Cómo se generó el polo gastronómico de Tomás Jofré: El impulso de Rolando Fronteras y su almacén convertido en comedor
Este pueblo ubicado en Mercedes recibe miles de visitantes durante los fines de semana donde una veintena de restaurantes ofrecen parrilla y pastas libres. LANOTICIA1.COM entrevistó al dueño del antiguo Almacén Comedor Fronteras, Gustavo Umansky, quien repasó la historia de este atractivo bonaerense.
Por Ramiro Pablo Gómez - Twitter
El Almacén Comedor Fronteras es uno de los restaurantes ubicados en el polo gastronómico de Tomás Jofré, municipio de Mercedes. LANOTICIA1.COM, dialogó con su dueño, Gustavo Umansky, quien repasó la historia de este antiguo almacén de ramos general convertido en comedor por la demanda popular.
Su fundador, Rolando Fronteras, fue junto a Don Silvano, el precursor y generador de este atractivo turístico gastronómico que convoca a miles de personas los sábados, domingos y feriados.
- Ese restaurante junto a Don Silvano, son los precursores de lo que actualmente es un polo gastronómico impresionante. El Almacén Fronteras ¿empezó como un almacén de ramos generales?
En 1948 llega Rolando Fronteras al pueblo. Recién se habían instalado, hacía unos siete u ocho años, el ferrocarril. Se instala frente a la estación y funda el almacén de ramos generales con su apellido, Fronteras. Como la única estación que había era esa, la gente de los pueblos aledaños llegaba ahí con su mercancía, con su ganado, al tren para de ahí partir a los diferentes puntos de Buenos Aires o de otras provincias. Tanto fue el movimiento de gente que se terminó transformando en un comedor el almacén de ramos generales, porque los mismos pueblerinos y viajantes empezaban a pedir para almorzar o porque el tren se demoraba para cenar. Prácticamente al mismo momento que inaugura el almacén de ramos generales, se empieza a hacer un despacho de comida.
- Entonces, empezó como los típicos almacenes de ramos generales pero por la demanda se transformó en un comedor
Si, Almacén Comedor Fronteras, que ese fue el nombre que tuvo durante 80 años.
- En ese momento ¿estaba también Don Silvano?
Si, eran los únicos dos que había. O sea, no era un pueblo gastronómico, era un pequeño pueblo como los tantos que hay en toda la provincia, hijos del ferrocarril. Hay una estación, la gente paraba ahí y alguien que vivía cerca decía, bueno, yo me voy a vivir frente a la estación y armo un almacén de ramos generales.
- Cómo fue ese pasaje de dos restaurantes a un pueblo gastronómico que tiene más de 20 y convoca a miles de personas los fines de semana
Fue gracias al esfuerzo de Don Silvano y Rolando Fronteras, porque tampoco había un acceso firme. Entonces ellos iban con carro y carretas a buscar a la Ruta 5 a la gente, las traían por un acceso de campo que cuando llovía los autos no podían transitar, las camionetas tampoco. Se fue haciendo reconocido por el tema de las comidas, del restaurant, del almacén que eran atendidos por sus dueños y cada vez empezó a venir más gente.
Después se empezó a sumar el resto, se forjó la plaza y en el perímetro de la plaza se empezaron a abrir otros puestitos que después se transformaron en restaurantes o parrillas y se generó un pueblo que es exclusivamente gastronómico.
- ¿Nos contás el menú que ofrecen en Almacén Fronteras?
Es un menú libre que consta de una entrada, una tabla de fiambres y quesos, donde tenés jamón crudo, sálame quintero, jamón cocido, queso bouda, escabeches, aceitunas, el pan galleta de campo, que es como un hito acá en el pueblo porque no se usa pan común, todos los restaurantes usan la galleta de campo, empanadas fritas.
Después pasas a las pastas, tenés ravioles, sorrentinos, tallarines con tres o cuatro salsas distintas, después a la parrilla, asado vacío, lechón, chorizo, morcilla, con ensaladas, papas fritas, bebida libre, postre, café y después a la tarde unas tortas fritas para la merienda.
- Espectacular. ¿Tiene muchos parrilleros?
En la parrilla hay cinco personas, hay dos cocineros, dos cortadores y un ayudante. Tené en cuenta que en un domingo de temporada alta damos de comer a 600, 700 personas en cuatro horas.
- ¿Y con el tema de las pastas lo mismo?
Y en la cocina también hay 6, 7, 8, 9 personas, depende de la demanda, porque aparte es libre, no es que vos le bajaste un plato de pastas y ya está. Puede seguir comiendo todas las veces que quiera el cliente.
- El Almacén Fronteras tiene un sector para comer frente a la estación pero también se puede almorzar en el interior que es una especie de museo.
Sí, exacto. En Fronteras podés o ir al sector vereda que ahora está techado, hicimos un lindo cerramiento que está frente a la estación. Adentro están los salones que reviven el paso del tiempo, en el salón principal que es el Salón Alberto tenemos botellas que tienen casi 100 años de antigüedad, sin abrir. Están todas las maquinarias y todo lo que se usaba en el almacén de ramos generales. Adentro es muy pintoresco, muy lindo. Y cuando salís de los salones tenés un parque casi 2.000 metros cuadrados con frutales, pérgolas, donde también la gente disfruta mucho almorzar en la sombra de un árbol o en la sombra de una pérgola.
- Y este polo gastronómico, los sábados, domingos y feriados se llena de visitantes
Sí, esto es viernes al mediodía, sábado al mediodía y ahora tenemos un bar abierto sábado hasta la tarde noche y el domingo al mediodía. El viernes es muy tranquilo. Sábado empieza a levantar, por ahí tenés 200 comensales un sábado y el domingo explota. Y los feriados tambien.
- ¿El tren turístico que llega desde Mercedes les impactó positivamente?
Sí, ahora no está funcionando porque se rompió un puente sobre la ruta 41, que se lo llevó por delante un camión, pero cuando funcionó, hasta hace tres meses estaba funcionando, es muy positivo porque genera turismo regional, local, la gente va hasta Mercedes, donde hay una playa de estacionamiento importante, deja su vehículo ahí, se sube al tren, recorre tres, cuatro pueblos, va parando. Muy positivo. Lástima que ahora rompieron ese puente y no sé cuándo lo van a reconstruir.
- ¿Qué recomendaciones podés darle la gente que quiere ir a Jofré a comer? ¿Tiene que reservar previamente o se manda de una?
Lo recomendable es la reserva previa porque llegan tranquilos, ya tienen un horario, pueden elegir el sector cuando entran a nuestras redes y vos vas a reservar, podés elegir en qué lugar querés la mesa, hacés la reserva, ya sabés cuál es tu número de mesa, cuál es tu sector, ya sabés todo. Eso es lo recomendable.
Hay gente que aun así se hace la escapada sin la reserva. Si tenemos lugar, la disponibilidad es inmediata y si no tiene que esperar un poquito.
- La gente que viene a comer a Jofré, ¿va cambiando de restaurantes si vuelve en otro momento, tiene uno fijo, es variable?
La gente prueba todo porque hay distintos tipos de clientes, hay clientes que vienen a Jofré o a otros pueblos gastronómicos y lo van a conocer, entonces un día vienen a Fronteras, otro día van a otro, otro día van a otro. Cuando pasaron por los 4 o 5 más importantes, eligen uno en particular y se quedan como clientes.
Tenemos mucha recurrencia de clientes nosotros en Fronteras, gracias a Dios y al esfuerzo que le ponemos. Es muy difícil que un cliente no vuelva a Fronteras.
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