El adiós a Gallardo: Un recorrido emocional de un ciclo inolvidable
Alejandro Sabella, DT finalista de Brasil 2014, dijo alguna vez: "Ábranle la cabeza a Gallardo y van a encontrar el Larousse ilustrado del fútbol". El Muñeco dejó su marca en River, en el sentir del hincha y va por su evolución como director técnico.
Por Ramiro Pablo Gómez - Twitter
Desde lo emocional, en el mundo riverplatense, la primera sensación que aparece ante la decisión de no continuar como DT de River es tristeza. Desde lo racional, un agradecimiento eterno por 8 años y medio históricos para la institución.
Entre la tristeza y el agradecimiento
El DT que se va fue el más grande de la historia de River por resultados pero sobre todo por la importancia de su figura para armar distintos equipos con una misma mística ganadora. No tuvo a los Francescoli, Ortega, Aimar sino a jugadores terrenales que les sacó lo mejor de sus cualidades. Salvo excepciones como Julián Álvarez o Enzo Fernández, ninguno de esos jugadores logró en otro equipo la transcendencia que tuvieron bajo su mando. Era la mano del DT. En el ciclo de Gallardo se vendieron jugadores por un total de 250 millones de dólares.
Obviamente la Copa de Madrid fue el logro máximo, el trofeo más deseado y ante Boca pero el proceso completo es el que deja las marcas imborrables para el recuerdo millonario: Enzo Pérez al arco, las eliminaciones múltiples a Boca Juniors, el respeto continental, la contracara entre la calma de Gallardo en el “gas pimienta” y la desesperación de Arruabarena, los “pibes” de inferiores, el césped del monumental, el nuevo campo de entrenamiento, la paz del vestuario riverplatense, el saludo respetuoso de los jugadores ante cada equipo de Copa Argentina de menor categoría…
El mejor interprete del riverplatense
Gallardo supo interpretar a la perfección el sentir del riverplatense en todos sus aspectos: un estilo de juego protagonista, un equipo respetuoso con sus rivales, un grupo humano de futbolistas resilientes.
Entre el hincha y Gallardo había una relación mimética en cuanto a la actitud del equipo que el riverplatense espera, los cambios a tiempo, y hasta las conferencias de prensa sin vueltas: la sinceridad del DT para reconocer que se jugó mal o para dar respuestas detalladas y sin casete.
Es poco probable que en el corto tiempo aparezca otro Gallardo en el banco de River. Lo que pasó fue poco común para el fútbol contemporáneo, un técnico con una continuidad de casi 9 años.
Es lamentable aunque lógico que el ciclo tenga un primer final. El hincha de River le hubiera firmado la eternidad pero el DT puede sufrir el desgaste de su propia exigencia. Además, es necesario que pruebe otros desafíos para su propia evolución como técnico.
Seguramente estemos en presencia de uno de los técnicos más capaces del mundo. La continuidad de su trayectoria lo va a ubicar en el lugar que le corresponda. River Plate seguirá su rumbo y soñará con una segunda etapa.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión