Última Cadena Nacional de Alberto Fernández: con autocríticas y mensajes subliminales para el gobierno entrante
El Presidente hizo un balance de los cuatro años de gestión. Destacó los 40 años de democracia. Ponderó las políticas públicas y el rol del Estado. Detalló que el Gobierno entrante recibirá alrededor de 35.000 millones de dólares producto de las exportaciones del 2023. Reconoció que quedó mucho por hacer.
Alberto Fernández habló en Conferencia de Prensa en sus últimas horas como Presidente en funciones antes del traspaso de mando a Javier Milei quién asumirá este domingo 10. En un extenso discurso grabado en Casa Rosada y transmitido durante la tarde de este viernes, el mandatario saliente le habló a los argentinos: “Hoy, en la última jornada del mandato presidencial con el que la ciudadanía me distinguió, quiero repasar algunos hitos de estos años para compartir los aciertos, reflexionar sobre aquello que erramos, decirles a quienes nos sucederán cuál es el estado del Estado que van a recibir y agradecer el esfuerzo, el sacrificio, la generosidad de tantos y tantas que en este tiempo no bajaron sus brazos".
Al inicio de su alocución conmemoró los 40 años de democracia y dijo: “La dictadura con sus secuelas personales, políticas y económicas tardó años en terminar de irse. La democracia transitó muchos vaivenes hasta poder consolidarse y acá estamos, 40 años después, en las vísperas de un nuevo traspaso presidencial. La generación que esperó aquel día con el dolor por quienes ya no estaban, con la fuerza de quienes habían resistido y la esperanza por lo que íbamos a construir, tal vez no podía imaginar que cuatro décadas más tarde estaríamos frente al traspaso institucional del gobierno de una fuerza política a otra de un signo diferente, ambas elegidas por el pueblo”
Continuó con una mirada crítica de su gestión: “Ampliamos derechos, pero faltan. Pusimos la justicia social como horizonte, pero no lo alcanzamos. Asumí al gobierno en diciembre del 2019 en una situación calamitosa dejada por el gobierno que me precedió, con altísimos índices de pobreza e inflación y con una deuda que nos comprometía y nos compromete por varias generaciones. Soy plenamente consciente de que el voto popular de ese momento expresaba la esperanza de terminar de una vez y para siempre con esa herencia que no logramos plenamente superar”.
“En este tiempo de reflexión no puedo negar que tengo sensaciones encontradas. Siento satisfacción con todo lo hecho y construido, con los enormes avances que hemos logrado en muchas áreas, con el crecimiento que se verifica en muchos ámbitos sociales y económicos. Pero también siento pesar por no haber podido concretar todo lo que nos propusimos hacer, lo que faltó hacer, lo que nos impidieron hacer, lo que no debimos hacer o lo que debimos haber hecho de otro modo. Sé que en todo tengo responsabilidad”, reconoció.
Asimismo refirió: “Entrego el gobierno en paz. Hemos custodiado las instituciones de la democracia con convicción y compromiso. Lo hemos hecho de la mano de este pueblo de la nación argentina que ha sabido demostrar en las circunstancias más adversas que conoce la dimensión exacta de lo que ha costado esta institucionalidad. Confío en mi pueblo, en su madurez política y en su capacidad de defender y preservar los valores de la vida en común y cada uno de los derechos que ha sabido conquistar”.
“Si algo me reprocho es no haber sido capaz de terminar con la grieta que nos separa y nos enfrenta. He aprendido que para cerrar la grieta no hace falta someter al otro. No se trata de ver quién impone su relato. Lo que hace falta es caminar junto al otro, aprender a profundizar los acuerdos y minimizar las diferencias. Argentina es un país maravilloso, del que todos y todas debemos estar orgullosos. Ese amor y su orgullo deben ser la base común sobre la que aceptamos nuestras discrepancias y construimos nuestras coincidencias", aseveró.
Antes de continuar, se tomó un momento para repasar la herencia macrista: “En estos cuatro años hemos sufrido los efectos negativos de una deuda que irresponsablemente tomó el gobierno que me precedió. Esa es la principal causa de nuestra crisis social. El acuerdo que firmamos con el Fondo Monetario Internacional hizo posible postergar pagos que jamás hubiéramos podido enfrentar con la economía recesiva que recibimos. Solo hay que recordar que esa deuda nos obligaba a pagar entre 2021 y 2022 la suma de 37.000 millones de dólares”.
Y en ese marco criticó: “Esos dólares tomados por el macrismo no sirvieron, de esa deuda tomada irregularmente, denunciada ante los tribunales federales y que ahora el mismo Fondo Monetario Internacional comience a indagar, no ha quedado en Argentina un solo dólar. No sirvieron, ni para fundar escuelas, para fundar hospitales o para crear rutas. Todo se ha fugado especulativamente, profundizando la construcción de activos externos”.
