"Acá te equivocás una vez y no la contás": Desde Mar del Plata, David cuenta cómo es trabajar de silletero en la altura
LABURANTES BONAERENSES | Este operario de 39 años describe en LANOTICIA1.COM los riesgos de su vertiginosa profesión. Su dura historia familiar y la valiente decisión que le cambió la vida para siempre.
David Vera tiene 39 años y vive en La Herradura, un barrio humilde en la periferia de Mar del Plata. Su vida es una crónica de esfuerzo, superación y pasión por un oficio poco común en la Provincia de Buenos Aires: el trabajo en altura. En una extensa charla con LANOTICIA1.COM, David comparte su experiencia como silletero, los riesgos de su trabajo, y cómo su dura historia personal lo llevó a luchar por un futuro mejor para su familia.
Con los años, este marplatense se hizo un nombre en la industria de la limpieza y la pintura en altura. Su trayectoria en el campo incluye trabajos en algunos de los edificios más emblemáticos de la provincia de Buenos Aires. "La verdad que es una actividad muy fuera de lo común, pero muy linda", explica David. "Hace 15 años que me dedico a esto y pese a que soy de Mar del Plata, me contratan de distintas ciudades bonaerenses. De hecho, hace dos semanas estuve trabajando en el edificio Brickell, uno de los más nuevos y altos del municipio de Tigre, y fue una experiencia muy linda". Su actividad lo llevó a conocer de cerca la famosa torre Maral 27 en Mar del Plata, el edificio Pucará, el más alto de Balcarce y la casa de Juan Manuel Fangio, situada en esa misma ciudad balnearia.
La vida de David nunca fue fácil. Creció en un entorno de falencias y dificultades. "Nací en Mar del Plata y me crié en un ambiente difícil. Mi papá fue alcohólico y se separó de mi mamá cuando yo era chico. Sufrí muchas carencias de todo tipo, piso de tierra, rancho de chapa". En su niñez, David vivió en la pobreza y su escuela fue la calle. “Yo andaba cirugiando con un carro y caballo, y cuando conocí a Dios, me empezó a cambiar todo”, cuenta con emoción. La fe y el esfuerzo fueron los pilares de su transformación personal.
"Es un trabajo hermoso, te da la oportunidad de tener una perspectiva diferente. Y te hace notar la fragilidad del ser humano".
David se refiere a su trabajo en altura con una mezcla de admiración y respeto. Ante los micrófonos de nuestro portal, describe la sensación de estar colgado a cientos de metros sobre el suelo: "La verdad que es un trabajo hermoso, te da la oportunidad de tener una perspectiva de la ciudad diferente al resto. Y te hace dar cuenta, también, la fragilidad del ser humano. Yo lo tomo muy profesionalmente y me hace sentir especial". La altura le permite ver la ciudad desde un panorama único, un privilegio que pocos pueden experimentar: "Ver cuando sale el sol y como se refleja sobre el mar son cosas que desde el piso no lo podes apreciar".
El trabajo en altura no está exento de riesgos. David asegura que la seguridad es primordial: "Siempre tenemos nuestras precauciones. Antes de subirnos, de colgarnos, tenemos que ver que todos los equipos estén bien, que estén en regla". Explica que en su campo, el margen de error es mínimo: "En esta actividad te equivocas una sola vez. No hay margen de error: te equivocaste y chau, no la contás".
Vera comenzó su carrera trabajando para una empresa, pero eventualmente decidió independizarse. "Fue una decisión difícil, porque uno tiene una familia. Pero si me quedaba bajo patrón, la plata que ganaba era solamente para comer". La valentía de lanzarse por cuenta propia le permitió seguir avanzando, aunque la arriesgada decisión conlleva sus propios desafíos. “Ahora estoy en forma particular, he trabajado mucho tiempo bajo patrón. Gracias a Dios me animé a largarme por mi cuenta y el trabajo no me ha faltado”.
El respaldo de su familia es primordial para David. Su esposa Marilyn Aguirre, de 45 años, y sus hijos Ariel (21), Ayelén (16) y Juanita (10) son la razón de su vida. Y por eso se emociona al hablar de ellos: "La verdad que mi señora es un pilar para mí. Sin el apoyo de ella, muchas cosas yo no podría haber logrado", comenta entre lágrimas y la voz entrecortada. Su hijo mayor trabaja en una panadería en el parque industrial de Mar del Plata, y David se siente orgulloso de su progreso. "Yo a esa edad andaba haciendo changuitas y rompiéndome el lomo. Él no tuvo que pasar por eso porque tuvo mi apoyo y el de la familia", cuenta con la satisfacción del deber cumplido.
El contexto económico en el país también afectó la realidad de David. "Terminé el año pasado con mucho trabajo, pero en enero y febrero no me salió absolutamente nada. La gente no quería invertir y todos los trabajos se frenaron". A pesar de las dificultades, David mantiene una perspectiva optimista. “Siempre digo que en Argentina, el que quiere trabajar, trabaja. No hay que perder la fe. Dios siempre está para darnos una mano. Es 50% voluntad y 50% Dios”.
David Vera es el protagonista de un nuevo capítulo de “Laburantes bonaerenses” en LANOTICIA1.COM. Su historia es testimonio de cómo la perseverancia y el apoyo familiar pueden transformar vidas. Desde los humildes comienzos en La Herradura hasta los trabajos en los rascacielos de la Provincia, David continúa desafiando las alturas y buscando un futuro mejor para él y su familia.
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