Secretario general de UTEP: "La unidad del conjunto del movimiento obrero va más allá de cualquier constitución política"
La Unión de Trabajadores de la Economía Popular celebró sus primeras elecciones. Con una lista de unidad participó el 60% del padrón de afiliados lo que da cuenta de la existencia de "un nivel de identitario sobre el UTEP,", relata Alejandro Gramajo, la flamante autoridad electa en diálogo con LaNoticia1.com.
Por Gabriela Edith Lorenzo.
Apenas 11 días antes de que Javier Milei asuma la presidencia, la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) celebró sus primeros comicios con una lista de unidad encabezada por Alejandro “Peluca” Gramajo. En diálogo con LaNoticia1.com, el flamante secretario general repasó la historia de lucha de la organización que tuvo sus inicios en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y que el pasado 29 de noviembre confirmó su dirección en las urnas. Pensar la representatividad gremial del sector productivo más estigmatizado en tiempos donde se propone el liberalismo económico sin ningún tipo de intervención estatal.
12 millones de trabajadores “de la mal llamada informalidad”, aclara Gramajo, cuentan ahora con una representación sindical. Cuáles son los desafíos de la UTEP ante el inicio de un Gobierno que propone el libre mercado como consigna y que condena fuertemente la protesta social. Un punto que no los pesca desprevenidos en lo que aparece como la concreción de un mundo donde cambió la lógica del capitalismo, y con el foco puesto en los capitales financieros, el ejército de reserva o trabajadores han quedado por fuera del sistema formal y que dan cuenta de “un nuevo conflicto social”.
¿Cómo llega la UTEP a esta instancia de elecciones?
Las elecciones del UTEP se desarrollaron porque hace más de 12 años que venimos construyendo la idea de la economía popular o desarrollandola conceptualmente y materialmente. Empezamos en su momento con la CTEP como primer instrumento de representación sindical de los trabajadores y las trabajadoras de la economía popular. Logramos un primer reconocimiento terminando el gobierno de Cristina. En el 2019 nos lanzamos con muchísimas más organizaciones populares que las veníamos construyendo al principio en la CTEP y lanzamos la UTEP como una instancia superior de organización y de unidad del conjunto de los movimientos populares.
A principios del 2019 el gobierno nos da la posibilidad de constituir una junta promotora que tenía como objetivo desarrollar el proceso electoral de la UTEP para avanzar en el proceso de formalización de la herramienta sindical y por eso nos pusimos a trabajar fuertemente en los últimos meses para cumplir con el objetivo. Después de un debate con el conjunto de los movimientos populares que integramos la UTEP, logramos construir una lista de consenso en donde están integrados más de 40 organizaciones de la economía popular, de la economía social, de la economía comunitaria que formamos parte de la UTEP.
¿Cómo fue la participación electoral?, teniendo en cuenta que se votó una lista única.
En general cuando hay lista de unidad en los sindicatos la participación electoral ronda entre un 15 y un 30% de participación, sin embargo nosotros decidimos hacer el proceso electoral federalmente, pusimos 500 puntos de votación a lo largo y a lo ancho de la Argentina y se acercaron a votar 265.350 trabajadores y trabajadoras afiliados y afiliadas que eso representa, según el padrón que nosotros formalizamos ante el Ministerio de Trabajo, el 60% de los afiliados y afiliados. Así que creo que eso también habla de un trabajo de muchos años en donde existe un nivel de identitario sobre el UTEP, existe un nivel de apropiación de la herramienta sindical por parte de los trabajadores y las trabajadoras y creo que eso habla de una perspectiva de construcción colectiva, comunitaria, participativa.
¿Qué valor tiene para la UTEP este nivel de participación?
Creo que eso habla de varias cosas. En primer lugar, de la maduración política que hemos tenido los movimientos populares a la hora de priorizar la unidad en función de defender a nuestro sector.
“El segundo elemento es que hay una comprensión histórica sobre la importancia de formalizar este sindicato porque es la primera vez en la Argentina, y me animo a decir que en el mundo, que se formaliza un sindicato de nuevo tipo que expresa una nueva realidad de los sectores trabajadores”.
Porque en la Argentina vos tenés, dentro de la población económicamente activa, 24 millones de trabajadores y trabajadoras y tenés un sistema que regula una parte de ese sector que es el sector formal, que es sobre la reglamentación del trabajador, el patrón y el Estado y que tiene su instrumento; y tenés a 12 millones de trabajadores y trabajadoras afuera del sistema informal que no tienen un canal institucional, que no tienen representación formal y que por lo tanto formalizar el UTEP cumplirá con generar un hecho histórico.
Representar a más de 12 millones de trabajadores y trabajadoras que están dentro de la mal llamada informalidad, como le dicen los economistas liberales o varios sectores, nosotros decimos que ese sector sí está en la informalidad pero que es un sector que trabaja, que produce comunitariamente o en términos socioproductivos pero que es un sector que no tiene derechos, que no está reconocido, que no está blanqueado, que de alguna manera es la nueva expresión del conflicto social en la Argentina y que no tiene mecanismos institucionales para discutir su problemática. Creo que la formalización del UTEP cumple ese objetivo histórico, cumple con priorizar la unidad en función de la defensa del conjunto del sector.
