Por Aldana Farinelli

El lunes por la mañana una noticia revolucionó los medios: Chano, que en reiteradas oportunidades habló de sus adicciones, había recibido un disparo por parte de la policía luego de lo que, se decía, había sido un brote psicótico. 

El hecho, los dichos de su madre y el accionar de la policía pusieron en agenda el debate por la Ley de Salud Mental.

En diálogo con LaNoticia1.com, el Licenciado en Psicología, entrenador en terapias de exposición para traumas complejos y director de la Asociación Civil Valorarte, Sergio Landini, se refirió al hecho que es tan solo un reflejo de lo que padecen miles de familias en el pais. 

¿Qué opina sobre la Ley de Salud Mental?

Bien, yo creo que la situación de Chano como muchas otras demuestra lo perniciosa que es esta Ley de Salud mental. La ley restringe las internaciones no aceptadas por la persona, por quien padece una patología, y eso es gravísimo en términos de individuo y de sociedad porque hay realmente patologías que cursan sin conciencia de enfermedad, sin voluntad para iniciar un tratamiento, por lo tanto al restringirse las internaciones no voluntarias, lo que se está haciendo es que muchas personas terminan cometiendo actos peligrosos para sí mismos y para los demás y finalmente las situaciones terminan en tragedia. Cuento por ejemplo el caso de Pity Alvarez que termina matando de un disparo a Cristian Diaz, cuento el caso de una persona con un desorden psiquiátrico en la zona de Recoleta que termina matando a un policía y por último este caso de Chano, donde las familias tanto de Pity Alvarez como en este caso la mamá de Chano anduvieron recorriendo los circuitos legales para solicitar una internación no voluntaria de su hijo y no tuvieron respuesta. 

¿Cómo tiene que proceder una familia cuando empieza a enfrentarse a esta situación con un ser querido?

Lo primero que hay que hacer es acercarse a un centro de orientación para familiares para ir trabajando estas situaciones. Es decir, no es real que no se pueda ayudar a un adicto o a una persona con un problema de dependencia a sustancias hasta que esa persona no tome conciencia, se puede hacer mucho, lo que pasa es que hay que poner una pauta de límites claros para no seguir alimentando un modo de vida autodestructivo. Ahí es donde hay que trabajar las actitudes coadictivas, los apiñamientos, lo que comúnmente hace la familia es hacerle fácil el momento de consumo y eso termina cronificando una enfermedad que es progresiva. Eso es lo primero, en caso de que no resulte, de que no haya posibilidades, de que la gravedad requiera de medidas rápidas, acudir a un Juzgado de Menores y pedir la guarda de la persona, una medida protectiva de la persona para que pueda ser internada, para que pueda tener una internación. Igual, aunque se haga eso, siempre el informarse, el aprender lo que son las actitudes coadictivas y cómo superarlas, cómo poner los límites de manera asertiva, no dejarse llevar por la lástima ni por la ira, sino con una conducta asertiva y de autovaloración es la mejor forma de ayudar a una persona con una adicciòn. 

Entre que una familia se acerca a un Juzgado de Menores, pide la guarda y se la dan ¿Cuánto tiempo puede transcurrir?

Realmente demoran mucho y con la nueva Ley de Salud Mental esto está más restringido. Puede durar más de un año tranquilamente, muchísimo tiempo. Por eso lo mejor es tratar de trabajar en términos de frenar, cortar las actitudes coadictivas y poner límites, poner diálogo, y poner muchos baldazos de realidad en el medio. 

¿Hay una negación por parte de la familia en estas situaciones?

Si, hay minimización, negocio, generalmente son árboles genealógicos familiares cargados de depresión, de traumas, de desórdenes psiquiátricos, es decir, somos víctimas de víctimas y acá hay una historia familiar de dolores y de angustias. Tampoco la droga la podemos entender al margen del trauma psìquico, entender el fenómeno de la drogadependencia al margen del trauma psíquico es la mejor forma de banalizar el tema de la droga. Detrás del consumo de sustancias siempre hay tremendos traumas psíquicos y precisamente el trabajo de rehabilitación significa tres etapas: primero guardar la seguridad del paciente, elaborar los traumas y duelos y reconexión con un proyecto de vida. En ese marco, las familias generalmente están muy golpeadas y una madre o un padre que no ponen límites generalmente son padres y madres que están golpeados en su autoestima que vienen arrastrando traumas. Cuando la familia se acerca a un entorno donde lo pueden orientar esto se va revirtiendo y se va planteando. A veces hay ayudas que no ayudan y a veces cuando parece que uno no está ayudando en realidad está ayudando por paradójico que parezca

¿La persona adicta se cura en algún momento ?

Si. Depende, hay varias escuelas al respecto yo creo que hay que hablar de recuperación. La droga te secuestra los circuitos de recompensa del cerebro, de forma rápida y terminante. Al primer año la droga ocupa un porcentaje de la vida y motivaciones del paciente y a los dos años ese porcentaje creció enormemente. No importa más nada que la droga con el paso del tiempo. Cuando la persona se recupera, efectivamente los tratameinto que hay en Argentina trabajan muy bien y se trabaja en la recuperación de los valores y la reducción de la carga traumática, no obstante la marca de la adicción sigue presente en la persona y se tiene que cuidar de por vida para no recaer, ese cuidado lo que le permite es tener una vida maravillosa y concretar los sueños que ni siquiera podía imaginar en esa etapa de droga, pero el cuidado tiene que estar. 

Puntualmente en el caso de Chano se habló de un cuadro de “excitación psicomotriz” ¿A que refiere este término? 

