Por Ramiro Pablo Gómez - Twitter

Ubicada en el municipio de Chacabuco, las 50 hectáreas de La Mariápolis Lía, intentan hacer real una utopía. Compuesta de 120 personas de todas partes de Latinoamérica, que viven de manera permanente o temporaria, proponen un “mundo unido” basado en las lecturas del Evangelio. 

Tienen su propia forma de gobierno, se auto gestionan, y todos los días a las 12 del mediodía sucede el Time Out, donde se toman un minuto para pedir por la paz y unidad mundial. 

LANOTICIA1.COM, habló con sus referentes, Ángela Correia y Norberto Cartecchini:

- La Mariápolis Lía funciona en un predio de 50 hectáreas y tiene su propia filosofía de vida. Fue fundada en 1968 y forma parte del Movimiento de los Focolares. ¿De qué se trata este movimiento? ¿Cuándo surge? 

Norberto Cartecchini: Este movimiento surge en Europa, en Italia, durante la Segunda Guerra Mundial en 1943. Es un movimiento que nace de un grupo de jóvenes, de chicas. Está basado en la lectura del Evangelio. A partir de ahí se fue difundiendo, primero en Italia, después en Europa y luego por todo el mundo. La finalidad, el carisma de este movimiento, es la unidad. Que toda la humanidad sea una sola cosa. Eso toma inspiración también del Evangelio mismo y por eso el movimiento hace parte de personas de todo tipo de creencias y culturas. 

El movimiento se ha difundido en todo el mundo y tiene distintas concretizaciones de las cuales La Mariápolis es una de ellas pero en general el movimiento está distribuido en las ciudades, en la gente, en las familias, en los jóvenes, no es que tiene un lugar determinado de reunión sino donde cada uno trata de vivir y comunicar este espíritu.

- Entonces este movimiento surge en un momento de crisis porque transcurría la Segunda Guerra Mundial 

Norberto Cartecchini: Un poco la constatación de que en el fondo la guerra tira abajo todo, eran jóvenes estas chicas y, por lo tanto, los ideales que ellas tenían no los podían concretar. Se rompieron facultades, rompían matrimonios Se encontraron con el dolor cara a cara, con la realidad de la muerte. Y es ahí donde en ellas surge la idea de que lo único que nos pasa es Dios. A partir de ahí ellas buscan en el Evangelio una respuesta a las preguntas que surgían en ellas. Y así nace el movimiento.

- Desde esta filosofía ustedes buscan un tipo de sociedad, una especie de utopía ¿De qué se trata esta idea?

Ángela Correia: Podemos decir que sí. Es una utopía que vimos que se va concretando día a día. Las personas que ponen en práctica esta espiritualidad, la encarnan a diario. Es saber que el otro es como vos o yo. Es una regla de oro que está en todas las grandes religiones. 

- La Mariápolis Lia está en O'Higgins entre los municipio de Chacabuco y Junín

Ángela Correia: Está entre Chacabuco y Junín aunque es una localidad de Junín. Estamos en la mitad del camino entre las dos ciudades. cerca del pueblo de O'Higgins que tiene 1.200 habitantes. 

Norberto Cartecchini: Estamos a 3 kilómetros del pueblo de O'Higgins que tiene 1.200 habitantes que pertenece a Chacabuco pero nosotros estamos en Junín Es una divisoria de agua 

- ¿Y cuánta gente vive en La Mariápolis? 

Norberto Cartecchini: El número de personas que vive es variable. Hay personas que viven establemente y hay otras que vienen por un tiempo, la mayoría. Hay jóvenes, familias En este momento somos unas 120 personas más o menos de los cuales jóvenes que vienen hacer un periodo de formación por un año, en este momento, son unos 30, 35 jóvenes de Argentina y otras partes de Latinoamérica. Hay también algunas familias que viven aquí, otros residen en el pueblo de manera más estable. Es una comunidad bastante internacional. Hay europeos también. Hay gente que está más o menos estable y personas que vienen por un tiempo a hacer una formación y después regresan.

- ¿Y en la cotidianeidad qué hacen ahí? Porque hay gente que vive establemente Que tiene su vida ahí y después hay personas que hacen un proceso de formación. ¿Qué es lo que hacen? 

Norberto Cartecchini: Los jóvenes vienen a hacer una experiencia de vida. Son personas que en general ya tienen contacto con el movimiento en sus ciudades, con la espiritualidad. Los jóvenes generalmente terminado el colegio secundario, la mayoría de ellos, vienen por ocho o nueve meses a hacer una experiencia de vida. Después aquí trabajan, se forman en la espiritualidad del movimiento y sobre todo hacen una experiencia de vida comunitaria que es la propuesta que hace la Mariápolis.

Después aquí se hacen una especie de escuelas temporarias para familias, sacerdotes, profesionales. Hay distintas ofertas de propuestas educativas que se van desarrollando durante el año.

Ángela Correia: Decimos que es una formación integral de vida y trabajo. Es una formación al trabajo. Son talleres que tenemos acá para que desarrollan en ellos la responsabilidad, la puntualidad, en síntesis, la formación al trabajo.

