Ni Bartolomé Cruz ni Juan Carlos Cruz: Un cambio de nombre que persiste en el error
En Vicente López una calle homenajeaba al "diputado provincial Bartolomé Cruz", a quien le atribuían la iniciativa de imponer el nombre para el municipio. Pero en los registros de legisladores bonaerenses no figura nadie con esa identidad. La calle ahora fue rebautizada como "Juan Carlos Cruz", en "honor" a un dirigente que en realidad estuvo al servicio de San Isidro y que se oponía a la fundación de Vicente López. En La Noticia 1 revelamos los detalles de un grave error histórico.
Por RICARDO F. THOMSEN HALL
Historiador, traductor y genealogista
Cambio de nombre
A través de la ordenanza Nº32.315 de la Municipalidad de Vicente López, que fue informada en el Boletín Municipal Nº516, el Gobierno de dicha ciudad cambió el nombre de la calle "Bartolomé Cruz" por el de "Juan Carlos Cruz".
Un error histórico que aún persiste
Algunos historiadores de San Isidro y Vicente López, (como Beccar Varela, Llorens, Kröft, Luqui Lagleyze, Lozier Almazán), y ciertas revistas especializadas (como las del “Círculo de la Historia”, edición número 203, Enero de 2016), que se distribuyen en la Zona Norte del Gran Buenos Aires, además de otras publicaciones, pretenden atribuir al “legislador Bartolomé Cruz”, la iniciativa de imponer el nombre de “Vicente López” para nuestra Ciudad-Partido. E insisten en que este Bartolomé Cruz estaba casado con una descendiente de Da. María Gregoria Vicenta López (y Planes) de Esperón, hermana del autor de nuestro Himno Nacional. Por otra parte, un grupo de personas, también erradas en su apreciación, presentaron hace años ante el Honorable Concejo Deliberante de Vicente López, un proyecto de ordenanza proponiendo el cambio de nombre de la calle del supuesto “Bartolomé Cruz” por el de la calle Juan Carlos Cruz. Y hasta se ha llegado al colmo de que una mujer sin estudios, que ha escrito libros de historia plagiando, por pereza intelectual, y picardía criolla, a otros historiadores, haya presentado ante el Concejo Deliberante un proyecto de ordenanza para borrar el nombre inmortal del Autor del Himno por el nombre de una planta del reino vegetal. Todas estas personas, reitero, están seriamente confundidas.
El misterioso “Bartolomé Cruz”, que nunca fue legislador ni figura en ninguna ordenanza municipal, ni tiene importancia para la historia de nuestro pago chico, podrá haber sido, sin embargo, un hombre de carne y hueso, poblador de la zona, empleado de alguna empresa lugareña, o pescador de la zona ribereña, que es necesario no confundir con Juan Carlos Cruz. Este último estuvo al servicio de los sanisidrenses y sus epígonos, enfrentados a los Alvear y a Marcelino Ugarte. Fue electo legislador en 1903 por la Sexta Sección Electoral de la Provincia de Buenos Aires, que nada tenía que ver con la zona norte de la Capital Federal, y que finalizó su mandato en 1906.
El Debate
El primero de septiembre de 1905, en la primera sesión de prórroga, se trató en la Cámara de DD., en La Plata, un proyecto de ley del Senado, presentado por Madero, en el que se proponía la creación del Partido de “Los Olivos”, con tierras extraídas del Partido de San Isidro. Madero hacía notar que los terrenos que se encontraban al sud de San Isidro, lindando con la Capítal Federal, se habían valorizado en forma extraordinaria. Los propietarios de tierras del futuro Partido pertenecían a nuestra sociedad más distinguida: los Alvear, Lamarca, Casares, Zuberbühler, Tornquist, Unzué, Tomkinson , Llavallol y otros. Y éstos habían concebido fraccionar sus tierras para venderlas. Pero la Comuna de San Isidro, dirigida por enemigos políticos, había dictado una ordenanza que incrementaba los impuestos de esa zona, para perjudicarlos, que imposibilitaba el progreso de la zona de “Los Olivos”, lo que Madero calificaba de “inconstitucional”. Por eso, un grupo numeroso y calificado de vecinos de Olivos había reaccionado, y había constituído una Comisión para gestionar la creación del Partido de “Los Olivos”. Y por eso, Madero pedía a la Cámara el apoyo necesario para aprobar este proyecto, que era apoyado por los vecinos del gran Buenos Aires. Entonces, Rodríguez salta como un resorte y se opone al proyecto de Madero porque para él constituye una sorpresa. Lo interrumpe Madero para decirle en la cara que no es una sorpresa porque el proyecto ya había sido seriamente estudiado con anterioridad. Interviene el Presidente de la Cámara para aclarar que el proyecto no está en discusión, y que Rodríguez, lo que quiere, es que se retire la moción. Madero vuelve a insistir que el futuro Partido ya tiene planta urbana. Rodríguez niega las apreciaciones de Madero. El Presidente lo interrumpe para decirle que todos los argumentos en pro y en contra se debatirán en la discusión del proyecto.
Entonces aparece Juan Carlos Cruz, que es ultramitrista, por lo tanto está en la vereda de enfrente de los Alvear, los Ugarte y los López, representados por Vicente Fidel López. Y en voz alta dice que apoya a Rodríguez y que vota en contra de Madero.