Creo que se toma un genérico para evitar cualquier problema legal. Creo que son eufemismos que se utilizan cuando un famoso tiene, no digo que en este caso sea así, pero varias veces se utilizan eufemismos cuando hay famosos que tienen problemas con el consumo de sustancias. En realidad también hay toda una línea cultural donde parece que si hablamos de problemas de droga estamos siendo estigmatizadores o invalidantes de las personas y creo que toda esta situación nos tiene que servir para reflexionar acerca de lo terrible que es el consumo de sustancias, el terrible problema en términos de salud mental que implican las drogas en nuestro país. Considero que esto es una pandemia y considero que los argumentos que apuntan a bajar la percepción de riesgo en materia de droga son totalmente asimilables a los argumentos que apuntan a bajar la percepción de riesgo del coronavirus. Son tan dañinos unos como otros, dado que la madre dijo que su hijo tenía un grave problema con las drogas, y muy bien planteó que la Ley de Salud Mental está destruyendo a muchísimas familias, yo creo que tenemos que hablar de un eufemismo para tapar un realidad que está latente.

¿Estas situaciones también sucedes con pacientes psiquiátricos no necesariamente adictos? 

Si, totalmente. Hay muchas patologías psiquiátricas que cursan sin conciencia de enfermedad. Si uno tiene un vecino que está con paranoia, pretender que ese vecino quiera internarse es absurdo porque el paranoico no tiene conciencia de enfermedad, a él lo están persiguiendo, entonces puede ser peligroso para sí y para los demás. Realmente hay desórdenes psiquiátricos y patologías como está o bien una patología alimentaria a un nivel terminal donde la persona puede llegar a morir, donde la intervención externa tiene que estar avalada de alguna manera sino es condenar a la persona a la muerte. Yo he conocido muchísimos casos de familiares que han visto cómo un hijo se le está yendo entre sus manos y pedían por favor que los internen hasta que el chico termina suicidándose, esto es algo que sucede en la Argentina de hoy y la Ley de Salud mental lo avala en su pretexto de cuidar las libertades individuales. 

¿Hay un prejuicio con respecto a las enfermedades de salud mental?

Siempre lo hay, esto es así. Creo que tenemos que trabajar muchísimo para humanizar a la población de nuestro país y para sacar todos los estigmas y comprender que el otro es un ser humano y ese otro podemos ser nosotros. Creo que tenemos que hablar claramente de lo que son las adicciones y me parece que el proceso cultural que estamos viviendo es el de la baja de la percepción de riesgo de lo que son las adicciones, de la naturalización del consumo de sustancias y por lo tanto lo que genera es que los pacientes lleguen a tratamientos más cronificados, con mayor nivel de consumo, donde la familia considera que els común y no es problema el consumo de sustancias entonces, como en este caso, hasta que no hay una intervención externa la familia no toma conciencia de la problemática en la que está. Con esta Ley de Salud mental lo que pasa es que por ejemplo Pity Álvarez, era un consumidor recreativo hasta el dia en que termina pegando un tiro. Tenemos que tratar de generar más comunidades terapéuticas y tratar de desarticular todo lo que es la justicia penal juvenil y tratar de que todo eso se transforme en tratamiento de comunidad terapéutica, lugares de hábitos sanos y positivos. La Ley de Salud Mental propone la desarticulación de las comunidades terapéuticas y por lo tanto tenemos una respuesta de todo o nada, o está todo bien y a la persona no le pasa nada y es un individuo consciente de sus actos que puede decidir qué hacer, o bien le terminamos pegando un tiro o lo terminamos metiendo preso de por vida una vez que comete el acto que es perjudicial para sí y para terceros. 

Ante una situación como la de Chano, ¿Siempre interviene la policía? ¿Cómo es el circuito?

Se supone que está el SAME psiquiátrico, en Capital esta, en Provincia estaba, históricamente había cuerpos especializados en contenciones de personas, que desde fuera era de excitación psicomotriz. Antes había cierto cuerpos y grupos, hoy carecemos de eso, se van levantando en términos de salud mental, forma parte de un proceso de desarticulación de la salud pública, son pretextos de la liberalización de las costumbres.

¿En qué momento de un tratamiento debe intervenir un psiquiatra?

En un tratamiento con altos niveles de contención, si estamos atendiendo a una persona con un conflicto, lo podemos hacer a través de una terapia individual. Valorarte, nuestro centro, es un centro de dia, tenemos otro nivel de contención similar a una unidad de terapia intermedia, están las internaciones psiquiátricas cerradas o bien las comunidades terapéuticas donde el paciente está internado en la comunidad terapéutico. En nuestro caso, como centro de día, el paciente vuelve a su casa. Siempre hay un control psiquiátrico al ingreso de un paciente, de adicto, drogadependencia y el psiquiatra define si hay que intervenir en terapia individual. Muchas veces puede el psicólogo hacerse cargo de la problemática en la medida que no vea una desregulación en la conducta, agresividad, peligrosidad, dificultad en la regulación de ansiedad, emotiva, eso lo puede definir el psicólogo, pero una vez que tiene la duda de que es necesario tiene que proponerlo al paciente y el paciente puede negarse y no asistir, ahí el psicólogo debe dejar constancia que el paciente no asiste contra indicación terapéutica.

¿La pandemia agravó las patologías?

La pandemia agravó terriblemente las patologías, desórdenes psiquiátricos, gente con brotes, ha sido una prueba muy dura para las personas con problemas de adicciones, los problemas de violencias  se han acrecentado, ha sido una situación de enorme estrés que se ha pagado en vidas humanas, ha agudizado un problema que tenemos en la ciudad, el problema de la soledad, de la evasión, disociación, de la imposibilidad de afrontar sentimientos dolorosos los cuales son vistos como algo pernicioso cuando es algo que tenemos que afrontar para crecer personalmente. En ese marco ha habido una explosión de patologías psiquiátricas y de consumo de sustancias.