- O sea, es una formación hacia la fuera, para después vivir fuera de La Mariapolis de otra manera

Norberto Cartecchini: Por supuesto. La Mariápolis está concebida como un espacio en el cual uno viene, se forma, para regresar a su ciudad y está pensada también como un espacio de irradiación. Esa propuesta del mundo unido que el movimiento tiene en su esencia, que acá se puede materializar, se puede ver. Por eso viene mucha gente también a pasar uno, dos, tres días o a pasar un fin de semana porque comparten un poco el clima de convivencia y las propuestas que se hacen acá. Pero La Mariápolis tiene sentido en la medida que se proyecta hacia afuera, la persona regresa y se integra a su realidad.

- Y la ciudad tiene su propia economía, se autogestiona. Tiene productos y comercia con empresas ¿Qué es lo que producen?. Los trabajadores que se emplean ahí, ¿son de la misma Mariápolis o hay gente de afuera? 

Ángela Correia: Nosotros nos auto sustentamos. No tenemos aportes de nadie. Tenemos una empresa de mermeladas, alfajores, almíbares, producimos artesanías, tenemos un campo que lo rentamos para que produzcan. La Mariápolis hace también un camino ecológico sin agrotóxicos. Los productos son vendidos afuera, tenemos algunas empresas que los compran y comercializan. Los empleados son del pueblo, algunos de La Mariápolis, adultos que vienen a pasar un periodo acá, y también empleados de O'Higgins.

- Ahí trabajan de martes a sábado durante 6 horas y hay algo que se llama Time Out. No sé si está vinculado al momento del trabajo o es algo más cotidiano.

Ángela Correia: Trabajamos de martes A sábado pero nosotros estamos abiertos a los visitantes, a las personas que vienen a hospedarse acá se jueves a domingo. El lunes estamos cerrados, sería nuestro domingo, nuestro día de descanso.

El Time Out es una propuesta que Chiara Lubich, la fundadora del movimiento, nos hizo hace muchos años. Sería un minuto para la paz. Todos los días, todo el mundo, a las 12 de mediodía hacen una oración, un pensamiento, por la paz en el mundo. Es a nivel mundial. Se hace un minuto de silencio por la paz en el mundo. Ese es el Time Out. Es una  costumbre que tenemos hace varios años.

- O sea, no es que se reúnen. Cada uno en su lugar hace esa práctica

Ángela Correia: Exactamente, cada uno en su lugar.

- Tiene una forma de gobierno propia ¿No? En qué consiste.

Norberto Cartecchini: Tenemos una especie de consejo donde se ven los distintos aspectos. La economía, la recreación, todo lo que tiene que ver con la formación. Ese consejo se reúne periódicamente, se van tomando decisiones. Después están los responsables de las distintas áreas, de los distintos trabajos, los encargados de las escuelas de formación. Es como una especie de pequeña ciudad con todos los aspectos y matices que puede tener una vida social.

- La gente que quiere vivenciar la vida en La Mariápolis, tiene la posibilidad de contratar alojamiento turístico. ¿Cómo es la propuesta de la ciudadela para el turista?

Ángela Correia: Tenemos una oficina de reservas. Los interesados se anotan y vienen a pasar el fin de semana con nosotros, conocer nuestra propuesta de vida, compartir con nosotros estos momentos. Hay visitas guiadas, degustación de los productos que hacemos, un momento de recreación, de intercambio con los habitantes de La Mariápolis, Son varias las propuestas y depende del periodo también.

Por ejemplo, para el 1 y 2 de junio, estamos preparando una fiesta intercultural. Sábado y domingo, con visitantes de varios países, con degustación, un poco de cultura, de folclore. Para mostrar cómo se puede vivir en armonía entre todos los países.

Norberto Cartecchini: Después muchas personas vienen a descansar. O sea, no conocen y vienen a pasar un día de campo. Por ejemplo, los domingos, los sábados, viene mucha gente de Junín, de Chacabuco, a disfrutar del parque, tenemos muchas hectáreas, mucho verde y entonces, simplemente la gente viene descansa, toma mate y se va.

Después vienen de colegios, sea de la primaria, de la secundaria, porque hacen a veces la conclusión del año. A veces lo integran a sus actividades de formación. Vienen por dos, por tres días. A veces vienen instituciones que organizan sus congresos, grupos de empresa, grupos de yoga. 

- ¿Y dónde se alojan? ¿Qué tipo de alojamiento tienen? 

Norberto Cartecchini: Nosotros tenemos habitaciones simples, dobles. Ofrecemos la comida, servicios de bar. Es como una especie de casa de retiro. Nosotros teníamos aquí un edificio, que nos lo dieron porque estaban acá los padres capuchinos, un edificio muy grande, con muchas habitaciones. Después nosotros construimos otras estructuras más también para el alojamiento. Hay distintas opciones. Para colegios, por ejemplo, hay salones más grandes, habitaciones más grandes.

- ¿Ofrecen desayuno, comidas?

Norberto Cartecchini: Sí, generalmente nosotros ofrecemos la pensión completa pero las personas a veces requieren solamente desayuno. Se conversa caso por caso.

- Entonces hay posibilidad de pasar un día, una noche, dos o tres. 

Norberto Cartecchini: Sí, sí. Es de jueves a domingo que tenemos habilitado para el turismo. Este fin de semana hubo más de 150 personas alojadas acá.

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Ramiro Gómez

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