Ramón Robles, veterano: "Si no salíamos a la calle después de la guerra, Malvinas serían dos renglones de historia"
Ramón Robles (1962) es presidente de la Confederación de Combatientes de Malvinas de Argentina y del Centro de La Matanza. "A la clase política yo lo único que le pediría es que no nos saquen del placard el 2 de abril", dice. En la actualidad denuncia problemas con la atención psiquiátrica a veteranos. Su idea del primero museo de Malvinas en La Matanza.
Por Walter Albarracín
¿Dónde combatió usted y en qué batallón estuvo?
Yo pertenecí al Grupo de artillería aerotransportados 4, una unidad de paracaidistas con asiento en Córdoba, la cual tuvo el honor de combatir en distintos lugares de la isla.
Una parte estuvo en Darwin, otra parte estuvo en Monte Wall y otra parte estuvo en Sapper Hill. A mí me tocó estar en Sapper Hill.
¿Y ahí estuvo desde el desembarco hasta que terminó? ¿Y en esos días cómo los vivió, qué podría contarme?
Claro. Normalmente los días eran casi todos iguales. Llegamos el 24 o el 25 de abril, hasta que aceptamos posición, terminamos de hacer toda la cueva, los refugios y a partir del 1° de mayo recibimos continuamente fuego de artillería naval.
Entonces teníamos que cambiar de lugar las posiciones, teníamos que correr los cañones de un lado al otro y eso fue lo que se hacía normalmente.
Y después, el 11 de junio empezó el combate más directo y sangriento porque los ingleses ya habían tomado las distintas posiciones de la montaña y nosotros teníamos que retirar para proteger a nuestros embates que estaban arriba. Obviamente nosotros tirábamos y los ingleses también tirábamos. Y fue un duelo de artillería hasta que no dejó de tirar artillería no terminó la guerra. Nosotros estuvimos del 11 al 14 de junio durante todos los días y todas las noches tirándonos, combatiendo y recibiendo fuego enemigo.
Cuando tocó la rendición, ¿Cómo fue esa jornada?
Esa fue una jornada demasiado triste ver que todo lo que habíamos hecho no había tenido el resultado que esperábamos. Entonces, obviamente que te da un dolor en el alma ver que te tenés que retirar porque se terminó, se acabaron las municiones. Nosotros combatimos hasta que los cañones se quedaron sin munición. No teníamos más proyectiles para tirar. Entonces, venían bajando los compañeros del monte y lo veíamos pasar y nosotros ya no podíamos hacer más nada. Y bueno, retrocedimos al pueblo, que estaba como a 5 kilómetros. En el pueblo nos juntaron a todos en un lugar y bueno, estuvimos prisioneros hasta que volvimos.
Fue un día muy complicado, muy doloroso ver los compañeros heridos, ver los compañeros muertos y que todo eso no haya alcanzado para llegar al objetivo que por ahí se pretendía
¿Qué hizo usted después de la guerra? ¿A qué se dedicó?
Yo después de volver de la guerra tuve un tiempo recuperándome y después me dediqué a un oficio, yo soy plomero gasista. Trabajé 10 años en Obras Sanitarias de la Nación. Después vino el gobierno liberal de Menem y nos echó a todos, vendió la empresa y qué sé yo. Después anduve haciendo distintos laburos por cuenta hasta que llegó un gobierno que nos reconoció, que nos puso en valor y que en la provincia de Buenos Aires abrió las puertas para que todos los excombatientes entraran a trabajar en el sistema educativo de la provincia, y ahí entramos casi 4.000 combatientes a la provincia de Buenos Aires, y hoy el 99% está jubilado gracias a ese gobierno que escuchó y se ocupó de la problemática que teníamos los combatientes en la provincia de Buenos Aires.
¿Y a qué se dedicaban en las escuelas?
Había compañeros que se dedicaban a ayudantes de cocina, porteros, ese tipo de cosas.
¿Hablaban con los alumnos también?
Eso fue un trabajo de las organizaciones. La Federación de la Provincia de Buenos Aires, en el año 2010 firma un convenio con el Ministerio de Educación y forman lo que se llama Charla de Malvinas en los colegios. Entonces todas las organizaciones de la provincia de Buenos Aires armaron un grupo de compañeros que estaban adentro del trabajo de la provincia, se los liberó y se dedicaban a ir a los colegios a dar charla a los chicos, resaltando siempre el valor del soldado, el sacrificio y todo lo que dio para poder cumplir la misión al que se le había encomendado. Pero en ningún momento se hace apología de la guerra ni nada por el estilo.
Es contar la experiencia que vivieron.
Exactamente, sí. Siempre supervisado por un docente.
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Y usted es como un representante, ¿no? Ha sido como presidente de una confederación bonaerense y también de la Nación, de La Matanza también.
Yo fui presidente de La Matanza, presidente de la Federación de la Provincia de Buenos Aires y ahora estoy terminando mi mandato como presidente de la Confederación de Combatientes Malvinas a nivel nacional.
¿Y ahí su rol cuál es?
Mi rol es trabajar las leyes que protegen a los veteranos de guerra, defender a los veteranos de guerra en todos los aspectos relacionados a nuestra actividad. O sea, hoy por hoy nuestra problemática más grande es el tema de la salud.
