A 42 años de Malvinas: Milei habló de Roca durante el acto y pidió "reconciliación" con las Fuerzas Armadas
El presidente fiel a su estilo, lanzó un filoso discurso donde reivindicó a Roca. Y dijo: "Somos, después de décadas, el primer gobierno que tiene un rumbo claro para ser un país soberano".
Este martes, el jefe de Estado argentino encabezó el acto conmemorativo por el 42° Aniversario del Día del Veterano y Caído en la Guerra de Malvinas que fue transmitido en directo por cadena nacional. El mandatario se mostró acompañado por la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
El presidente comenzó su participación dirigiéndose a la Plaza San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires, donde colocará una ofrenda floral en el Cenotafio de los Caídos en Malvinas. Posteriormente, se dirigió al acto central que tuvo lugar en la intersección de las avenidas Santa Fe y Maipú.
Al leer su discurso, Milei convocó a los jefes de las fuerzas y a los veteranos de la Guerra a participar del Pacto de Mayo. En su alocución resaltó la figura de Julio Argentino Roca, lo que generó un momento de tensión entre los presentes. Y llamó a la reconciliación con las fuerzas armadas.
Esta mañana, el presidente Milei también compartió en sus redes sociales una imagen satelital de las Islas Malvinas acompañada de su clásico eslogan libertario: “Viva la libertad carajo”. La foto fue publicada a primera hora de la mañana a través de su cuenta de Instagram.
Las frases más destacadas de Milei
- Para que los reclamos soberanos sean escuchados y respetados, es condición necesaria primero que el país y su dirigencia sea respetada, ya que nadie tomaría en serio el reclamo de desfolteadores seriales y corruptos.
- Somos, después de décadas, el primer gobierno que se hace cargo de esta situación y que tiene un rumbo claro para ser un país realmente próspero y soberano.
- La principal inspiración para nuestro reclamo de soberanía es el gran general Julio Argentino Roca, el padre de la Argentina moderna.
- No existe soberanía sin prosperidad económica y como muestra toda la evidencia empírica, no existe prosperidad económica sin libertad económica.
- ¿Qué reclamo por la soberanía es posible si la dirigencia de un país se dedica a menospreciar y hostigar a sus Fuerzas Armadas?
- Convoco al conjunto de la sociedad y a la dirigencia política a que este 2 de abril inauguramos una nueva era de reconciliación con las Fuerzas Armadas que trascienda a este gobierno.
- Me comprometo a que durante nuestro gobierno podremos tener una hoja de ruta clara para que las Malvinas vuelvan a manos argentinas.
El discurso completo de Milei
Hoy estamos aquí reunidos a 42 años del inicio de la Guerra de Malvinas para conmemorar y rendir homenaje a nuestros héroes, a los caídos en combate y a sus familias. El mejor homenaje a los que dieron la vida por nuestro país es defender el reclamo inclaudicable por la soberanía argentina sobre las Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes, pero un reclamo real y sincero, no meras palabras en foros internacionales con nublo impacto en la realidad y que solo le sirven al político de turno para impostar un falso amor por el país. Nos hemos cansado de escuchar a lo largo de las últimas décadas políticos que se golpean el pecho defendiendo nuestro justo reclamo por las islas, sin que tenga un solo resultado para mostrar después de todos estos años.
Para que los reclamos soberanos sean escuchados y respetados, es condición necesaria primero que el país y su dirigencia sea respetada, ya que nadie tomaría en serio el reclamo de desfolteadores seriales, corruptos o dirigentes políticos que más que una visión de país lo que defienden es un modelo de negocios. Para que una nación soberana sea respetada en el concierto de las naciones, hay dos condiciones esenciales que deben darse. Esa nación debe ser protagonista del comercio internacional y también debe contar con fuerzas armadas capaces de defender su territorio frente a cualquiera que intente invadirlo. Nadie escucha ni respeta a un país que solo produce pobreza y cuyos políticos desprecian a sus propias fuerzas. Argentina, producto de la dirigencia política de las últimas décadas, no ha cumplido con ninguna de las dos condiciones que acaba de señalar. No es coincidencia que poco y nada se haya avanzado en el reclamo por nuestras islas.
Somos, después de décadas, el primer gobierno que se hace cargo de esta situación y que tiene un rumbo claro para ser un país realmente próspero y soberano. No hay que irse muy lejos ni inventar nada que hoy recordamos como la generación del 80 que consolidó nuestra soberanía territorial y nos marcó el rumbo para cumplir tamaña tarea. De esa generación, la principal inspiración para nuestro reclamo de soberanía es el gran general Julio Argentino Roca, el padre de la Argentina moderna. De esa generación, la principal inspiración para nuestro reclamo de soberanía, como decía, es el gran general Julio Argentina Roca, el padre de la Argentina moderna. Él comprendió como nadie el mandato de una economía próspera y de unas fuerzas armadas respetadas como base de una nación grande. Este 2 de abril, y en homenaje a nuestros veteranos y sus familias, tenemos que retomar su ejemplo.
