A veces se dice que los adolescentes o las mujeres embarazadas tienen las hormonas revueltas. Sin embargo, relacionar la actividad hormonal únicamente con estos grupos de personas no resulta acertado.
El sistema endocrino es importante para todas las personas y en todas las fases de la vida. Y es que las hormonas influyen en casi todo, desde el nivel de fertilidad hasta la presión sanguínea o el estado de ánimo.
En este artículo, echaremos un vistazo a estas últimas, las hormonas del humor, responsables de cosas tan «simples» como enamorarse, preocuparse por un recién nacido o vivir feliz.
Todo empieza con la oxitocina
La oxitocina, conocida como la «hormona del amor» o «droga del amor», es responsable de las sensaciones positivas que tenemos cuando nos enamoramos o nos acurrucamos con nuestra pareja. La oxitocina relaja y fomenta la confianza y la estabilidad mental.
Sin embargo, su función principal es facilitar el alumbramiento. Por ello, a muchas mujeres se les da oxitocina para estimular el parto. Cuando nace el bebé, la oxitocina vuelve a entrar en acción para crear y mantener un vínculo positivo entre la madre y el niño y para ayudar con la lactancia.
La depresión, incluida la depresión posparto, se relaciona con niveles de oxitocina bajos. Así pues, ¿cómo podemos aumentar los niveles de oxitocina en la vida diaria? Socializar, escuchar música (en especial estando en compañía), abrazar a los seres queridos o recibir un masaje pueden ayudar a activar la producción de la hormona del amor.
Una inyección de dopamina
En nuestro cerebro, la dopamina funciona como un motivador: recompensa al sistema con excitación cuando buscamos experiencias agradables y nos motiva a aprovecharlas al máximo. Por este motivo, también está estrechamente relacionada con comportamientos adictivos como fumar, pasar horas en redes sociales o la ludopatía. La secreción de dopamina crea una reacción intensa en el cerebro, lo que provoca que queramos repetir una y otra vez la experiencia que la ha desencadenado.
Hoy en día, estamos sometidos a un bombardeo de nuevas sensaciones y ofertas que fomentan la producción de dopamina: las ofertas del Black Friday, los vuelos baratos a destinos exóticos, la comida basura, el alcohol y el tabaco o los contenidos inacabables de las redes sociales. Hay gente que ya ha empezado a boicotear la era de la dopamina practicando lo que se denomina «desintoxicación de dopamina», es decir, prescindir de estímulos que produzcan su secreción.
Endorfinas, la manera natural de aliviar el dolor
Las endorfinas son un grupo de hormonas muy variadas (hay más de 20 tipos) y muy útiles. El encargado de segregarlas es el hipotálamo, que actúa cuando sufrimos dolor y estrés y cuando experimentamos actividades placenteras.
Si queremos aumentar la producción de endorfinas, podemos hacerlo de varias maneras. Una manera es reír y divertirse, quizá acompañado de una buena comida. Otra manera es practicando sexo o ejercicio, sobre todo cardiovascular. Sin embargo, también podemos hacerlo con actividades más relajantes, como escuchar música o meditar.
Una producción elevada de endorfinas es buena para la salud, ya que reduce el estrés, fomenta la autoestima, rebaja la inflamación y mejora la memoria y las funciones cognitivas.
La serotonina y la felicidad
La serotonina es el antídoto perfecto contra la depresión, tanto en sentido metafórico como en el ámbito de la medicina. Y es que los antidepresivos más comunes funcionan aumentando los niveles de serotonina del cerebro y suelen recetarse a personas con depresión clínica.
Pero ¿qué podemos hacer si simplemente queremos sentirnos un poco mejor? Tomar el sol en invierno es una opción excelente. El ejercicio intenso es otra, ya que contribuye a segregar triptófano, que ayuda a producir serotonina. Podemos estimular la secreción de triptófano con una buena alimentación, especialmente rica en proteínas (el pavo es un buen ejemplo), y con muchos carbohidratos complejos.
Progesterona, la mejor amiga de la mujer
Equilibrar los estrógenos y la progesterona durante el ciclo mensual es un reto complicado para muchas mujeres, pero vale la pena intentarlo. El síndrome premenstrual podría deberse a un nivel bajo de progesterona, como también los cambios de humor, la ansiedad, los periodos irregulares, los problemas de concepción y los abortos naturales.
¿Y cómo evitamos estos problemas? Lamentablemente, los estudios al respecto son escasos y no existe ninguna fórmula mágica. Sin embargo, tomar suficientes vitaminas, reducir los niveles de estrés y cuidar del bienestar general siempre resulta beneficioso, sobre todo durante esos días del mes.
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