Churros de vitel toné, la nueva apuesta de una clásica churrería bonaerense
"El topo" es un local conocido por sus extravagantes gustos de churros. Con presencia en CABA, Pinamar y Villa Gesell ahora se animaron a más y redoblaron su apuesta salada.
"Ya están disponibles los churros de vitel toné! Desde hoy, podés encontrarlos en todas las madrigueras del país. Y si te gustan las berlinesas, no te prives de pedirlas con éste relleno", anunciaron desde sus redes sociales para presentar este sabor inspirado en un clásico navideño.
Preparado con carne vacuna y una salsa con yemas de huevo, lomitos de atún, aceite vegetal, mostaza y anchoas, el vitel toné es uno de los platos favoritos de los argentinos durante las fiestas de fin de año y desde Chuerría "El topo" se animaron a innovaron rellenando sus productos con este gusto.
"Nosotros no tenemos límites, los límites los ponen ustedes", es uno de sus lemas que más define a la marca ya que cuenta con churros rellenos con cheddar, roquefort, hummus, palta, aceitunas, jamón y queso, leber y los clásicos de chocolate, dulce de leche.
Además, también cuentan con berlinesas rellenas, chipá, medialunas, tortas, y más.
La historia de "El Topo"
Después de varios intentos frustrados de poner churrerías en Buenos Aires, en el verano del 68, Hugo y Cacho instalaron la primera churrería de Villa Gesell.
Donde terminaba la Villa, en la 110, encontraron el local más barato para ubicar la primera fábrica. Instalaron las máquinas que traían de Buenos Aires. Decidieron seguir con la tradición porteña de poner «fábrica de churros», así, a secas. El letrista les recomendó ponerle algún nombre, y les sugirió «El Topo» por Gigio, ya que estaba de moda poner de nombre de negocios a personajes de la TV. Como toque final, los socios decidieron que para llamar la atención, el cartel de CHURROS debía estar al revés.
La del 68 fue una temporada exitosa. Fue tan así que decidieron, al año siguiente, poner otra sucursal en Necochea. Otra plaza donde no había churrerías. Hugo gerenció la de Gesell y Cacho la de Necochea.
Los años pasaron, los negocios se fueron haciendo conocidos. Las largas colas (de más de 50 metros) los días de lluvia, los churros en la playa los días de sol, hicieron que los churros se conviertan en la «factura» del verano. También, de esa época, son los famosos y polémicos churros rellenos con queso azul.
Pasaron 4 décadas, y la segunda generación, los hijos e hijas de los fundadores decidieron emprender la expansión de la marca a nuevas ciudades, siendo hoy en día la churrería con más locales a nivel nacional.
Junto con los nuevos locales, y con el aporte de la tercera generación, llegó la diversificación del producto. Nuevos rellenos salados y también rellenos apto vegano, atendiendo la actual demanda.
Todos los locales son propios de las familias.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión