Rainbowex: "Es una situación complicada, donde la herida psíquica y económica se profundiza", dijo el sociólogo Pablo Semán
Semán analizó el mediático caso de estafa con cientos de víctimas. "Muchas veces hubo fiebres especulativas que dejaron gente tirada y esas heridas, en general no sanan", observó.
Desde Francia, el sociólogo y antropólogo Pablo Semán brindó en una entrevista con LANOTICIA1.COM el fenómeno producido por la considerada estafa piramidal “Rainbowex” y que afectó al menos un tercio de la población del municipio bonaerense de San Pedro.
Semán es especializado en culturas populares y religión, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina y profesor del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
Al ser consultado por el caso, señaló que “en Argentina y en el mundo, en algunos casos, por circunstancias tecnológicas y por lo que fue la pandemia y porque pasan todo el tiempo cosas a una velocidad muy acelerada, la gente por un lado piensa que puede pasar cualquier cosa”. “Segundo, y esto es más específico de Argentina, durante los últimos cinco, cuatro años en Argentina, todo el mundo está acostumbrado a ser trader de sí mismo, para poder financiarse durante el mes con la inflación que hay”, indicó.
“Tercero, yo creo que hay un incentivo a meterse en estas cosas que no se si son peligrosas o son criminales, porque el crimen digital como el crimen de guante blanco, no parece tanto un crimen o el peligro de ser estafado digitalmente no parece lo mismo que ser estafado o robado el celular”, explicó.
Además, Semán profundizó: “Es como que hay un montón de circunstancias que crean incentivos o suavizan la sensación de peligro, respecto de la cual uno tendría que tener el respeto de situaciones de las cuales uno debería sentir más peligro. Y entonces la gente se mete como incautamente. A eso se agrega, la idea, a veces muy difundida, no necesariamente tan comprobable, de que uno se puede volver rico en un día. Entonces, todo ese conjunto de indicaciones que están en la atmósfera son tomadas por la gente que se mete en esto y y termina creyendo que puede hacer una fortuna sin hacer nada”.
“Es muy raro, pero al mismo tiempo no es que sale de la nada. No es que hipnotizaron gente. Esto surge de condiciones sociales preexistentes muy establecidas en los últimos diez, 15 años”, recalcó.
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Cicatrices difíciles de sanar
El sociólogo también evaluó cómo repercute en los vínculos sociales este tipo de hechos en una comunidad pequeña y lo relacionó con hitos históricos.
“Hasta donde yo sé no se sabe, entre otras cosas porque estos fenómenos son relativamente nuevos. Muchas veces hubo fiebres especulativas que dejaron gente tirada, de eso sí hay alguna evidencia y realmente esas heridas, en general no sanan”, dijo.
Y ejemplificó: “Si uno ve qué pasó - aunque no tiene que ver con esto porque no fue una estafa en el sentido en que puede ser esto - con la gente que compró bienes con la (circular de la Dictadura) 1.050, sobre todo bienes inmobiliarios o sobre la gente que compraba cosas a crédito durante la época de la convertibilidad, y la gente que hizo hipotecas durante la convertibilidad compró casas, la gente no se repone de dos maneras. Simbólicamente no lo hace por las huellas de la desconfianza. Es como que que te traicione tu pareja, tu hermano, tu padre, tu madre. Probablemente recupera la confianza hacia los hijos y después las huellas económicas de estas cosas son muy duraderas. Si vos pusiste 2.000 dólares y perdiste, igual la confianza queda afectada, y tu economía queda afectada, pero si vos pusiste 20.000 dólares queda mucho más afectado. Y además todo eso se retroalimenta con esa desconfianza psicológica. Empobreciste de un momento para el otro creyendo que te ibas a enriquecer y por otro lado te sentís que te estafaron y que sos un idiota todo junto. Eso es un pozo muy difícil”.
“Esto es una conjetura sobre lo que yo creo en cuanto a lo que está pasando ahora, que no sabemos. Es un pueblo muy chico donde hay muchísima gente metida, donde los daños están cruzados, donde al interior de una familia hay víctimas y victimarios o por lo menos reproches sobre todo entre víctimas. Entonces, la verdad, es que es una situación muy complicada, donde la herida psíquica o simbólica se profundiza y también la herida económica. Porque por lo que yo pude leer y lo que estuvimos hablando, esto involucra un porcentaje muy alto de la población. Entonces es como una escena de quema de capital, como si se hubiera agarrado el 20% de las casas de la ciudad y las quemamos. No es que alguien puso una bomba, u ocurrió una inundación y además ocurre por un agente relativamente difuso y no hay un culpable absoluto de todo esto”, se explayó.
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Cuesta admitir el error y el rol de la Justicia
Semán también hizo hincapié en que “la gente no admite que alguien le diga que algo así como ”el rey está desnudo" y cometió un error". “Hay una reacción innata de preservar la identidad y la supuesta integridad que impide reconocer el error. En ese tipo de reacción acude a ese argumento muy de moda contemporáneamente, que es bueno “es la mía hago lo que quiero”. Bueno pero no querías que te estafen”, analizó.
“La voluntad de no saber que uno está en el error de que uno pierde, es estructural, muchas veces uno no quiere abrir los ojos. Creo que ahí también hay otra cosa que ayuda a sanar y que es importante, y que no sabemos qué es lo que va a pasar, que es cómo va a actuar la justicia en esto”, evaluó.
Y continuó: “Cuando hay procesos judiciales relativamente rápidos, con algún tipo de pena y con alguna transparencia, las cosas quedan mejor. Pienso en un dato pesimista, pero en todo caso habrá que tenerlo en cuenta, que con el caso (Generación Zoe) de (Leonardo) Cositorto, él llegó a un arreglo con su víctima, digamos con la gente que está caso y entonces el tipo no va a estar tanto tiempo preso”.
"La justicia con todos los defectos que tiene, va a sumar en esta que es una situación inusitada pero siempre es muy difícil castigar crímenes no tipificados. Yo creo que la gente se va a estar cuidando por muchísimo tiempo de en qué cosas se mete, y va a estar encontrando falsos culpable todo el tiempo. Entonces, van a ver alguien vendiendo criptomonedas legítimamente y lo van a señalar caminando con un celular, y van a decir es un estafador
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