A lo largo de estos años, ¿Cómo han sido planteadas las demandas de los trabajadores ante cada gestión de Gobierno?
A ver, yo creo que hay varias cosas. En primer lugar, la unidad con el conjunto del movimiento obrero va más allá de cualquier constitución política, va más allá del gobierno de turno, va más allá de la orientación política e ideológica de cualquier gobierno, Nosotros y nosotras siempre hemos tenido la lógica, la dinámica de llevarle nuestros planteos, nuestras reivindicaciones, nuestras propuestas a cada uno de los gobiernos. Le llevamos nuestros planteos a Cristina, al gobierno de Macri, le llevamos nuestros y al gobierno de Alberto, y por supuesto también a este gobierno, aunque tiene una orientación política, ideológica y sobre todo económica que pareciera que va en contra de las mayorías populares, digamos, y en contra de los derechos del pueblo humilde, del pueblo trabajador.
¿Cuáles son las estrategias o líneas de acción ante el nuevo gobierno de Javier Milei?
Tenemos la idea de agotar todas las instancias de diálogo necesarias. Y por lo tanto, pretendemos que el gobierno trate de escuchar, de tener sensibilidad. Por supuesto que no somos ingenuos y por las medidas que han tomado en el último tiempo, efectivamente van en contra de los derechos del pueblo, pero bueno, nosotros seguiremos insistiendo en que tienen que abrir el corazón, abrir la mente y comprender cuál es la realidad en la que estamos parados como pueblo argentino. El gobierno que pasó dejó un 45% de pobreza y con las medidas que está tomando este gobierno está empujando a una parte importante del pueblo trabajador, de los sectores medios a la pobreza, entonces seguiremos insistiendo y en la medida que no entren en razón, no escuchen, no crean el diálogo y el consenso que hay que construir para resolver los problemas, iremos trazando una hoja de ruta, una agenda de acciones para tratar de impedir que avancen sobre los derechos que hemos conquistado,
Y después, seguir dando un debate ante el conjunto de la sociedad sobre lo que significa la economía popular. Tenemos algunas ideas de cómo cambiar la lógica de resolución de los problemas sociales en la Argentina porque somos críticos de cómo se ha implementado la política social o las iniciativas que se han intentado aplicar para resolver los problemas de la pobreza, que en realidad no los han resuelto porque que hay una incomprensión de cómo se ha configurado esta nueva realidad socioproductiva.
“A partir de una nueva lógica que ha imperado en el sistema capitalista que tiene que ver con la revolución tecnológica, los altos niveles de concentración de la economía, el sistema financiero como eje vertebrador del mundo, y eso ha generado una masa de trabajadores y trabajadoras excluidas del sistema formal que requieren una mirada distinta del Estado a la hora de construir derechos, y pensar cómo resolver el problema del mundo del trabajo en este sector”.
¿Qué quedó pendiente de la gestión de gobierno anterior?
Yo creo que una de las deudas pendientes del gobierno de Alberto es no haber tenido la capacidad de institucionalizar el nuevo conflicto social de la Argentina. Nosotros fuimos generando determinadas condiciones institucionales para abrir causa a la resolución de este nuevo conflicto. Por ejemplo, en el 2016 los movimientos populares, con mucho acompañamiento de la iglesia y de la CGT fundamentalmente, logramos sancionar una ley en el Congreso de la Nación votada por unanimidad. Solo un diputado se opuso a esa ley que fue el diputado Olmedo de Salta.
“Una ley que muestra que los consensos políticos los construimos los movimientos populares porque fuimos hablando sector por sector para hacerles comprender, para dar el debate, para que nos acompañen, construimos el consenso absoluto de todos los sectores de la política argentina”.
Con esa ley, lo que se creó para mí es un grado de institucionalidad importante porque reconoce un nuevo sujeto social en la Argentina, que es el trabajador y la trabajadora de la economía popular y crea un organismo en donde se deberían haber canalizado los conflictos y pensar políticas específicas para el sector que es el Consejo de la Economía Popular, que estaba compuesto por las organizaciones del sector y por dos o tres ministerios del Gobierno. No lo pudimos poner en funcionamiento, recién en el último tramo del gobierno y ya con condiciones desfavorables incluso en funcionamiento y no tuvimos el tiempo para pensar y discutir y planificar y ejecutar políticas. Lo central de esa ley es que se crea el salario social complementario que empieza a clarificar de alguna manera el debate sobre nuestro sector que en general es estigmatizado, que se dice que no trabaja, que son planeros, que son vagos. Y lo interesante de esto es que esta ley crea como política el salario social complementario que reconoce que este sector trabaja, produce comunitariamente o subproductivamente porque justamente es un complemento a una actividad de trabajo productivo o socio comunitario que desarrollan un individuo o cooperativas.
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