La Corte Suprema condenó a la Provincia a indemnizar con 400 millones de pesos por la “Masacre de Ramallo” de 1999
La Justicia decidió que la viuda del gerente del Banco Nación de ese municipio sea resarcida por el inexplicable accionar de la policía que acribilló el auto donde escapaban los ladrones que intentaron asaltar la sucursal bancaria con los rehenes arriba del automóvil.
La Corte Suprema decidió condenar a la provincia de Buenos Aires con más de 400 millones de pesos más intereses a la viuda del gerente del Banco Nación de Ramallo, Carlos Chávez, asesinado en 1999 en el intento de asalto a la sucursal de ese municipio.
El trágico episodio es conocido como “la Masacre de Ramallo” y la condena fue dispuesta como resarcimiento para Flora Lacave, una sobreviviente de la balacera con la que terminó el frustrado intento de robo.
En síntesis, la Corte hizo lugar a la demanda seguida por Flora Beatriz Lacave, viuda del gerente de la sucursal bancaria, Carlos Chávez, y sus cuatro hijos: Beatriz, Cecilia, Daniela y Carlos Gabriel.
El resarcimiento, resolvió la Corte lleva las firmas de Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y la conjueza Rocío Alcalá. El monto asciende a 407.082.000 pesos, más intereses a computar desde el año 2005.
Qué es la “Masacre de Ramallo”
Se desencadenó en la madrugada del 17 de septiembre de 1999, aunque los hechos habían comenzado un día antes, cuando un grupo de delincuentes asaltó el Banco Nación de esa ciudad y tomó rehenes.
Los delincuentes intentaron escapar en un auto marca VW Polo verde con el contador Carlos Santillán, el gerente del banco Carlos Chávez y su esposa Flora Lacave como rehenes, pero el coche fue atacado a balazos por la Policía desde varios ángulos.
Además de Santillán y Chávez, murió uno de los delincuentes, Javier Hernández, mientras que la esposa del gerente, Flora Lacave, y el asaltante Carlos Martínez sufrieron heridas. Otro delincuente, Martín Saldaña, resultó ileso, pero sospechosamente murió ahorcado en la comisaría segunda de Ramallo.
Aún hoy, la imagen de los cuerpos acribillados de dos de los rehenes tomados en el Banco Nación de Villa Ramallo genera indignación en todo el país por la inexplicable reacción de la policía, que disparó a matar hacia el auto en el que tres asaltantes y sus tres víctimas salieron de la sucursal.
Los policías abrieron fuego contra el automóvil pese a que Chávez iba al volante. Al lado de él estaba Santillán, sentado en las rodillas de uno de los ladrones, que lo usó como escudo, y en el asiento trasero, en medio de otros dos delincuentes, estaba la esposa del gerente.
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