Todo un pueblo con miedo a perder el trabajo: En Azul el cierre de exportaciones puede tener "secuelas graves"
Así lo aseguró a LaNoticia1.com una de las máximas autoridades de Azul Natural Beef DEVESA, la empresa privada más grande de la región. El frigorífico emplea a 900 trabajadores que ahora temen por sus fuentes laborales. "Esta medida corta toda una cadena gigantesca que afecta a miles de familias de la ciudad y de municipios vecinos", explicó. Desde la Comuna pedirán una "excepción" al gobierno nacional. El diputado Bugallo cuestionó en este medio el "básico conocimiento" de Alberto sobre el sector ganadero.
Por Christian Thomsen Hall
En el municipio de Azul todo un pueblo está preocupado. "Un mes sin operaciones para el frigorífico es muchísimo tiempo y puede traer consecuencias gravísimas. Es una medida tomada desde las grandes ciudades que no mide las consecuencias que pueden traer en los pueblos chicos, como nos ocurre en Azul. Nosotros aportamos 40 millones de pesos genuinos por mes a la cuidad en sueldos y pagamos 8 millones de pesos por mes en consumo de energía eléctrica a la cooperativa regional. Además de nuestros empleados, tenemos contratadas empresas locales que hacen servicios de construcción, albañilería, electricidad e instalaciones. El año pasado un hotel no cerró sus puertas gracias a que nosotros le alquilamos seis habitaciones todas las semanas. Todo esto sin contar los insumos y servicios que adquirimos y que benefician a comercios menores como ferreterías, librerías y hasta remiserías que utilizamos para traslados. En definitiva, esta medida de cerrar la exportación corta toda una cadena gigantesca que afecta a miles de familias de la ciudad y de municipios vecinos", alertó en LaNoticia1.com uno de los responsables de la compañía Azul Natural Beef DEVESA.
El vocero de la empresa, que desempeña sus tareas en el área de Recursos Humanos, explicó que "esta medida del Gobierno nacional no midió en absoluto el impacto que podía llevarle a la economía de los pueblos, que ya venía castigada por la pandemia". Cabe recordar que el último jueves el presidente Alberto Fernández formalizó el cierre de exportaciones de carne vacuna con la excusa de intentar bajar los precios de este producto en el mercado local. En consecuencia, a través de la resolución 75 del Ministerio de Agricultura de la Nación que conduce Luis Basterra, se decidió por 30 días, desde la entrada en vigencia de la norma, la suspensión de la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC). Por este motivo, desde la Mesa de Enlace agropecuaria pusieron en marcha un paro en la comercialización de hacienda como medida de protesta al anuncio del presidente. En algunas ciudades del interior bonaerense -donde la industria de la carne es la principal actividad económica- crece la preocupación por las consecuencias de esta disposición que podría hacer peligrar miles de puestos de trabajo en toda la Provincia.
En el partido bonaerense de Azul hay un clima de extrema incertidumbre por la afectación que implicaría a la labor de Azul Natural Beef DEVESA y a la ocupación de la mano de obra actual de la planta. Se trata de la principal compañía de la región, que actualmente cuenta con 900 empleados, la mayoría oriundos de Azul pero muchos otros también provenientes de distritos como Olavarría y Tandil. El frigorífico es la empresa privada más grande de la ciudad y en cantidad de empleados que utiliza, representa el segundo empleador más importante luego del Estado. "Las exportaciones para la empresa representan un 90% de nuestros ingresos, casi la totalidad. También tenemos otro 10% que está destinado para el mercado interno, tal cual marca el acuerdo entre la Cámara de la Industria de la Carne con el Gobierno. El cierre de las exportaciones para nosotros fue un baldazo de agua fría. Esto es volver al 2006 y al 2011 cuando atravesamos situaciones parecidas. Dentro de las Cámaras están tratando de dialogar con el Gobierno para rever la medida, dado que el impacto negativo que puede llegar a traer es muy grave", advirtió una alta fuente de la planta.
"Nosotros tenemos más de 60 clientes en todo el mundo. Frente a este sorpresiva medida del Gobierno, existe el riesgo que ante la imposibilidad de poder comercializarles la mercadería, nuestros compradores opten por recurrir a proveedores de otros países. Obviamente si ellos se quedan sin oferta, van a ir a buscar carne a otro lado. Si nosotros incumplimos nuestros compromisos, ellos no se van a quedar esperando a que resolvamos nuestros problemas. El Gobierno tomó una decisión apresurada, generando una incertidumbre muy grande en el sector", explicó una de las máximas autoridades del frigorífico. Como consecuencia de la medida, casi un millar de operarios que se desempeñan en la planta se encuentran preocupados por no tener garantizadas sus fuentes de trabajo. "Los trabajadores están con muchos nervios, con mucha angustia y lógicamente con mucho miedo. Todo el tiempo preguntan que es lo que va pasar con ellos porque son conscientes de que nosotros como compañía somos netamente exportadores. Y en ese sentido temen que esta medida haga peligrar sus puestos de trabajo", subrayó la fuente consultada por este medio.
