Murió el Papa Francisco: el Gobierno oficializó el duelo por 7 días y la bandera nacional permanecerá izada a media asta
La medida se oficializó este martes en el Boletín Oficial. La decisión fue firmada por Milei y tiene como objetivo “honrar la memoria del máximo dignatario de la Iglesia". Es un homenaje al líder espiritual argentino más influyente de la historia.
A través de un decreto publicado este martes en el Boletín Oficial, el Gobierno decretó siete días de duelo nacional por la muerte del papa Francisco, el primer pontífice argentino y una figura querida en todo el mundo. La decisión fue firmada por el Presidente de la Nación Javier Milei y tiene como objetivo “honrar la memoria del máximo dignatario de la Iglesia Católica Apostólica Romana”.
Durante el período de duelo, la bandera nacional permanecerá izada a media asta en todos los edificios públicos del país, como símbolo de respeto ante la partida de Jorge Bergoglio, quien falleció a los 88 años.
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El vocero presidencial, Manuel Adorni, había anticipado la medida a través de sus redes sociales: “Falleció el Papa Francisco, Jorge Bergoglio. Líder espiritual y guía de millones de hombres y mujeres. El Presidente de la Nación decretará siete días de duelo por el fallecimiento del Santo Padre. Q.E.P.D”.
El decreto no detalla otras disposiciones específicas, aunque deja en manos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto la definición de las medidas adicionales. Aún así, se espera la suspensión de actos protocolares festivos, como inauguraciones o eventos oficiales que no estén vinculados con homenajes al Papa.
Además, como parte de las señales públicas de luto, los medios de comunicación y portales institucionales utilizarán el crespón negro en señal de duelo, tanto en sus cabeceras como en transmisiones y plataformas digitales.
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En los fundamentos del decreto, el Gobierno expresó que el fallecimiento del Papa representa “un momento de profundo dolor” para el pueblo argentino. Destacaron su “gran sensibilidad frente a la dignidad de toda persona” y su entrega al servicio “del hombre, las naciones y la humanidad entera”.
“El Sumo Pontífice fue un pastor cercano, sencillo, muy querido, que proclamó la paz, la justicia y la esperanza”, señala el texto. Y agrega que su muerte deja “un legado de humildad y compromiso con los más vulnerables”, al tiempo que invita a recordarlo “siendo fieles a su mensaje”.
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