El aberrante caso que reveló la trama oculta detrás de los "caza violines": ¿Justicia por mano propia o sadismo?
Un hombre fue engañado por una joven que se hacía llamar “La carnada”. La banda transmitía las golpizas en vivo y viralizaba los datos de las víctimas. Ya hay cinco detenidos.
Un caso estremecedor reveló la existencia de una banda que utilizaba aplicaciones de citas para atraer a sus víctimas, secuestrarlas, torturarlas y exponerlas en transmisiones en vivo por redes sociales. La organización, integrada por cinco personas —cuatro adultos y un menor de edad—, fue desarticulada el 2 de abril, luego de que una de sus víctimas se animara a denunciar. El hecho es investigado por el Juzgado Nacional de Menores N°1.
El caso que destapó la red comenzó a principios de marzo. Un hombre de unos 40 años conoció a través de una app de citas a una joven de 21 años. Luego de varios intercambios virtuales, que también incluyeron imágenes que mostraban a una persona adulta, la charla pasó a WhatsApp. Allí, en medio de un tono cada vez más sexualizado, la mujer deslizó la frase “tengo 13” entre mensajes sueltos. Para la justicia, se trató de una estrategia deliberada de manipulación: las imágenes y el perfil mostraban a una mujer adulta, y el contexto no apuntaba a una conversación con una menor.
La joven lo invitó luego a su departamento en avenida Corrientes al 4300. Cámaras de seguridad la muestran recibiéndolo en la vereda. Minutos después, una vez dentro del departamento, el hombre fue sorprendido por cuatro hombres que irrumpieron en la sala. Tenían físicos imponentes, celulares listos para grabar y comenzaron una brutal golpiza con insultos, gritos y acusaciones de pedofilia.
Durante dos horas y media, la víctima fue torturada física y psicológicamente. Los agresores transmitieron en vivo la escena por la plataforma de streaming Kick. Allí mostraron partes editadas de los chats para incriminarlo, mientras omitían los mensajes que probaban el engaño. También exhibieron los contactos del teléfono de la víctima, lo que provocó un aluvión de mensajes y acusaciones a sus familiares, amigos y colegas. La humillación fue total.
La mujer conocida como “La carnada” era una pieza clave del accionar de la banda. Además de atraer a las víctimas, participaba en las videollamadas previas para sostener la farsa de su edad adulta. En redes sociales, se presentaba abiertamente con ese apodo.
Tras la denuncia, la investigación avanzó rápidamente. La fiscalía derivó el caso al juzgado de menores al confirmarse la participación de un menor en las agresiones. El equipo a cargo del juez Cristian Von Leers, con apoyo de la Policía de la Ciudad, rastreó durante semanas a los integrantes de la banda. Un giro inesperado ocurrió la madrugada del 2 de abril, cuando los agresores realizaron una nueva transmisión en vivo. Esta vez, otra víctima era torturada.
El rastreo de una camioneta habitual del grupo permitió montar una vigilancia en tiempo real. Finalmente, los cinco sospechosos fueron detenidos cuando se acercaron al vehículo. Hasta ahora hay una sola denuncia formal, pero las autoridades creen que hubo más víctimas. En redes sociales aún circulan videos de las agresiones, lo que agrava el daño causado.
Los detenidos enfrentan cargos por privación ilegítima de la libertad agravada por violencia, número de personas intervinientes y la utilización de un menor de edad, con penas que pueden llegar hasta los 25 años de prisión. Para los adultos, la situación se complica aún más por el agravante vinculado al uso del menor.
Para los especialistas que analizan el caso, el objetivo de estas aberraciones fue doble: disfrutar del sufrimiento ajeno y generar contenido viral en redes sociales. Un nuevo y peligroso fenómeno criminal en la era del streaming.
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