Por Walter Albarracín

- ¿Cómo fue esa decisión de irte a vivir a 25 de mayo?

Fue hace 4 años, justo para las elecciones. Conocí a mi mujer que es actriz (Paula Rebagliati) cuando estábamos haciendo "El día que Nietzsche lloró". Nos enamoramos, y veníamos siempre a visitar a su familia acá a 25.

A los 48 años, se me dio por ser padre, esa locura que hacemos a veces. A los 48 y 50 tuve dos hijos, Manuel y Julia. Y nos dimos cuenta en un momento que vivíamos medio hacinados en la ciudad, en un departamento chiquito, y dijimos: ¿si vamos a vivir a 25? Era un cambio de cabeza absoluto y fundamental. Y justo cuando mi hija iba a empezar primer grado dijimos: es ahora o nunca.

Así que decidimos venir a vivir acá. Al principio fue medio angustiante, porque había que cambiar la rutina. Hoy te puedo decir que fue la mejor elección de mi vida venir a vivirme acá. Fue una decisión de calidad de vida y la verdad que no nos equivocamos.

- ¿Cómo empezaste a ver que era la vida ahí?

Yo me había criado en un pueblo. Yo nací en Buenos Aires pero como era asmático, nos fuimos a vivir a Unquillo, en Córdoba. Hasta los 18 años, que volví para estudiar en el Conservatorio, curtí la vida de pueblo, del contacto diario con la gente y donde nos sos un número sino una persona.

Acá en 25 la vida es muy distinta, también desde lo económico cambian mucho los números. Mis hijos de una escuela privada, vinieron a escuela pública. Acá todos te conocen, andás en bicicleta. Es una concepción filosófica y de vida. Como dice Pepe Mujica, el verdadero valor es el del tiempo. Y yo le doy mucho valor al tiempo, para compartir, estar, y acá tenés mucho tiempo.

Aparte 25 de mayo es una ciudad con muchísima seguridad, no existe el mirar para atrás cuando vas a entar el auto a la noche. Y la calidad de gente. Yo estoy muy feliz.

Dioguardi, a la derecha, en un festival en 25 de mayo.

 

- ¿Como actor seguiste trabajando?

Sí, lo que pasa es que para trabajar, también tenés que esperar. Normalmente, es más el tiempo que esperás que el que trabajás. En vez de hacerlo en un departamento, decidimos hacerlo en una casa con árboles y 20 metros de fondo. Y cuando sale trabajo, son dos horas y cuarto de viaje.

El año pasado hice una película que no se estrenó "El cadáver insepulto", Sebastián Ortega me llamó a fin de año para grabar un teaser para una tira que ojalá salga este año, hice una obra de teatro por la que estuve nominado para el "María Guerrero" como mejor actor de reparto que se llamaba "La escena del crimen". Iba los viernes y me volvía. Con Pablo Bucca, de Bolívar, armamos una productora con la que este año vamos a hacer la película "Bandidos", sobre el "Gordo" Valor. Acá doy muchos talleres de teatro y en localidades del interior. Y estoy armando muchas movidas.

Hace dos años hicimos un festival de cine. Justo había terminado una película que era "La noche más fría". La estrené acá y lo llamé al director. Armo festivales de títeres y de circo, de todo lo que encuentro estoy trayendo cosas para acá, mi pueblo ya te diría.

- ¿Y el tema con la gestión? Terminaste vinculado con el municipio de 25 de Mayo

Estos cuatro años empecé a dar talleres a través de Desarrollo Social y aporté mucho a la secretaría de Cultura y todas las propuestas que traje fueron aceptadas. Entonces empecé a gestionar mucho, en provincia, para festivales y a trabajar mucho con ellos. Son de la misma línea política que yo, o sea, en ideología coincidíamos. Trabajaba mucho en equipo pero por fuera de la gestión.

Y este año, el intendente Hernán Ralinqueo, me dijo 'bueno, quiero que todo lo que hiciste en cuatro años fuera de la gestión lo empieces a hacer dentro'. Así que me convenció y acá estoy, dando mis primeros pasos. Algunas cosas me siento cómodo, otras lo estoy aprendiendo. Decidí que este sea el pueblo para que se crien mis hijos, así que estoy tratando de hacer lo mejor para desde mi humilde lugar aportar algunas cosas.

Con el ministro Matías Lammens, Hernán Ralinqueo y José Luis Canullán (sec. de Cultura)

- ¿Tu función cuál es y cómo lo abarcás?

La dirección se llama de Turismo y Promoción Cultural. Nosotros de atractivos turísticos, no tenemos muchos. Tenemos una laguna que la estamos reflotando porque tuvo algunos problemas pero se está trabajando mucho en atractivos culturales.

La idea es trabajar mucho desde lo cultural y lo deportivo para generar eventos que atraigan el turismo. Tenemos el carnaval que es nuestro evento fuerte y empieza este sábado (18 de enero). El municipio es la capital de los carnavales y tenemos un corsódromo donde hay tres batucadas, tres carrozas y tres comparsas, es un "mini Gualeguaychú". Metemos 5.000 o 6.000 personas por noche.

Desde que asumí estamos trabajando duro para visualizar, para que venga gente de la región y la provincia. Tuvimos una reunión con el ministro de Producción bonaerense Augusto Costa y también tiene la misma mirada que nosotros: que el turismo y la cultura es generador de fuentes de trabajo directa e indirectamente.

Y también lo que se habló en la reunión en Gesell (a fines de diciembre, junto a funcionarios de turismo de los municipios) con el ministro es que no se puede vivir con una sola temporada alta, con dos meses de trabajo. Trataremos de hacer eventos cada 60 días y tener turismo todo el año.

Como Vanegas, en "Los Simuladores", junto a D'Elia

 

- Es casi un proyecto de Los Simuladores, ¿una misión imposible?

Creo que voy a andar bien y las vamos a hacer. Depende de un montón de situaciones, creo que se puede, hay localidades lo que han hecho.

- ¿Qué te dejó hoy tu personaje Vanegas a tantos años? Muchos fanáticos piden la vuelta.

Siempre digo, voy a hacer cualquier cosa peor o mejor que Los Simuladores pero siempre vamos a estar todos signados por Los Simuladores, y con mucho orgullo. Siempre sos "Vanegas".

Lo que me dejó es que éramos todos amigos y seguimos siendo amigos, una vez por mes nos seguimos juntando a cenar. Con Federico D'Elia, (Alejandro) Fiore, Martín (Seefeld), (Fernando) Sureda, el papá de Fede, (Jorge D'Elia), tenemos un grupo que llamamnos la NBA que todos los meses nos juntamos a cenar, algunas veces vienen para acá, y yo, cuando puedo, voy para allá.

Ahora la idea es hacer la película. Están todos de acuerdo, Damián (Szifrón, el director y autor) se tiene que sentar a escribir para poder hacerla. Ojalá que se haga, porque, más allá del resultado artístico, era un placer hacer el programa. Éramos todos amigos, y encima con un producto tan bueno, nos divertíamos muchísimo, a veces no podíamos ni grabar de lo que nos reíamos. Fue muy placentero. Yo creo que se va a hacer, sería cerrar un ciclo fantástico.