Argentina es el octavo país más extenso del mundo, tiene soberanía plena sobre nuestro territorio, más de 3,5 millones de kilómetros cuadrados, requiere de una economía pujante y vigorosa, una economía que genere riquezas y oportunidades en cada rincón del país. No existe soberanía sin prosperidad económica y como muestra toda la evidencia empírica, no existe prosperidad económica sin libertad económica. Justamente en materia económica, los presidentes de la llamada generación del 80 no hicieron otra cosa que lo que nosotros proponemos hoy en día, un Estado restringido a sus funciones esenciales y libertad para producir, trabajar, comerciar y circular. Gracias a ellos, Argentina se pobló, hubo orden, progreso y oportunidad a lo largo y ancho de la patria. De ser una tierra de bárbaros, pasamos a ser una tierra de oportunidades para millones de inmigrantes que llegaron para forjar su propio destino. Todas las reformas que impulsamos hoy son para que los argentinos volvamos a ser libres y de esta libertad surge una nación fuerte y próspera, con poder real para reclamar por su soberanía y ser respetada por otras naciones. Pero como demostró el Presidente Roca, la economía por sí sola no alcanza. No hay soberanía, no hay respeto internacional por nuestros intereses si la dirigencia política hace hasta lo imposible para ensuciar el nombre de nuestras Fuerzas Armadas.
En los años donde se consolidó nuestra soberanía, las Fuerzas Armadas eran valoradas por el conjunto de la dirigencia y por la sociedad. Vestir un uniforme era motivo de enorme orgullo. La política ha querido borrar esto de nuestra memoria colectiva, hostigando y humillando a nuestras fuerzas. Pero ¿qué reclamo por la soberanía es posible si la dirigencia de un país se dedica a menospreciar y hostigar a sus Fuerzas Armadas? ¿Qué homenaje a los héroes de Malvinas puede hacer sincero si en simultáneo el Estado financia grupos y organizaciones que no hacen otra cosa que desprestigiar a nuestras Fuerzas? A los héroes de Malvinas y a nuestras Fuerzas Armadas les digo, ese tiempo se ha acabado. Ustedes son motivo de orgullo para nuestra nación y en esta nueva Argentina tendrán el respeto que les ha sido largamente negada. Pero, además, no quiero que el respeto a las Fuerzas Armadas y a los héroes de Malvinas sea monopolio de un espacio político, no.
Nuestros militares y veteranos se merecen algo más grande y duradero que eso. Por eso convoco al conjunto de la sociedad y a la dirigencia política a que este 2 de abril inauguramos una nueva era de reconciliación con las Fuerzas Armadas que trasciende a este gobierno. Una era que rinda homenaje sincero a sus héroes, dándole a las Fuerzas Armadas el lugar, el reconocimiento y el apoyo que se merecen. Una era donde el apoyo a las Fuerzas Armadas venga acompañado de una economía próspera y pujante, para que puedan contar con los recursos y las tecnologías necesarias para defender a nuestra patria con dignidad. Una era donde estemos a la altura del sacrificio de nuestros héroes y caídos, donde ellos puedan ver desde el cielo o la tierra una Argentina próspera y grande de nuevo. Una era en la que cada argentino, en cada rincón de nuestro país, sienta gratitud frente a aquellos que por vocación deciden vestir los uniformes de la patria y enaltecer los colores de nuestra bandera.
El primer paso de esta nueva doctrina lo daremos el 25 de mayo en La Docta, en la provincia de Córdoba, donde firmaremos el Pacto de Mayo, estableciendo las 10 políticas de Estado del Nuevo Orden Económico Argentino, y para el que quiero extender una invitación especial no solo a los miembros del Estado Mayor Conjuntos y las Fuerzas Armadas, sino también a las organizaciones de veterano de Malvinas para que sean testigos y estandarte de la nueva Argentina. Para finalizar, quiero reiterar nuestro reclamo inclaudicable por las Islas, y me comprometo a que durante nuestro gobierno podremos tener una hoja de ruta clara para que las Malvinas vuelvan a manos argentinas. A los veteranos, a sus familias y a todos los que visten un uniforme en defensa de la patria, quiero agradecerle su servicio en nombre de todo el pueblo argentino. Que Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen. Muchas gracias y ¡Viva la libertad, carajo!
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