La última sesión del Concejo Deliberante de José C. Paz terminó con gritos, reproches y caras largas. Todo empezó con un proyecto de resolución presentado por la concejal Mónica Ramos, de Unión por la Patria, que propuso crear una escuela municipal de formación Fitness desde la Dirección de Derechos Humanos. Lo que parecía una iniciativa simple, generó una tormenta política.

Desde la oposición cuestionaron la propuesta al considerar que esa función le corresponde a la Secretaría de Deportes, que ya realiza actividades deportivas con estructura y presupuesto propio. Pero Ramos no se quedó callada. En medio del debate, alzó la voz para defender su proyecto, asegurando que no implica gasto alguno para el municipio y que la Dirección de Derechos Humanos, que ella misma dirigió y -que según informó el medio local Darinfo- hoy está a cargo de su hija, tiene alcance “transversal” y abarca todas las áreas.

“Nos pertenece todas las áreas”, exclamó la concejal, mientras remarcaba que su iniciativa busca ofrecer contención gratuita a todos los vecinos del distrito. También destacó que ya egresaron 600 alumnos, incluso de municipios vecinos, y lanzó una frase que dejó a varios desconcertados: “Estos cursos tienen salida laboral. Y todo lo hacemos a pulmón con ayuda de los vecinos, a nosotros no nos dan nada”.

El comentario generó murmullos entre los concejales. No quedó claro si era una crítica al intendente de su propio espacio, Mario Ishii, o una respuesta directa a sus rivales políticos. En un momento, Ramos hasta imitó al concejal Fabricio Cheiro (CC ARI), en tono burlón. A pesar de todo, y luego del acalorado cruce, el proyecto fue aprobado.

Según trascendió, los dichos de Ramos no habrían caído bien en el entorno de la Secretaría de Deportes, aunque por ahora nadie salió a hablar públicamente. Lo que sí quedó claro es que el fitness municipal llegó... pero envuelto en polémica.

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La Noticia 1

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