Papel Prensa: Habla el Intendente de San Pedro durante la dictadura
Eduardo Luis Donatti gobernó la ciudad donde se instaló la planta entre 1976 y 1983. Contó a La Noticia 1 la movilización que generó la radicación de la empresa y quiénes eran las caras visibles. Asegura que nada sabe sobre el traspaso de las acciones y la aparición de Clarín, La Nación y La Razón.
A poco de que el Gobierno Nacional haya creado una Comisión Investigadora para que dé cuenta del proceso de traspaso de acciones de Papel Prensa desde la familia Graiver a Clarín, La Nación y La Razón, La Noticia 1 dialogó con una de las voces que puede contar algo de ese momento: el Intendente de facto de San Pedro durante la dictadura militar, Eduardo Luis Donatti.
En San Pedro, la historia de Papel Prensa pasó por otro lugar, tangencial respecto a la oscura trama que envuelve a la planta que se erige en sus costas. Mientras la convulsionada sociedad argentina presagiaba lo que vendría en 1976, un puñado de sampedrinos trabajaba desde la sociedad civil para el anhelo del progreso industrial de la ciudad. En ese marco, Papel Prensa era un sueño del que todos quisieron participar.
El Centro de Comercio e Industria era el motor de esa búsqueda por un camino en el que estaba por hacerse. Allí, apellidos de la historia sampedrina como Hise, Muntané, Martínez, Alegre, Montalvo, Gaido, Zanúccoli, Hansen, Suárez, y tantos otros dedicaban su vida para ver a su querido pueblo convertido en una ciudad pujante.
Papel Prensa fue el maximum de ese sueño, en medio de conmociones políticas, gobiernos militares, retornos democráticos esperanzadores y esporádicos, dictaduras sangrientas y negocios turbios que se tejían a espaldas de la mayoría.
Para San Pedro esa historia empieza con la lucha denodada de esos sampedrinos. Sigue con la posibilidad de radicación de la planta que movilizó una verdadera gesta popular.
Perón, Onganía, Lanusse, Mor Roig, Civita, Doretti, Rey, Graiver, Videla, Herrera de Noble… apellidos de una historia con miles de idas y vueltas, vericuetos y negociados que aparecen en cientos de notas periodísticas, libros e investigaciones.
La Noticia 1 quiere aportar otro pedacito de Historia, con mayúsculas, las de esos hombres y mujeres que se reunían en los patios de sus viviendas para hacer realidad el sueño de la ciudad industrial y el ascenso social que trae aparejado la seguridad de una fuente de trabajo.
El Intendente de San Pedro durante la dictadura militar accedió a relatar aquellos días. Eduardo Luis Donatti contó: “Ni bien comenzaron los comentarios sobre la posibilidad, se movilizó el pueblo de San Pedro, hubo varios luchadores que no han tenido el homenaje que debieron tener en su momento; la lucha fue importante, asambleas populares en el Centro de Comercio. La radicación de la empresa se logró por distintos factores, la ubicación sobre todo. Para San Pedro, más de 500 empleados significaba cambiar la economía".
"Una vez que se confirmó –a través de las importantes gestiones del ministro del interior de Lanusse, Arturo Mor Roig, sampedrino por adopción– empezamos a movernos, porque donde se iba a radicar no había ningún tipo de mejoras ni posibilidades inmediatas, ni caminos, ni gas, ni electricidad, ni teléfono. Ahí estuvo nuestra actuación, trabajar para todo eso mientras se iba construyendo. Llegamos a buscar casas para los funcionarios que se iban a radicar, todo lo que necesitaran estábamos dispuestos a lograrlo, porque era trascendente para la ciudad”, recordó Donatti.
Dos empresas constructoras se instalaron en la ciudad y movilizaron importante mano de obra. En Tauro y Saieva Patagónica muchos encontraron una fuente de trabajo que, a su vez, construía la planta que mayor cantidad de empleados tiene en San Pedro.
“Venía mucha mano de obra especializada de Baradero; armadores, soldadores. Muchísimos trabajaron en la construcción. Mucha gente no conseguía trabajo y eso fue una salvación”, dijo María Alegre, hija de uno de los emprendedores de aquella gesta y representante de la CGT local, Wenceslao Alegre.
“Se desarrollaron muchas actividades, se logró a través de las empresas del Estado las obras necesarias, porque eran de un valor incalculable”, señaló el ex Intendente de facto.
En San Pedro no hubo demasiada información respecto de quiénes eran los dueños de Papel Prensa. “Nosotros nos movíamos a nivel gerencial, con los distintos gerentes y jefes de sector, nunca con el Directorio”, contó Donatti y agregó: “Quiénes eran los dueños, ni idea; cuando comenzaron la idea de la radicación había una mezcla de una familia de empresarios, la familia Graiver, que son los que empezaron. Nosotros no manejábamos para nada ese nivel, cuando murió Graiver Papel Prensa siguió normalmente, nosotros no teníamos contacto con ese nivel”.
De la misma manera, el ex Intendente dijo desconocer también las gestiones que hacía Jorge Rafael Videla: “La intervención que pueda haber tenido el gobierno, no tengo idea. Nunca supimos quiénes eran los inversores, ni conocimiento, información o contacto”, y afirmó: “Yo trabajé para que Papel Prensa se instalara sin tener en cuenta aspectos políticos, sólo por la grandeza de San Pedro. Yo no estaba en el tema político nacional”, dijo quien gobernó con el Concejo Deliberante cerrado y varios desaparecidos llevados desde la ciudad.
Donatti no se privó de opinar sobre la Comisión Investigadora y los caminos que está tomando el Gobierno Nacional respecto de la empresa: “Nunca me citaron a prestar testimonio, ni me llamaron, en absoluto. Frente a esta investigación siento preocupación, porque cuando interviene el Estado en el funcionamiento de empresas privadas siempre vienen los problemas”.