Su hija murió a los 13 años y abrió un comedor con su nombre en Glew: "En cada chico que viene busco algo de ella"
Mirta Benítez, vecina de Almirante Brown, perdió a su hija en un trágico accidente. En su memoria, fundó el comedor "El Nidito de Cecilia". Hoy, asiste a decenas de personas de bajos recursos. Conocé su historia.
Mirta Benítez es una vecina de la localidad de Glew que se convirtió en un ejemplo de fortaleza y resiliencia. Tras perder a su hija en un trágico accidente en 1988, encontró una forma de transformar su dolor en amor al fundar el comedor comunitario "El Nidito de Cecilia". Desde hace más de 30 años, Mirta estuvo al frente de esta iniciativa solidaria que comenzó asistiendo a 25 chicos y, en su momento de mayor necesidad, llegó a recibir a más de 200 personas.
Según informó Noticias de Brown, todo comenzó aquella fatídica mañana cuando la hija de Mirta, de tan solo 13 años, murió tras ser atropellada mientras iba rumbo a la escuela. Un año antes, la pequeña había expresado un deseo inquietante: “Má, qué bueno sería que cuando muera Dios me lleve el 22 de noviembre, porque es el Día de la Música, los ángeles me van a llevar al cielo con sus arpas”. Un año después, la pequeña falleció el Día de Santa Cecilia, patrona de la Música.
Mirta estuvo dos años sumida en el dolor, hasta que un encuentro con el padre Jorge, de la Iglesia Santa Ana, cambió su vida. “Él me preguntó qué ganaba llorando y me contó que mi hija quería ser maestra jardinera y tener un jardín”, relató Mirta. A partir de esa conversación, la mujer decidió canalizar su dolor en una misión más grande. Fue elegida presidenta de la Sociedad de Fomento Mariano Moreno, donde decidió abrir un comedor.
Con el tiempo, "El Nidito de Cecilia" se convirtió en un lugar de refugio y alimento para muchos. “En el 2001 no teníamos nada para dar de comer, había 250 personas esperando”, recuerda Mirta. En un momento desesperado, pidió ayuda a la memoria de su hija, y poco después recibió una donación inesperada que superó sus expectativas. “No teníamos dónde guardar tanta comida. Ahí le dije a mi hija 'no muevas más las alitas porque no tenés más lugar'”, bromeó.
Hoy en día, el comedor abre tres veces por semana y asiste a 87 niños menores de 10 años, además de adolescentes y adultos. “Nunca habíamos tenido jubilados, ahora sí. Antes abríamos de lunes a viernes, pero ya no llegamos”, señaló Mirta. “En cada chico que viene busco algo de Cecilia. Ese amor que no pude disfrutar con ella, lo hago con estos niños. La gente que viene me dice 'gracias', pero la agradecida siempre voy a ser yo”, concluyó Mirta, emocionada.
¿Cómo colaborar?
Aquellos que deseen colaborar con "El Nidito de Cecilia" pueden acercar donaciones a Eva Perón 751, Glew, o a la ONG Compromiso Ciudadano en Amenedo 756, Burzaco. Se necesitan alimentos, ropa y calzado, además de aportes económicos a la cuenta mirtanidito96.mp.
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