que habitaban. Hasta este mismo sábado al atardecer fue vista en la zona céntrica en su camioneta Amarok.
"Él estuvo viajando y en Colonia hubo un encuentro de ayahuasca y ahí conoció a esta mujer que visitaba en este campo frecuentemente. Están los pasajes de Buquebus que confirman sus idas a San Pedro", dijo José Rossa, periodista de San José Ahora, quien junto a su compañero César Reyes ayudaron a la familia. “Su fuente de ingresos eran los alquileres que cobraba por sus propiedades”, agregó, para desalentar las versiones que en algún momento hicieron suponer que se trataba de “un indigente”.
Marcel también era profesor de educación física y entrenador de calistenia. Viajaba cada mes para hacer su cobranza y visitaba a su gente. Los registros de Buquebus indican que su último viaje a Argentina se produjo en el atardecer del 7 de Junio. Arribó a Buenos Aires y desde esa terminal de Puerto Madero, vino en un vehículo con su pareja hasta San Pedro. Un día después apareció muerto.
“Queremos recuperar su cuerpo, traerlo a casa y que se esclarezca todo lo que pasó. Él tenía sus planes de vida, su hija”, dijo Mikaela, una de las hermanas de Marcel que vive en los Estados Unidos con la mamá. “Él llegó a Argentina el 7 de junio a ver a la señora. Vivimos en Estados Unidos, somos 5 hermanos en total y mi mamá. No conocemos a la pareja pero ella sabía de nosotros”, advirtió la mujer que sigue sin entender por qué nadie se comunicó con ellos para avisarles del fatal desenlace. “Nos extraña que teniendo sus pertenencias y su documento no nos hayan ubicado. Nadie nos avisó, ella sabía de nosotros. Lo dejaron como indigente. El nombre estaba mal. Está todo turbio, raro, tapado”, agregó la mujer y clamó: “si alguien sabe algo, por favor que nos ayuden. Esto es una tragedia”.
Un violento episodio en febrero
Aunque el relato parezca de película, a la hora de reconstruir los vínculos de la pareja que -según se estableció consumía lo que cultivaba-, dieron a conocer un violento episodio que se produjo en el mes de febrero. Según relatan, en coincidencia amigos y familiares, Marcel protagonizó un episodio en el que “Pili” lo apuntó con una escopeta.
“Lo subió a la camioneta y lo llevó a la terminal de San Pedro. Lo dejó sin plata”, dijo la fuente, y tuvo que recurrir a su madre para que le girara dinero que le permitiera regresar a Buenos Aires y volver a Uruguay.
Allí pudo contarle a su amigo Sebastián que “una noche que habían salido con una psicóloga amiga de la pareja, ella le contó ‘que le daba vergüenza mostrarse en público con una mujer tan mayor que él’ y eso parece que es lo que desencadenó el escándalo que terminó ”con el escopetazo que le pegó". Por el hecho no hay una denuncia policial.
Las sospechas de la familia
“Él sabía consumir y la dosis que podía aguantar. No podía ingresar a una piscina, tenía los tímpanos perforados. Vamos a mover cielo, mar y tierra para saber qué pasó con mi hermano”, advirtió la hermana sobre la versión que hay en el expediente que ubicó a Marcel dándose un baño en la piscina.
Tras aquella separación, en el mes de marzo volvieron a conectar. “Ella lo llamaba y en marzo se volvieron a arreglar”, explicaron desde Estados Unidos porque Marcel llamaba a su madre a diario.
“Nos resultó extraño, con mis hermanas comenzamos a averiguar”. El último dato cierto fue ese billete de barco sellado el 7 de Junio. Dos días después su pareja le diría a la justicia que “salió a caminar muchas horas”, que no recordaba nada y que cuando regresó encontró el cadáver.
Desde entonces en la zona hay menos movimiento pero continúan también las preguntas por la pareja anterior de Solís: Una persona que se desempeña o desempeñaba en la provincia de Santa Fe como funcionario público al que quienes lo conocen apodan "El Rosarino". Hasta que se separaron era frecuente su presencia, la compañía de la hija a la práctica deportiva y la invitación a otras familias a compartir reuniones. Todo eso había terminado no sin problemas y disputas hasta que llegó Marcel a la vida de “Pili”.
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