Al ser inquirido sobre la problemática del precio de la carne, que en definitiva fue el detonante del conflicto, este vocero aclaró: "Dentro de la cadena, el frigorífico apenas representa un 7% del precio final que el consumidor paga en el mostrador por un corte vacuno. En el medio hay impuestos, combustible, traslados y generadores de precios de acuerdo al lugar y el momento en que se comercializa". "La media res o la carne al gancho nunca cambió su valor, siempre costó 2 dólares. El tema es que los salarios se depreciaron muchísimo en término de dólares y ahora la gente no puede acceder tan fácilmente a lo que es un corte de carne. No es que el precio está alto, sino que el poder adquisitivo de la gente se redujo. Algo similar a lo que ocurre con el combustible", justificó. En esa línea, remarcó: "El frigorífico exportador no influye mucho en el precio de la carne que paga el consumidor local, ya que representa apenas un 20 por ciento de toda la carne que se produce en el país. Por más que nosotros modifiquemos los precios y vayamos a pérdida no vamos a generar una diferencia significativa en el valor de los cortes en las carnicerías locales".
Desde Azul Natural Beef DEVESA también advirtieron que ningún representante del gobierno nacional ni provincial se comunicó con la empresa. "Los únicos que se pusieron en contacto con nosotros fue la gente del municipio porque la preocupación que tenemos todos en la ciudad es muy grande. El impacto que trae una medida como esta para un lugar como Azul es incalculable. Una decisión como la que está implementando el Gobierno arrastra muchas consecuencias negativas para miles de familias en una ciudad como la nuestra", concluyó. Por su parte desde la Comuna que gestiona el Intendente Hernán Bertellys se mostraron muy turbados por la situación. El jefe de Gabinete municipal, Alejandro Vieyra, teme que ante la posibilidad de que el frigorífico no pueda cumplir con plazos y entregas, los mercados podrían encontrar otros proveedores para satisfacer su demanda de carne. "Eso provocaría la necesidad de desafectar a parte de los trabajadores de la planta", alertó.
Cabe remarcar que la empresa emplea a personas en su planta de Azul y Buenos Aires. Cuenta con todos los permisos y certificaciones necesarios para exportar a la Unión Europea, Israel, Suiza, Rusia, Hong Kong, Brasil y Sudáfrica, entre otros destinos. También a Israel. En este punto el frigorífico trabaja con certificación kosher. "Es difícil imaginar qué podrían hacer con este conjunto de regulaciones específicas o cómo introducir la carne kosher en el mercado local", remarcó Vieyra, sobre ese producto con calidad específica. "En la comunicación que mantuve con el dueño del frigorífico, este me manifestó que de continuar estas medidas en el tiempo, no tendrán otra alternativa que reducir significativamente el personal. No podemos permitir que se cierren fuentes de trabajo en un sector que ya venía afectado por la pandemia", resaltó el funcionario. En ese marco, adelantó que desde la Comuna, se gestionará ante las autoridades nacionales correspondientes para solicitar "una excepción a la medida".
En tanto, desde distintos sectores de la Comuna vinculados a la actividad, sostienen que hay una cuestión relacionada a la cantidad de producción que desde hace mucho tiempo "está en falta". "El stock ganadero nunca se llegó a recuperar del todo. Por eso se necesita tener una industria fuerte e hiperproductiva para poder generar sobreoferta que ayude a disminuir el precio. Pero atacar a la industria con este tipo de medidas no hace otra cosa más que agravar el problema, generando absolutamente todo lo contrario. Acá se necesita reducir intermediarios y bajar los impuestos", opinaron a este medio desde el sector ganadero local. En ese sentido se manifestó el diputado provincial Luciano Bugallo quien cuestionó las medidas del presidente Alberto Fernández y aseguró que es "triste y lamentable" que el Gobierno adopte medidas "en base a conocimientos tan básicos y escasos" del sector ganadero. En ese contexto, explicó que la mayoría de los cortes que se exportan a otros países no suelen consumirse en el mercado interno.
En las últimas horas, el legislador presentó un proyecto de declaración ante la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires donde el bloque de Juntos por el Cambio expresó su preocupación por la decisión del Poder Ejecutivo Nacional de cerrar las exportaciones de carne bovina por un periodo de 30 días. "El kirchnerismo fracasó con la promesa del 'asado para todos' y recurre a una errónea medida de corto plazo, mil veces ya fracasada: cerrar las exportaciones", disparó Bugallo consultado por LaNoticia1.com. "Si el precio internacional de algunos cortes de exportación, fuera el motivo del precio de la carne en góndola, ¿Cómo se explica la suba de precios en verduras, frutas, legumbres, arroz y en el resto de todos los alimentos? El problema es la devaluación constante de la moneda", analizó el político proveniente de la Coalición Cívica. Por último, chicaneó: "Si el Gobierno de Alberto, o mejor dicho de Cristina Fernández, quiere bajar el precio de los alimentos, es simple: Eliminen impuestos".
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