La conmovedora historia de Arturo, el perro maltratado y abandonado en Bragado que ingresó a la casa de Gran Hermano
El perro mestizo galgo era utilizado para carreras clandestinas en el interior bonaerense. Ahora tendrá refugio con los participantes del reality después de ser maltratado y abandonado por sus dueños.
El último ingreso a la casa de Gran Hermano no fue otro concursante humano, sino un valiente canino llamado Arturo. Anoche, la casa más famosa de la televisión abrió sus puertas a un nuevo miembro de cuatro patas, trayendo consigo una historia de sufrimiento, pero también de esperanza y amor.
Arturo, un mestizo de galgo de poco más de un año, fue rescatado de una situación desgarradora en las calles del partido bonaerense de Bragado. Su historia, narrada por Santiago del Moro, reveló un pasado marcado por el abuso y el abandono. Desde muy temprana edad, fue víctima de maltrato por parte de sus antiguos dueños, quienes lo obligaban a participar en carreras clandestinas y lo utilizaban para la caza. Sin embargo, un día, decidieron deshacerse de él, dejándolo a su suerte en un descampado, donde fue encontrado por almas compasivas que no dudaron en brindarle una segunda oportunidad.
El ingreso de Arturo a Gran Hermano simbolizó el comienzo de una nueva vida para este valiente cachorro. Santiago del Moro anunció que la casa sería un hogar de tránsito para este animal, y cualquier concursante que desee adoptarlo al finalizar el programa tendrá la oportunidad de hacerlo. En caso de que nadie lo reclame, el propio conductor se comprometió a brindarle un hogar amoroso.
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La producción de Gran Hermano también tomó medidas para garantizar el bienestar de Arturo durante su estancia en la casa. Se le proporcionó una maleta con sus pertenencias, incluyendo juguetes y recipientes para su comida. Además, se estableció un estricto protocolo de cuidados que todos los concursantes deberán seguir para asegurar el bienestar del nuevo miembro de la casa.
Entre las instrucciones, se destaca la importancia de alimentar a Arturo dos veces al día con una medida específica de comida, proporcionarle agua fresca constantemente, y mantener la limpieza de la casa levantando sus necesidades diariamente. También se estableció que Arturo tendrá libertad para deambular por todos los sectores de la casa, excepto el área de la piscina, donde estará bajo supervisión.
La llegada de Arturo no estuvo exenta de emociones. A pesar de la tensión inicial, todos los habitantes de la casa se conmovieron al verlo entrar, especialmente Paloma y Zoe, quienes no pudieron contener las lágrimas al darle la bienvenida. Aunque Arturo mostraba signos de nerviosismo y miedo, comprensibles dadas las experiencias traumáticas que había vivido, pronto comenzó a ganarse el corazón de todos con su valentía y determinación.
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