“Vinimos a poner de pie un país que habían dejado de rodillas", dijo y repasó los imprevistos a los que se enfrentó en su gestión: "Íbamos tras ese objetivo cuando en el día 99 de nuestra gestión empezaron a sucederse desafíos tan inesperados como fatales. Una pandemia que arrasó con 15 millones de vidas en el mundo. Una guerra que distorsionó todos los precios de la energía y los alimentos. Finalmente una sequía que terminó con el 23% de nuestras exportaciones. A todo le hicimos frente. Cuando enumero esa sucesión de conflictos busco poner de relieve cuáles fueron las dificultades que debimos enfrentar. No pretendo que sirvan de excusa para eludir nuestros eventuales errores” y continuó repasando las políticas públicas implementadas durante su gestión de Gobierno.
En ese marco el Presidente saliente destacó que “la Argentina vio crecer su economía un 16% entre 2021 y 2022. El empleo registrado comenzó un crecimiento que lleva 37 meses ininterrumpidos, el lapso más prolongado de creación de empleados observado en la democracia. El empleo industrial es el más alto de los últimos 6 años. Con el empleo aumentó el consumo y así registramos 30 meses de ejecutivos de crecimiento. El consumo privado hoy es un 10% mayor que antes de la pandemia”.
En cuanto al mercado de trabajo manifestó que “continúa mejorando los indicadores” y remarcó que “la conflictividad laboral observada en nuestro mandato ha sido la más baja de los últimos 12 años. La tasa de empleo se ubica en niveles récord del 45%. La tasa de desocupación presentó niveles mínimos en términos históricos, 6,2%. El total del empleo registrado llegó a niveles máximos desde 2012 con 13.320.000 personas ocupadas. Con la ley 27.570 promovimos nuevas tecnologías.
Luego de enumerar el crecimiento de las empresas estatales durante estos cuatro años, tal el caso de Aerolíneas Argentinas que “termina con un balance positivo de 32 millones de dólares, sin necesidad de haber ejecutado un solo peso del presupuesto asignado por parte del Estado Nacional. Lo logra por primera vez desde su reestatización”, y de valorar la la labor de AySA a cargo de Malena Galmarini, se centró en la obra pública.
“Obras enormes, obras pequeñas, todas obras imprescindibles para la comunidad. No existe un municipio de la Argentina que no haya recibido alguna obra pública de parte del Gobierno Nacional. Desarrollamos obra pública para ganar pujanza en cada rincón de la Argentina. Lo hicimos de forma transparente. Lo hicimos con la fuerza, el talento y el trabajo argentino. Lo hicimos con los más de 400.000 trabajadores de la construcción que se incorporaron al aparato productivo. Los datos dan cuenta que terminamos siendo el gobierno que más obra pública desarrolló en su mandato”, afirmó.
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“Esta es una radiografía, ni siquiera pormenorizada, del estado en el que el nuevo gobierno encontrará nuestro país. Un país más federal, más justo, más potente, con enormes posibilidades de avanzar en el camino marcado. Está claro que en la vida cotidiana y en el debate público pesan muchas veces más los debes que el haber, sobre todo cuando tiene que ver con el esfuerzo de llevar adelante el día a día”. Y agregó: “Sabemos que no hemos alcanzado los objetivos que nos propusimos en el fortalecimiento del ingreso, en la lucha contra la inflación y en la disminución de la pobreza, porque las circunstancias y el contexto no nos acompañaron y también porque deberíamos haberlo hecho mejor o diferente o porque no encontramos las herramientas adecuadas”.
Sobre el final del discurso repasó las condiciones en las que queda el país: “El año entrante ingresarán producto de nuestras exportaciones agrícolas y ganaderas, de nuestras exportaciones de gas y de litio alrededor de 35.000 millones de dólares. Además, gracias al gasoducto que construimos, dejaremos de gastar 5.000 millones de dólares para importar gas licuado. De aquí hasta el 2030, las estimaciones marcan que las exportaciones sumadas de bienes y servicios crecerán el 80%. Con semejante escenario, no es razonable pensar en un ajuste que detenga nuestra producción y restringe el empleo y el consumo que tanto nos ha costado recuperar. Debemos cuidar que bajo el argumento de querer resolver el problema fiscal no se vulneren los derechos de los que trabajan ni se floten las aspiraciones de los que invierten y producen. Hemos mejorado los niveles de calidad”.
“En el mismo momento en que entregue los atributos del poder, yo lo sé, voy a ser aquel joven abogado guiado por la búsqueda de la libertad, la igualdad y la fraternidad, dispuesto a diario a dar todo por construir junto a ustedes, mis compatriotas, una sociedad más justa, una sociedad que se desarrolle en paz. Siempre junto a cada uno de ustedes. Siempre agradecido por el inmenso honor que me dispensaron. A 40 años de la democracia, defendámosla cada día, como nos enseñaron las abuelas y las madres de Plaza de Malvo. Y todos y todas quienes nos marcaron el camino. Hoy más que nunca. Más y mejor democracia siempre”, finalizó.
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