El 13-9-05, en la tercera sesión de prórroga, en la Cámara de DD., se presentó un proyecto del Partido de “Olivos”. Intervino inmediatamente el señor Martínez para expresar que lamentaba que Cruz hubiera votado en contra en aquella ocasión. Entonces Cruz pidió la palabra para fundar su disidencia con Madero, autor del proyecto. Dijo que el nuevo Partido no tenía futuro porque carecía de recursos (lo cual, evidentemente, era falso). Y acto seguido propuso el nombre de “Vicente López” para el Partido que se iba a fundar porque ya existía en los Bajos, desde la década de 1860 aproximadamente, una parada o estación de ferrocarril con ese nombre. Madero, de inmediato tomó la palabra para refutar los argumentos de Cruz, que eran absolutamente falsos. Demostró Madero que los “Olivos” contaban con una población estable, movimiento comercial, superficie y recursos suficientes para gozar de autonomía. Y en cuanto al cambio de denominación del Partido a “Vicente Lopez”, se complacía en aceptarlo por haber sido él, Madero, el autor de la iniciativa, y acto seguido el mismo Madero volvió a taparle la boca a Cruz para comunicarle que ya hacía una larga semana atrás (aproximadamente desde el 3-9-05), el Gobernador Ugarte, en representación de Don Angel Torcuato de Alvear, y sus amigos, Madero, Goyena, Arana, y Vicente Fidel López, nieto del Historiador (casado con “Mecha” Bunge Guerrico), habían decidido de común acuerdo, en una reunión celebrada en el “Círculo de Armas” de la Capital Federal, bautizar al nuevo Partido con el nombre de “Vicente López”.
Cruz, seguramente por una inferencia salida de aquella reunión en el “Círculo de Armas”, que pretendía, sin conseguirlo, atribuirse el rol de ser la voz cantante o ser el portavoz de la sesión legislativa, a pesar de pertenecer a una minoría sin peso, había hecho mención de “Vicente López”, pero volvía a insistir a la misma vez que “Vicente López” carecía de recursos e infraestructura para transformarse en Municipio. Fue, por supuesto, derrotado. Y Maldonado afirmó que estaba de acuerdo con el cambio de nombre propuesto por Madero, pues era una honra para el Autor del Himno y para su hijo, el Padre de la Historiografía Argentina.
Reflexión Final
Juan Carlos Cruz no tuvo arte ni parte en el proceso de creación del Partido de “Vicente López”, y ninguna influencia en las decisiones de los debates o las decisiones de Ugarte y sus amigos. De ninguna manera se le puede atribuir la idea del cambio de nombre, que era un secreto a voces. Lo único que se puede pensar sobre Cruz, que era un fanático ultralocalista sanisidrense, ultramitrista, que había estado permanentemente en contra de la creación de Vicente López, y que era enemigo político de Ugarte, de Alvear y de Vicente López, es que era non saequitur (expresión latina que quiere decir que no se deduce una cosa de la otra). ¿Cómo es posible que un hombre que hablaba pestes de Alvear y de Ugarte y menospreciaba al Partido Radical, y que había estado siempre en contra de la creación del Partido de Vicente López, se volviera sorpresivamente a favor de “Vicente López”, al que tanto había combatido?
Es inconcebible que un pequeño grupo de personas ignorantes, caprichosamente, hayan insistido en presentar un proyecto de ordenanza ante el Honorable Concejo Deliberante para cambiar el nombre – aunque equivocado -, consagrado por la perduración en el error, de “Bartolomé Cruz”, por otro nombre ajeno a nuestro Partido, como Juan Carlos Cruz. Proyecto coincidente, en el espíritu y el acto, con la posiciones de los antiguos seguidores de los mitristas de San Isidro, históricamente antialvearistas, antiugartistas, antilopistas y, también lo eran, antirradicales. Y, para mayor contradicción, el personaje que erradamente se quería honrar, era un antirradical sanisidrense, enemigo de Vicente López. Fue un grave error del Concejo acceder a esas pretensiones de cambio de nombre, pues fue salir de un error para caer en otro… peor.
Hace ya muchos años (décadas de 1950, 1960 y siguientes), el inolvidable Lic. Francisco Romeo Grasso, a quien conocimos, con quien hemos conversado, y recordamos con cariño, propuso que se borrara de la nomenclatura de nuestras calles, al inexistente “Bartolomé Cruz”, que sólo existió en la mente afiebrada de los tergiversadores de nuestra Historia local, (y que algunos ignorantes pretendieron sustituir por “Juan Carlos Cruz”, legislador que fue un enemigo del pueblo de Vicente López), y redactó y publicó en alguno de sus muchos libros, un proyecto de Ordenanza Municipal para cambiar el nombre de la calle paralela a la Avenida del Libertador, que corre, aproximadamente, desde el Centro Asturiano hacia el Norte, en el Bajo, cerca de la Costa.
Por eso hemos querido presentar al curioso lector de nuestras páginas, una copia del Libro de Registro de los Legisladores Electos en la Provincia de Buenos Aires en el cual no consta el nombre de ningún Diputado llamado “Bartolomé Cruz”. Es hora de que nuestro pueblo de Vicente López revea y modifique los errores cometidos por desidia luego de un largo período de oscuridad. Por eso, proponemos y solicitamos respetuosamente que esa calle sea rebautizada con el nombre y el apellido verdaderos de alguna figura expectante de nuestra historia naval local.
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Fuente: "Centenario de un prócer: Vicente Fidel López", del autor Ricardo Federico Thomsen Hall, presentado en las las XIX Jornadas de Historia de Vicente López.