A pocas horas de la marcha de jubilados frente al Congreso, el Gobierno utilizó las pantallas de las estaciones de tren del AMBA para lanzar una advertencia: "La policía va a reprimir todo atentado contra la República". La estrategia, que busca desalentar la participación en la protesta, generó reacciones inmediatas.

No es la primera vez que un gobierno usa este recurso. En 2023, la gestión de Alberto Fernández proyectó un mensaje en los mismos dispositivos para alertar sobre el impacto de la eliminación de subsidios al transporte. En ese momento, se buscaba influir en el electorado de cara al balotaje entre Sergio Massa y Javier Milei.

Mientras tanto, el Congreso se blinda. El Gobierno de la Ciudad desplegó 900 policías en la zona, junto a fuerzas federales. Se levantaron vallas en un radio de 100 metros y se retiraron 350 contenedores de residuos para evitar que sean usados en posibles disturbios.

La movilización exige un aumento de haberes ante el deterioro del poder adquisitivo. Hoy, la jubilación mínima está en $280.000, cifra que los manifestantes consideran insuficiente. Desde el oficialismo, en cambio, alertaron sobre la posible infiltración de barras bravas y agitadores, justificando el fuerte operativo de seguridad.

La tensión no es nueva. Hace una semana, fuerzas federales realizaron un operativo anti-piquetes, que dejó heridos y derivó en una nueva convocatoria para hoy, en apoyo al fotoperiodista Pablo Grillo. En este contexto, las declaraciones de la diputada Lilia Lemoine encendieron la polémica: "Es inevitable hacer un omelette sin romper un par de huevos", comparando los heridos con un simple efecto colateral.

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La Noticia 1

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