Porque nosotros decimos que hoy nosotros somos jubilados por ahí diferenciados económicamente con el jubilado común, pero todo beneficio que se le quite al jubilado se nos está quitando a nosotros también. Somos presas de lo que está haciendo el gobierno. El gobierno destruye el PAMI, destruye la obra social de los veteranos de guerra.
Entonces, hoy tienen problemas con PAMI.
No hay un problema acuciante, pero hay problemas. Uno de los problemas más importantes que tenemos es que a partir de la solución de este gobierno los compañeros dejaron de tener el tema psiquiátrico y el tema psicológico que con los otros gobiernos era algo fundamental para los veteranos de guerra.
Bueno, pero la asistencia psicológica debería ser por siempre
Ahora el PAMI no lo cubre más. Si uno quiere tener una asistencia psicológica tiene dos opciones. Una es el programa de salud mental que tiene la provincia de Buenos Aires y la otra es pagando. Porque el programa de salud mental no puede abarcar a todos los veteranos de guerra. No da abasto.
Qué es “malvinizar” y “desmalvinizar”. Si me podría explicar un poco qué significa.
Malvinizar significa contar la historia desde la vivencia. A mí me hubiera encantado conocer a un granadero de San Martín y que me contara realmente cómo fue la batalla de San Lorenzo, por ejemplo.
Hoy la sociedad, los chicos, tienen la oportunidad de tener en vida gente que combatió en defensa de la soberanía. Y aparte pedir que se defiendan los derechos de Malvinas, de que se reclame, de que se hagan leyes o que se hagan acciones que sean en defensa de la soberanía.
Y desmalvinizar significa todo lo contrario. Nosotros siempre decimos que si nosotros no hubiésemos salido a la calle después de terminar la guerra y le hubiésemos hecho caso a quienes nos decían que no había que hablar, que había que callarse la boca, hoy Malvinas serían dos renglones de historia. Si a los gobiernos les cuesta tanto regalar las islas es solamente porque hay un grupo de locos que siempre está saliendo a reclamar.
De hecho, fíjense ustedes la embajadora (N. del R.: Mariana Plaza) que nombró este gobierno en Inglaterra sostiene que las islas son británicas.
¿Volvió a las Islas Malvinas?
Sí, yo volví a los 25 años en el 2007 y después volví hace dos años cuando la Intendencia de la Matanza solventó los viajes a Malvinas. Salí sorteado para viajar y volví.
Porque la Intendencia, a través del Concejo Deliberante, hay una ordenanza que paga los pasajes de los veteranos de guerra del Centro de la matanza y para eso hay que hacer un sorteo. Y bueno, a mí me tocó volver y la verdad que cuando volvés se te cruzan un montón de recuerdos, de dolor, de cosas que sirven para cerrar una herida que estuvo abierta durante casi 40 años.
Entonces el viaje de regreso a Malvinas, solventado por un municipio, es un viaje sanador, de cerrar heridas. Por eso todos los que pueden viajar recorren su lugar a donde estuvieron, van a ese lugar, le dan un rezo a quienes estuvieron con ellos. Y bueno, el que volvió y cerró su etapa, vuelve un poco más tranquilo mentalmente.
Para finalizar y agradeciéndole, un mensaje que quisiera dejar usted siempre para Sociedad y a la clase política relacionado a la guerra de Malvinas y al reclamo por las Malvinas.
A la clase política yo lo único que le pediría es que no nos saquen del placard el 2 de abril y nos encierren el 2 de abril a las 6 de la tarde. Porque hay mucha gente de la clase política que se rasgas la vestiduras el 2 de abril en discurso, en fanfarria y que después cuando los Veteranos de guerra tienen una necesidad, hacen oídos sordos.
Y que dejen de usar Malvinas como una moneda de cambio. Cada vez que tienen que arreglar algo con el exterior, entregan parte de la soberanía, la tierra, los minerales, siempre entregan algo. Porque la soberanía no es solamente Malvinas. Soberanía es mucho más que nuestras propias islas.
Y a la sociedad, lo único que les pedimos siempre es que no se olviden que hubo 632 compañeros que dejaron su vida defendiendo la soberanía.
Museo
La idea sobre la creación del museo nació en 2005/06 con Robles ya presidiendo el centro. El nuevo espacio ubicado dentro del Ateneo Don Bosco de Ramos Mejía (Bolívar 1682) es el primero temático de Malvinas ubicado en La Matanza

¿De qué se trata el Museo de Malvinas en La Matanza?
En el 2019 inauguramos oficialmente nuestro museo, un museo construido y ambientado y todo lo que hay en el museo es hecho, diagramado y donado por los Veteranos de Guerra de La Matanza. Cada uno regaló algo, donó algo y exhibimos eso y damos charla a los chicos que van a visitarnos.
El municipio pone los micros y trae a los chicos y todos los días tenemos visitas. Nosotros tenemos muy buena relación con las autoridades del distrito de La Matanza y ellos, de hecho el intendente (Fernando) Espinoza nos ha dado un lugar dentro de la directiva del municipio. Tenemos una subsecretaría de Malvinas, la cual se encarga de todas esas cosas y está sentada en la mesa directiva del municipio de La Matanza.
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