Piden elevar a juicio oral el caso de peligrosa banda que secuestraba empresarios para cobrar rescates millonarios
Según la investigación, la organización cometía secuestros “con un grado de sofisticación que supera el estándar medio”.
Una banda integrada por seis personas acusadas de conformar una asociación ilícita a la que se le atribuyen tres secuestros extorsivos con empresarios o familiares como víctimas, podría ser sometida a juicio.
Los hechos cometidos ocurrieron entre 2021 y 2023 en la ciudad santafesina de Rosario y la bonaerense de Villa Ramallo.
La solicitud de elevación fue por parte del fiscal federal a cargo de la Sede Fiscal Descentralizada de San Nicolás, Matías Felipe Di Lello, y el titular de la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (UFECO), Santiago Marquevich.
Según la investigación, la organización cometía secuestros “con un grado de sofisticación que supera el estándar medio”. Elegían a sus víctimas por su gran poder adquisitivo y alquilaban de manera temporaria los sitios de cautiverio. Hay un mecánico, un animador de eventos infantiles y un parrillero, entre los imputados, y en uno de los casos, cobraron más de medio millón de dólares.
La organización tenía como metodología usar como lugar de cautiverio propiedades rentadas en alquileres temporarios y entregarle al pagador una mochila con instrucciones con los que debían continuar las negociaciones, informaron desde el Ministerio Público.
Si bien el requerimiento de elevación a juicio fue presentado ante el titular del Juzgado Federal Nº2 de San Nicolás, el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo, por Di Lello y Marquevich, el fiscal federal de Rosario Javier Arzubi Calvo también formó parte del equipo de investigación del MPF que llevó adelante la instrucción que culminó a fines del año pasado con los allanamientos y las detenciones de los presuntos integrantes de la banda.
Los imputados -todos con prisión preventiva-, son el comerciante Claudio Daniel Coto (62), el mecánico Néstor Adrián Santabaya (60), el animador de eventos infantiles (con esa ocupación se identificó en la causa) Emiliano Mario Andrés Acuña (37), el cerrajero Sebastián Ezequiel Pugliese (46), su pareja Silvia Beatriz López (43) y el remisero y propietario de una parrilla Nicolás Adrián Santabaya (31), hijo además del segundo de los acusados mencionados.
A Coto y a Santabaya padre, les atribuyeron ser jefes u organizadores de dicha organización. Santabaya hijo solo quedó imputado por asociación ilícita y por la tenencia ilegal de arma de guerra de una escopeta tipo Ithaca secuestrada en uno de los allanamientos.
A los otros cinco acusados les imputaron tres hechos de secuestro -dos consumados y uno en grado de tentativa-, agravados por la participación de tres o más personas, por haberse cobrado el rescate exigido -en solo uno de los casos- y por ser una de las víctimas menor de 18 años -en dos de los hechos-.
Además, en los dos secuestros consumados en 2023 se le agrega el concurso ideal con el delito de robo agravado por haberse cometido en lugar poblado y en banda (por las pertenencias que les sacaron a sus víctimas). También les imputaron un hecho de extorsión en grado de tentativa y, solo a Coto, la tenencia ilegítima de un Documento Nacional de Identidad ajeno hallado en su billetera.
El hecho ocurrido en Villa Ramallo
El primero de los hechos por los que Di Lello y Marquevich requirieron la elevación a juicio ocurrió el 24 de enero de 2023 y tuvo como víctima a uno de los hijos de un empresario petrolero y también excorredor de Turismo Carretera.
La víctima fue secuestrada cuando circulaba en una camioneta Volkswagen Amarok por un camino de tierra cercano a la ciudad bonaerense, en un falso operativo policial que incluyó dos vehículos -uno con balizas-, y hombres con uniformes de la Policía Federal.
Según la investigación, el hombre fue trasladado hasta un domicilio de la ciudad bonaerense de San Nicolás, donde lo encerraron en una habitación recostado en una cama, vendado y con precintos en sus piernas.
Los captores se comunicaron a través de mensajes de texto con el hermano del cautivo y le hicieron saber la ubicación de la camioneta, donde habían dejado un bolso con teléfonos celulares y una nota donde daban instrucciones y pedían un millón de dólares de rescate.
“Te gusta más la plata que tu hijo, no entendiste, te dije que no digas nada y llamaste a la policía”, decía uno de los mensajes enviados por los captores a la víctima pasiva de uno de los secuestros.
El hermano -como víctima pasiva-, comenzó a recibir llamados y las negociaciones se extendieron hasta que al día siguiente acordaron un pago de 580.000 dólares. Lo obligaron a hacer un recorrido de varias postas que culminó en una estación de servicio de la localidad de Wilde, en el partido de Avellaneda, donde por la noche un motociclista pasó a retirar el bolso con el dinero.
Los delincuentes se comunicaron a las 2 de la madrugada del 26 de enero de 2023, para avisar que habían liberado a la víctima en el puente de la ruta nacional N°9 de ingreso a la localidad santafesina de Theobald, a unos 60 kilómetros de Rosario. Al declarar, el cautivo contó que cuando le anunciaron que iban a liberarlo, sus secuestradores le dijeron que habían perdido las llaves de las esposas que tenía colocadas, razón por la que se las cortaron con una amoladora, lo que provocó una quemadura en uno de sus antebrazos.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión