Margarita Barrientos reconocida entre 100 mujeres del mundo: "La riqueza es la vida, los hijos y el trabajo"
LANOTICIA1.COM dialogó con la presidenta de Los Piletones tras ser distinguida por BBC, entre otras mujeres, como una figura inspiradora e influyente. "Mi trabajo no solamente se ve en Argentina, sino en el mundo", celebró.
Por Walter Albarracín
Margarita Barrientos fue elegida por la BBC como una de las 100 mujeres más inspiradoras del año. En la lista hay 14 latinoamericanas.
Nacida en Añatuya, Santiago del Estero, el 12 de octubre de 1961), es fundadora del comedor social Los Piletones en el año 1996.
“Desde iniciar un comedor comunitario para solo 15 personas hasta alimentar a más de 5.000 personas al día, Margarita Barrientos se destaca por su dedicación en la lucha contra el hambre en Argentina, donde un 53% de los 46 millones de habitantes ahora viven en la pobreza. Nacida en una de las regiones más pobres, Barrientos enfrentó la adversidad desde una edad temprana. Fundó su comedor comunitario Los Piletones en 1996, que creció hasta ser una fundación que ahora opera una guardería, un centro de salud, un taller de costura y una biblioteca”, describe la cadena británica en su anuncio de las ‘BBC 100 Women’, una lista que elabora esa emisora y que cada año reconoce a un centenar de mujeres influyentes e inspiradoras de todo el mundo.
A su vez destaca que “su servicio comunitario ha recibido el apoyo de muchas empresas y celebridades", como Lionel Messi quien "recientemente le dio una camiseta autografiada para subastarla”. LANOTICIA1.COM dialogó con ella tras el reconocimiento.
Cómo ha recibido esta novedad, esta mención especial de un medio tan importante.
Me levanto muy temprano, estaba mirando mi teléfono, y veo una llamada perdida de la BBC de Londres. A los 10 minutos me llamaron y me dieron la noticia de que he sido elegida entre 100 mujeres más, qué relevante, qué cosa. Nunca pensé llegar a esto, pero sí me siento sumamente orgullosa de haberlo recibido.
Quiere decir que mi trabajo no solamente se ve en Argentina, sino en el mundo.
Esta mención es solamente un reconocimiento que le da a usted más notoriedad, su actividad en el día a día va a seguir igual
Sí, por supuesto, a pesar de haber recibido la noticia ayer, yo seguí trabajando como todos los días, porque ese es mi trabajo, amo lo que hago, más allá de todas las cosas hermosas que me pasan en el día, tengo que trabajar. Trabajar para mí, para aquel que lo necesita y yo estoy ahí. Así que no descanso, no porque he recibido un reconocimiento tan importante. ¿Uno se va a quedar en la casa?: no, tengo que salir a trabajar y demostrar que todo lo que he hecho vale la pena, todo lo que he hecho está en mi trabajo. Como siempre dije, no me quedaría con el vuelto de nadie, nunca lo he hecho y nunca lo voy a hacer, así que estoy siempre al frente de la necesidad de la gente.
Una mención habla de las mujeres que inspiran, no sé si usted quisiera contar cuáles fueron las mujeres o la mujer que la inspiró a usted en la vida o que la inspira todos los días.
Primero fue mi madre, a pesar de no tener nada, de comer todos los días un huaschalocro, un locro con carne, uno sin carne. Aprendí a dejarle un plato lleno de comida a Dios, y después vos veías que esa comida que ella había dejado para Dios lo comía un linyerita. Por eso un día le pregunté, “mamá, ¿podemos comer este plato de comida?” Y ella nos contestó con esa dulzura de madre. “No”, nos dijo, pregunto “¿por qué?”. “Si viene Dios a pedir que le vas a dar?”, contestó. Ha sido más que una respuesta maravillosa porque siempre nos habló de Dios.
Un día fui corriendo a verla mi mamá, estaba un linyerita bajo un árbol comiendo la comida que había dejado. Entonces le fui y le dije, “mamá, él no es Dios”. “¿Vos no conoces a Dios? No, entonces él es Dios. No le pregunte de dónde viene ni cómo se llama, solo dale de comer”, respondió. Yo creo que fue una de las mujeres más que me inspiró siempre por su respeto, por su delicadeza, por su educación a pesar de no saber leer ni escribir, saber compartir, no preguntar si mañana vamos a tener. Y otra, la madre Teresa de Calcuta, siempre admiré y dije que era una virgen.
¿Qué le dice usted hoy a la gente joven, digamos, usted ya es una mujer con experiencia que ha pasado estas situaciones? ¿Cuál es el mensaje que usted le da hoy a las jóvenes, ya sea hijos, nietos, sobrinos o los mismos jóvenes que se acercan al servicio que da?
Que siempre hay que perseguir los sueños. Y sobre todo los estudios. Nunca abandonen los estudios. Siempre recibirse y apostar a la vida. Apostar que lo podemos hacer. Yo tengo tercer grado. Vengo de una familia muy pobre. A veces comíamos, a veces no. Y mire todo lo que he hecho. No miro para atrás porque no me gusta, porque me falta una obra por terminar. Cuando haya terminado el centro cultural, que va a ser en marzo del año que viene, porque es una obra muy grande. En ese momento me voy a parar en medio de la calle y voy a mirar todo lo que he hecho.
Siempre hay que perseguir a los sueños. Yo le dije a mi papá cuando tenía 11 años. Mi madre estaba muy enferma en el hospital. Hacía mucho calor, estos calores santiagueños que te cocinan el alma. Le dije “papá, cuando yo sea grande voy a ser una mujer muy rica y presidenta”. Los padres de antes eran duros. Castigado por la dureza, la pobreza, todo. Y él se dio vuelta y me dijo: “Ay mi hija, me dijo, chancho flaco sueña con maíz”. Entonces me fui a seguir haciendo mi trabajo. Y una tarde me llamó: “Magi vení”. Y me paré al lado de él. Me dijo, “¿por qué quieres ser chica?” “Porque no quiero que mi mamá se muera”, le dije. Y él con esa dureza me dijo, “los ricos también mueren”. Pero bueno, no soy presidenta, pero sí soy presidenta de la fundación. No soy una mujer rica pero la riqueza ya la tenemos. La riqueza es la vida, son los hijos, es el trabajo, el esfuerzo. Y es lo que me gusta dejarle a mis hijos, a mis nietos. Y a los jóvenes que siempre voy a dar clases. Y ellos preguntan lo que usted me preguntó. Seguir estudiando y ser alguien en la vida.
Le quería hacer la pregunta de cómo está hoy su fundación. Que si está recibiendo más gente, si es la misma de siempre. ¿Qué es lo que le cuesta? ¿Qué es lo que más le duele hoy en día?
Bueno, la fundación por supuesto sigue trabajando. Hay cada vez más gente. No solamente en Los Piletones. Tenemos otro comedor en Cañuelas, un centro de rehabilitación en Campana, el comedor y hogar de Añatuya. Seguimos trabajando. Y ojalá que podamos seguir atendiendo a la gente como se merece, con respeto y educación. Tratarlos bien sobre todo. Sí, me faltan muchas cosas, pero bueno. Yo sé que Dios me va a ayudar a conseguir.
Ahora me preocupa la Navidad. Quiero que toda la gente tenga un pan dulce, un turrón, una garrapiñada para ese niñito. Y bueno, eso me preocupa.
Yo en este momento estoy acá en Anatuya. Llegué hoy de la mañana y me están avisando que sí hay algunas donaciones de garrapiña, algún pan dulce, bueno, pero yo quiero cantidad.
¿Va a repartir en cajas o bolsitas para la gente?
Sí, no sé cómo lo vamos a repartir en ese momento. Que tengamos la cantidad necesaria, vamos a ver cómo lo repartimos.
Pero es la idea de usted, hacer eso.
Siempre lo reparto en cada fiesta. Me gusta hacer una comida bien distinta. Siempre, todos los años lo hacemos. La comida distinta es el asado, que uno a veces no lo puede dar ni siquiera dos veces por año, y bueno, que al año sí festejamos con un asado bien grande para toda la gente
¿Cuánta gente va hoy a Los Piletones o a Cañuelas, aproximadamente?
Bueno, acá en Añatuya hay muchísima gente, más de 200 familias. En Buenos Aires son 3.800, 3.900. Cañuelas son alrededor de 600 familias, 500, a veces 400. Pero siempre estamos. Y después hay un centro de rehabilitación donde tenemos 88 chicos en rehabilitación de la droga y el alcohol.
Hay que seguir luchando por nuestros jóvenes.
¿Y le parece que hoy se puede hacer?
Sí, siempre se puede hacer.
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