Resnier Barrera desfiló por Malvinas y murió 6 días después: Vicente López despide a un héroe que luchó hasta el final
LANOTICIA1.COM estuvo presente cuando marchó con honor el 2 de abril con su silla de ruedas. Combatió contra los británicos y frente a la ELA con la misma valentía. Seis días después de su última aparición pública, su ciudad llora su partida. Tenía el corazón lleno de Patria.
A veces, la historia se escribe en silencio. Y otras veces, se grita con el cuerpo, aun cuando la voz ya no responde. El pasado 2 de abril, en Vicente López, un veterano desfiló en silla de ruedas con el alma erguida. Se llamaba Resnier Arnaldo Barrera, y lo dio todo. Por su patria, por su gente, por la memoria. Seis días después, murió. Y su partida dejó un hueco difícil de llenar.
Resnier había nacido en el Chaco, en el seno de una familia humilde. Se crió en Corzuela y llegó a Buenos Aires con el sueño de estudiar Ingeniería. Pero la vida, como tantas veces, le cambió los planes. Hizo el servicio militar en el Regimiento 12 de Infantería de Corrientes y en 1982, cuando estalló la guerra, lo enviaron a las Islas. Peleó en Puerto de Álvaro, Iganzo Verde y Bahía de San Carlos. Pero la batalla más larga la libró después, en tiempos de paz.

El 8 de abril, su cuerpo dijo basta. La Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) fue apagando de a poco sus fuerzas, pero nunca su espíritu. La enfermedad lo fue silenciando, pero él encontró otras formas de hacerse escuchar. Hasta el final.
Su última aparición pública fue apenas seis días antes de morir. El 2 de abril, Día del Veterano y de los Caídos en Malvinas, se hizo presente en el Monumento en Honor a los Caídos y Veteranos del Atlántico Sur, en el Paseo de la Costa de Vicente López. Desde su silla de ruedas, pero con el pecho en alto, marchó con sus compañeros. Estaba rodeado de afecto. La intendenta Soledad Martínez y el presidente del Centro de Veteranos local, Juan Carlos Mónaco, lo acompañaban. LANOTICIA1.COM estuvo ahí, testigo de ese momento que ya es parte de la memoria colectiva de la ciudad.
Aquel día, la jefa comunal recordó: “Lo último que queda es reiterar, reivindicar e insistir en la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Las Malvinas fueron, son y serán argentinas”. Y Resnier, con el alma emocionada, escuchaba. Porque esas palabras las llevaba tatuadas en lo más profundo del corazón.
En 2022, había dejado un testimonio grabado que hoy, con su partida, cobra un valor enorme: “Malvinas es un pedacito de mi corazón. Es una lucha infranqueable de malvinizar a la Argentina, pero no con guerra ni fusiles, simplemente con la pluma”. Esa era su forma de resistir. No con armas, sino con palabras.

Como tantos excombatientes, cuando regresó de la guerra, no lo esperaba nadie más que su familia. Volvió en silencio, con el alma herida, y sin homenajes. Pero con los años se fue ganando el respeto de todos. Se convirtió en un militante de la memoria, un faro para las nuevas generaciones. Visitaba escuelas, hablaba en clubes, participaba de homenajes. Siempre con una sonrisa serena, con una firmeza inquebrantable.
La ELA le puso otra trinchera por delante. Pero no se rindió. Hace apenas unas semanas, la Fundación Esteban Bullrich le entregó un sistema de comunicación para que pudiera seguir conectándose con sus seres queridos. Desde la organización lo celebraron con un mensaje lleno de cariño: “Entregamos un sistema de comunicación a Arnaldo Resnier Barrera, un valiente paciente con ELA, excombatiente de Malvinas, para que pueda expresarse y conectarse con quienes más quiere”.
La noticia de su muerte causó una profunda tristeza en Vicente López. El Centro de Veteranos fue el primero en confirmarla, con un mensaje simple y sentido: “Querido amigo Resnier, abrazo al cielo. Q.E.P.D.”
Pero hubo una despedida que tocó el corazón de todos. Su camarada y amigo, Pablo De Benedetti, escribió en redes sociales unas líneas que lo pintan de cuerpo entero: “Nos quedó pendiente el almuerzo que programamos el 2 de abril durante el acto. El tiempo es así de cruel. En un tiempo nos reuniremos en un gran abrazo inmortal. Te quiero mucho. Ya se te extraña. Un beso al cielo. Y un saludo uno, soldado de la Patria”.
También hubo palabras de la Asociación Fundadores y Pioneros de Vicente López, que expresó su reconocimiento y envió sus condolencias a su esposa Cecilia, a sus dos hijas y a toda su familia: “Nuestro más sentido pésame y reconocimiento patriótico en defensa de La Patria”.
En agosto de 2022, esa misma institución lo había homenajeado junto a otros veteranos, en un acto donde las emociones se mezclaron con abrazos sinceros entre madres, padres, esposas y los héroes de Malvinas. Esa vez también estuvo presente Luis Landriscina, padrino del Centro de Excombatientes.

Resnier tenía una idea clara: la guerra no debe ser el camino. “La guerra es el último ratio de la política”, decía. Defendía la causa Malvinas, pero desde el diálogo, desde la palabra. Soñaba con un país donde las islas pudieran visitarse con un DNI argentino. Lo repetía siempre: “Malvinas fue, es y será argentina”.
Hoy, Vicente López lo despide con un nudo en la garganta, pero también con un profundo orgullo. Su silla de ruedas quedó vacía, pero su legado seguirá desfilando cada 2 de abril. En cada escuela, en cada charla, en cada bandera. En cada corazón que aún late por la memoria.
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